Metrópolis
Control urbano: clave para el ordenamiento de la ciudad
Crece sin control
Ante las evidentes infracciones urbanísticas que se presentan en la ciudad, OPINIÓN CARIBE consultó con expertos que hablaron acerca de la ausencia de un adecuado control urbano y, de la importancia de fortalecer la secretaria de planeación para poder tener una ciudad organizada desde el punto de vista urbanístico.
Al caminar por las calles de Santa Marta, se observan diversas construcciones que podrían denotar la creciente inversión en la actividad constructora pero que son más el reflejo de una ciudad que crece sin control.
En una de las esquinas de la emblemática avenida Campo Serrano, a la altura de la calle 21, se levanta una construcción que, aunque muestra un permanente movimiento de maquinaria y personal de obreros trabajando en el lugar, no posee la reglamentaria valla de licencia de construcción, su fachada está demolida y, de la dirección que se logra entrever en la estructura (calle 21 -5- 06), no existe registro de solicitud de licencia en las curadurías urbanas 1 y 2 de la ciudad.
A pocas cuadras hacia el norte, en la calle 18 entre carreras 5 y 4, también se levanta una construcción que no posee dato alguno en su fachada, constituyéndose en apenas dos ejemplos de una problemática que no solo se presenta en el casco urbano sino también en la zona rural, a los que se suma que “existen falencias en el tema de vigilar el abuso del espacio público no solo por quienes tiene la problemática laboral (vendedores ambulantes)sino también por empresas privadas que evaden impuestos, lo cual es competencia de la secretaria de planeación, que adolece de control, y que se debe fortalecer”.
El control urbano, es decir el adecuado y reglamentado funcionamiento del crecimiento en la ciudad, de acuerdo a la Constitución Política de 1991 es competencia de los Municipios que, además son los responsables de determinar los usos del suelo en su territorio y la estructuración del mismo con los Planes de Ordenamiento Territorial, a través de su secretaria de planeación.
Dentro de las funciones del control urbano se encuentran la de vigilar que se respete el espacio público, que se cumplan con las normativas de construcción y se impongan las sanciones necesarias a quienes incumplan la ley.
“Es obligación del constructor tener la licencia y los planos de obra, así como tener la valla informativa para poder ver los datos completos de lo que se está desarrollando en el predio, pero hay algunos constructores que no lo hacen, hay constructoras serias que se ajustan a lo aprobado pero otras hacen trampa en el proceso constructivo y violan la norma” expresa Dennis Valverde actualmente encargada de la curaduría número uno.
“Existe en Santa Marta un sistema de empate, si tu vecino viola la norma él mismo Plan de Ordenamiento le permite al constructor hacerlo, lo cual se debe derogar en el nuevo Plan que se encuentra el actualización, porque eso no permite hacer ciudad” puntualizó Valverde.
Los casos que se presentan donde se infringen las normativas de construcción son principalmente que: quienes construyen no expiden licencia, expiden licencia pero construyen fuera de los planos aprobados, solicitan licencia pero sin serles otorgada construyen y, quienes poseen la licencia pero no la exhiben casos que deben ser detectados por control urbano para que posteriormente los infractores puedan ser sancionados.
DESPERTAR DE CONCEINCIA
Para Mónica Villalobos, curadora urbana número uno, el control urbano se constituye en uno de los “puntos claves y estratégicos para Santa Marta, para la organización de la ciudad que se controla con las curadurías pero sobre todo en el terreno, para poder detectar el altísimo porcentaje que no solicita licencias de construcción no solo en distrito sino en los municipios donde hay muy pocas construcciones hechas con licencia”.
“El control urbano es una actividad de conciencia tanto de la administración como de quienes ejecutan la actividad constructora, el país está en un despertar que han generado la creación de secretarias de control urbano independientes de la secretaría de planeación en Cartagena y Barranquilla, pero Santa Marta no tiene, en la secretaría de planeación hacen maravillas, hay 2 arquitectos para toda la ciudad y deben atender quejas y peticiones, reportes analizar y evaluar y no dan abasto, se deben sentir desmotivados con tanto trabajo” ” expresa Dennis Valverde.
Sin embargo, desde la percepción de las expertas consultadas, Santa Marta no tiene la capacidad física, de recurso humano y cobertura para realizar el adecuado control urbano ni en el distrito y mucho menos en la zona rural, con lo cual se pierde en tema de captación de impuestos a la construcción, y se genera un problema más grave de solucionar porque si no se detectan las infracciones en las construcciones a tiempo, luego se tendrá que demoler lo cual no es un proceso fácil.
“Los mecanismos para poder paralizar y sancionar y que se valla hasta el final incluso hasta demoler la obras que incumpla las normas son muy dispendiosos, faltos de ajuste y estructuración, con muchas dilataciones, faltas de colaboración entre las carteras, debe haber un trabajo conjunto para la paralización y el sellamiento, que se debe combinar perfectamente”.
OPINIÓN CARIBE trató de comunicarse en repetidas ocasiones con Diana Sierra, secretaria de planeación distrital quien hasta el cierre de la edición no pudo atender la entrevista.
“Vale la pena que la alcaldía genere una secretaria de control urbano que permita garantizar que en Santa Marta y su nuevo POT prime la formalidad sobre la informalidad. Es un tema de educación, de saber que si no cumplo las reglas hay una sanción, que se vuelva ejemplarizante, y será menos complicado que las personas entiendan que hay que sacar licencia porque hay que construir con las normas” manifestó Mónica Villalobos.
LOS RECURSOS
Por su Parte, Dennis Valverde, asegura que ejercer el control urbano genera ingresos “la secretaria se sostiene solita, haciendo seguimiento de obras y generando multas por ejemplo a las construcciones sin licencias y la ocupación del espacio público, con la expedición del certificado de ocupación, con la verificación del impuesto de delineación, además con el cambio de uso del suelo que genera impuestos de industria y comercio dineros que además tienen una destinación específica para la recuperación del espacio público y la inversión urbana, los parque son divinos pero hay que saber de dónde saldrá el dinero para sostenerlos” enfatizó la curadora.
Para las expertas Santa Marta está rezagada frente a las otras ciudades, pero guardan la esperanza de que después de la actualización del POT, este brinde las garantías jurídicas y se convierta en la ciudad con más potencial de construcción.
“el control urbano es una actividad que se sostiene sola, en el país debe haber un despertar de control como lo hay con las normas de tránsito, no solo por los ingresos que representa para el distrito sino además porque va a garantizar el ordenamiento urbano” finalizó Valverde.
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