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Edición Especial

El Puerto de Santa Marta

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La magia de atracar en la bahía de Santa Marta

Para el Capitán de Navío, Luis Fernando Sandoval, actual sub director de la Escuela Naval de Sub oficiales, con 28 años de experiencia en los mares de Colombia y el mundo, la bahía y el puerto de Santa Marta reúnen unas condiciones majestuosas que son muy difícil de comparar o igualar en otras latitudes.

“Al entrar a la zona de la bahía de Santa Marta con rumbo al puerto, uno como marino no puede desentenderse de la magia e impacto que provoca ver la Sierra Nevada juntarse con el mar. Inclusive, en días claros uno puede distinguir las grandes alturas del macizo” manifiesta el Capitán Sandoval.

“Este tipo de relación medio ambiente – puerto sólo lo he visto en algunos países escandinavos, pero nunca en la dimensión con la que se observa al llegar a Santa Marta” añade el sub director de la Escuela Naval de Sub oficiales.

A lo anterior, se debe sumar las condiciones naturales y propicias que presenta la bahía de Santa Marta para el arribo y salida de embarcaciones desde su puerto, que se pueden simplificar en la marea, si el lugar es protegido o cubierto del accionar de las olas y de los vientos, situaciones que en esta parte del país no son de riesgo a los barcos, de lo contrario, facilitan las maniobras.

Si bien es cierto en el argot de los marinos no existe una clasificación de alta, mediana o baja peligrosidad para el atraque de barcos a los puertos, si la hubiera, para el Capitán de Navío Luis Fernando Sandoval, Santa Marta se puede estipular de muy agradable para quienes recorren varias millas para encontrar un muelle seguro.

En Santa Marta no encontramos corrientes originadas por cambio de mareas grandes que afecten las maniobras, las brisas que son fuerte son frenadas o controladas por el soca aire de la Sierra Nevada, así mismo, son controlables por las máquinas de la embarcación y el apoyo de los remolcadores.

TODO COMIENZA ANTE DE LA BOYA DEL MAR

Cuando la embarcación va llegando a la bahía y al puerto se genera un avistamiento antes de llegar a la boya del mar, que es distante al morro. Cuando la embarcación pasa a la altura de la boya se inicia una fase de entrada al puerto a la cual se le puede denominar un túnel rumbo a uno de los muelles autorizados para atracar.

Cuando una embarcación está llegando a Santa Marta, existe una zona de fondeo en cercanías a las playas de la Primera División, a la espera, si es el caso, de un permiso para atracar en un muelle de la Sociedad Portuaria de la ciudad.

Al entrar el puente se debe reforzar el personal que va llevando la navegación en el puente de la nave, el personal que va en sobre cubierta preparando el equipo de fondeo, preparando los cabos para la maniobra de atraque. El personal que se encuentra en las máquinas entra en un alistamiento especial para atender cualquier emergencia.

Los buques generalmente tienen un sistema revocante, es decir, varios propulsores, varias bombas de timón, que cuando se acercan al puerto todos los sistemas de la embarcación se ponen a funcionar. Lo anterior tiene una explicación y es que al iniciar el proceso de atraque la embarcación está en aguas restringidas y se busca evitar una situación que genere consecuencias graves.

SER PUERTO NATURAL ES UNA GRAN VENTAJA

Para los hombres de mar, el hecho que el puerto de Santa Marta sea natural y de aguas profundas es una gran ventaja. Se parte que no necesita ser dragado como ocurre con algunos otros puertos del país.

No ser objeto de dragados le significa a los marinos que el nivel de profundidad de la bahía y del puerto es nulo, lo que significa una alta confianza para desarrollar las maniobras de entrada y salida.

Pese a esto, para los expertos del mar, es claro que la maniobra de atraque exige mayor atención que la salida del puerto. La embarcación debe ser manejada con más precisión en la entrada a un muelle pese a la ayuda que le otorgan los remolcadores.

La responsabilidad varía de acuerdo a las embarcaciones. En los buques militares la figura del capitán se mantiene pero los pilotos se convierten en unos ´asesores´ es decir que existe una figura compartida. Pero en los mercantes o de otro tipo la responsabilidad directa es del capitán, quien puede aceptar o no la recomendación de uno de sus pilotos.

LOS REMOLCADORES LOS GUÍAS DE ´LOS GRANDES

Cuando un buque está en altamar siempre se encuentra a una gran velocidad lo que permite mejor maniobrabilidad. Lo contrario es cuando entra al canal de acceso a un puerto, ahí la nave disminuye, y por lo tanto, el control es más difícil, pues se entra a un espacio reducido donde los remolcadores le permitirán girar y ubicarse mejor para atracar.

Cuando la velocidad es uno o dos nudos, el buque es torpe, lo contrario es cuando se llega a unos 15
nudos. ´

Según el Capitán de Navío, Luis Fernando Sandoval, actual sub director de la Escuela Naval de Sub oficiales, la bahía y el puerto de Santa Marta, presentan una combinación muy agradable y positiva para los marinos, porque no es fácil observar la convivencia de ciudad – puerto – naturaleza, que si lo presentan estos escenarios.

Generalmente al hablar de puertos hablamos de un desarrollo industrial, empresarial, económico, muy pocas veces de la mano o amigo de la naturaleza como si lo es el puerto de Santa Marta.