Departamento
El eterno abandono que condena a campesinos y transportadores del Magdalena

Cada día de silencio gubernamental es un día más de exclusión para miles de familias que sobreviven en medio del barro y el olvido.
Por: Arnol Sarmiento
Las carreteras rurales del departamento del Magdalena continúan siendo un símbolo del abandono estatal. Cada temporada de lluvias vuelve a poner en evidencia el drama que padecen campesinos, transportadores y comunidades enteras, quienes ven cómo sus caminos se transforman en tramos intransitables sin que las autoridades locales y departamentales den respuestas concretas.
Las denuncias más recientes llegaron desde Chibolo y Pivijay. En el primer municipio, un campesino expuso mediante redes sociales el deterioro de la vía que comunica a Chibolo con el corregimiento de La Pola. El trayecto, afectado con cada aguacero, impide el paso de vehículos y pone en riesgo el traslado de productos agrícolas.
La situación no es distinta en la zona rural de Pivijay. Líderes comunitarios denunciaron el estado deplorable de la vía que conecta a Veranillo, Carreto, Pivijay, La Fortuna, Canoa y La Estrella. En un video difundido, un habitante reclamó la presencia inmediata de las autoridades, al tiempo que exigió inversiones que dignifiquen la vida de los pobladores. “El pueblo magdalenense espera con ansias que, cuando estén en el poder, nos ayuden un poquito más”, expresó con evidente frustración.
Lo cierto es que estas denuncias no son nuevas. En repetidas ocasiones Opinión Caribe ha visibilizado la crisis de las vías terciarias en el Magdalena, sin que los gobiernos de turno actúen con la urgencia que el problema demanda. La falta de infraestructura no solo afecta la movilidad, sino que impacta directamente la economía campesina, encarece el transporte de alimentos y perpetúa el atraso en las zonas rurales.
La pregunta que queda en el aire es la misma de siempre: ¿hasta cuándo las autoridades seguirán ignorando un problema estructural que se repite año tras año? El Magdalena no necesita promesas en campaña ni visitas fugaces con discursos: necesita inversiones reales y sostenidas en sus carreteras rurales.
