Denuncias
Elefante blanco cinco estrellas
De ser promesa arquitectónica para el turismo en El Banco Magdalena, el hotel ‘Santiago de Zampayón’, se convirtió en foco de drogadicción que desprestigia al sector del viejo puerto. La obra contratada por la Corporación Nacional de Turismo inició en 1986 y quedó en mitad de camino con solo el 50 por ciento de su construcción. La administración Rangel descarta su demolición y le apuesta a su culminación aseguró el ingeniero Elías Yúnez, actual secretario de planeación.
El rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, en épocas remotas, de vez en cuando le regalaba un elefante blanco a alguno de sus siervos. Ese tipo de mamífero es poco común y por esa razón era considerado sagrado. El súbdito entonces debía darle comida especial y ponerlo a disposición de quienes quisieran visitarlo y venerarlo. Conclusión, el regalo no servía para nada y por el contrario se convertía en un costo que muchas veces arruinaba al ciudadano.
De ahí hizo carrera la expresión ‘elefante blanco’. Son obras bonitas y aparentemente valiosas, pero que no tienen ningún uso.
En los últimos años han comenzado a aparecer varias como resultado de los problemas de diseño, el afán de contratar y la corrupción que se da en cualquier rincón del país.
Veinte años se cumplen desde que el ‘Zampayón’ puso su primera piedra. Desde ahí la incertidumbre es una constante para los banqueños, ¿qué pasó con el famoso hotel cinco estrellas?
Recorrer el muelle del municipio de El Banco, es darse cara con la mencionada edificación, ubicada en el prestigioso sector de La Candelaria, que de albergar a cientos de turistas, como meta, está convertido en nido de drogadicción de quienes en las sustancias alucinógenas encuentran satisfacción.
Según el arquitecto Eduard Pisciotti, el contrato fue ejecutado por la Corporación Nacional de Turismo en el año 1986, construyó Eduardo Pisciotti, su tío, junto a Jorge Diazgranados, quien figuraba como director de la Corporación. El diseño lo hizo Gonzalo Gervis, quien para la época, era la máxima autoridad en arquitectura de la región sur del Magdalena.
Con seis niveles de altura, 28 habitaciones y un moderno diseño, el ‘Zampayón’ sería la cuota del progreso del municipio, sin embargo, con la salida de Diazgranados de la dirección de la CNT, la obra magna quedó a mitad de camino.
Para el secretario de planeación del municipio Elías Yúnez y el arquitecto Eduardo Pisciotti, el hotel cuenta con un 50% de obra y habría costado alrededor de setecientos millones de pesos.
Veinte años cumple el elefante blanco de estar en abandono, se supo que en las anteriores administraciones se pensó convertirlo en Sanandresito, propuesta que no fue viable para la Corporación.
La administración Rangel ha dicho que culminarlo será su fin, “queremos recuperar el edificio para recibir los personajes de talla nacional. Será un hotel cinco estrellas pese a tener tiempo en abandono, esperamos que el Ministerio de Turismo no los ceda para nosotros poder invertirle y así mejorar el aspecto del municipio”, dijo el Jefe de Planeación.
Agregó que aunque la edificación es comodato del municipio, la administración espera el respaldo económico por parte del Gobierno Nacional, para que El Banco tenga un lugar digno en donde recibir a las grandes personalidades del país.
OPINIÓN CARIBE consultó a expertos en el tema quienes aseguran que es más factible su demolición, teniendo en cuenta que es una obra obsoleta que no está en condiciones de reestructuración.
Apreciación que no comparte la actual administración puesto que promueve un proyecto que incluye ajuste sismo resistente de la estructura, con la cual se podría dar continuidad de la construcción.
El Secretario de Planeación promedia una inversión de 10 mil millones de pesos, el arquitecto Pisciotti asegura que tres mil millones serían suficientes para culminar la obra. Descartan una alianza público privada al asegurar que la administración Rangel no tiene buena relación con el sector privado, por lo que desde la fecha diligencian recursos ante el Gobierno Nacional y departamental.
NICHO DE DROGAS
Seis pisos abandonados sirven de caleta para drogadictos e indigentes. La comunidad se queja del detrimento patrimonial que esta problemática le causa al sector.
Los feligreses aseguran que aquellas tardes de paseo a orilla del río Magdalena luego de salir de misa quedaron atrás, la presencia de los consumidores es latente y aísla a las familias de compartir el paisaje que otorga el afluente.
Al respecto, el Secretario de Planeación, coincidió con el pronunciamiento de la comunidad, y desde su jefatura afirmó que pese a las jornadas de limpieza y cuidado que la administración adelanta, el foco de drogadicción sigue y no da tregua, “el panorama hacia el río no tiene precio, y queremos convertirlo en plus para el municipio, por eso esperamos el apoyo del Gobierno Nacional o Departamental”, apuntó Yúnez.
La administración aspira que a mediados del 2017 el edificio sea terminado.
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