Análisis
Zozobra por ‘La Niña’
Han pasado cinco años desde aquella temporada que produjo fuertes aguaceros que causaron inundaciones en diferentes zonas del Magdalena, ocasionados por el fenómeno de ‘La Niña’. Una de esas zonas es El Banco, que todavía no se recupera. Los afectados denuncian que los recursos asignados por el Gobierno Nacional para enfrentar el impacto y pérdidas dejadas por la ola invernal, se invirtieron en infraestructuras de no resistencia, debido a su mala calidad.
Por Rosa M. Camargo Vásquez
‘La Niña’ es un fenómeno natural de variabilidad climática, derivado principalmente de un enfriamiento por debajo de lo normal de las aguas del Océano Pacífico Tropical central y oriental, frente a las costas de Perú, Ecuador y sur de Colombia, que provoca un cambio en el patrón de comportamiento de los vientos y, por ende, en el de las lluvias.
Mientras que ‘El Niño’ reduce las precipitaciones, ‘La Niña’ favorece su incremento en gran parte del país, en particular en las regiones Caribe y Andina.
Cada evento de ‘La Niña’ es diferente y su repercusión en el clima nacional está dada por su intensidad como por la interacción que se puede presentar con otros fenómenos océano-atmosféricos presentes en el Atlántico, específicamente en el mar Caribe.
El incremento de las precipitaciones eleva la probabilidad de ocurrencia de inundaciones en diferentes zonas del territorio nacional, así como deslizamientos de tierra por saturación de agua en los suelos.
A pesar de advertir y presentar la estación invernal en Colombia como una anomalía marcada respecto a las estaciones invernales ‘normales’, con precipitaciones e inundaciones muy superiores a las observadas históricamente, con consecuencias económicas, sociales y ambientales severas sin precedentes, la Contraloría General de La República denuncia que no hay ningún tipo de preparación para enfrentar la próxima temporada de lluvias.
La situación es crítica por cuanto existen retrasos de obras y proyectos aprobados en los años 2010 y 2011 durante la pasada ola invernal; varias regiones del país enfrentan riesgos ante la inminente llegada del fenómeno de ‘La Niña’, “pone en riesgo los recursos invertidos y aumenta el número de damnificados”, aseguró el ente de control.
El informe de la Contraloría también da cuenta de que después de cinco años de ocurrida esta emergencia, macroproyectos como el Canal del Dique, La Mojana y Gramalote, muestran notables rezagos en el avance físico de las obras y en su ejecución presupuestal.
También es crítica la ejecución y entrega de bienes y servicios a la población damnificada, en sectores como vivienda, educación, acueducto, saneamiento básico, y salud.
Por estas razones, OPINIÓN CARIBE se desplazó hasta uno de los 159 municipios afectados por la estación invernal de los años 2010 y 2011, El Banco, Magdalena, para investigar hacia donde se direccionaron los recursos destinados para los damnificados en aquel momento y cuáles fueron las obras para modificar el impacto de tal fenómeno.
El alcalde Víctor Rangel López explicó, que los eventos invernales de 2010 y 2011 fueron de los más catastróficos para el país y El Banco, por ser un municipio ribereño con presencia en zonas de ciénagas, como la de Zapatosa, Chilloa y Palomeque, sufre estas afectaciones producidas por ‘La Niña’.
“El Gobierno Nacional organizó unas partidas presupuestales para los proyectos de mitigación para El Banco, como la construcción de unos puentes. En esa época se destinaron a través de la entidad Colombia Humanitaria”.
Estos puentes eran: Islitas – corregimiento de Hatillo de la Sabana; vía de Tamalamequito – corregimiento de Algarrobal. El dinero destinado se estimaba en 1.800 millones de pesos, pero el último puente tiene problemas de infraestructura, “consideramos que ese se construyó donde no era y con estructuras que no corresponden al sector. Esa obra puede colapsar de un momento a otro, como consecuencia de la nueva ola invernal”, aseveró.
En el año 2010, el municipio recibió una partida de 1. 050 millones de pesos para construir un muro de tierra, es decir, una especie de terraplén, en el corregimiento de Mata de Caña, que en la actualidad ha sido tragado por el río, “se perdieron los recursos invertidos. Consideramos que allí no se deben hacer más obras de protección de orilla con tierra ni préstamos laterales, sino una de reforzamiento estructural, tipo muelle, camellón o muralla, es lo que realmente necesita Mata de Caña”, explicó el alcalde de El Banco, Víctor Rangel López.
Además, dio a conocer que los recursos destinados para el municipio en los años 2010 y 2011 por conceptos de la estación invernal, se perdieron, porque las infraestructuras construidas con ese dinero no existen, a excepción del puente que de Islitas conduce a Hatillo de la Sabana.
La autoridad fluvial del Municipio aseguró, que están atentos, expectantes del río Magdalena ante cualquier amenaza. Explicaron que la alerta amarilla se declara cuando el río alcanza un nivel de 8 metros con 20 centímetros; la roja, cuando se encuentra en 8 metros con 30.
La última emergencia causada por la ola invernal se reportó cuando el nivel estaba en los 9 metros con 58 centímetros, es decir, que el río superó el nivel de alerta roja por 1 metro con 28 centímetros.
S.O.S. PARA MATA DE CAÑA
La población de El Banco, Magdalena, ha sido uno de los municipios más afectados por el fenómeno de ‘La Niña’ dentro de su jurisdicción, en especial, el corregimiento de Mata de Caña, el cual no se ha recuperado de los estragos causados por el río Magdalena en aquella oportunidad.
El alcalde Rangel destacó, que Mata de Caña vuelve a ser noticia nacional porque al corregimiento se lo está ‘tragando’ el río, tiene problemas de erosión costera que se ha llevado unas 200 casas de las de 600 familias que habitan en ese lugar.
“Como entidad territorial, a nivel local, hacemos todo lo posible para ayudar a esta población, a reubicar a las familias que tienen condiciones mínimas de habitabilidad, pero es una solución temporal”.
Insiste el Mandatario Local, que se requieren verdaderas obras de contención y reforzamiento estructural, para ganar los espacios que el río le ha quitado al municipio. Sin embargo, se cuenta con maquinarias alquiladas y otras donadas por la Gobernación del Magdalena, además de realizar intervenciones en la zona, porque se han presentado las primeras lluvias.
En la cabecera municipal se tratan de brindar soluciones para evitar la pérdida de bienes de consumo durable, los cuales están asociados a la destrucción o afectación de viviendas, porque se han presentado rebosamientos de alcantarillas, barrios afectados, inundaciones por represamiento de las aguas lluvias, entre otros.
“Hemos empezado a trabajar y realizar el ejercicio de manera adecuada, pero en El Banco la calamidad es mayúscula y los recursos presupuestales, escasos “, acotó.
¿Y EL FONDO DE ADAPTACIÓN?
El Fondo de Adaptación, posterior a la catástrofe invernal, “designó en su momento 5.600 millones de pesos, para que se reconstruyeran los planteles educativos en el corregimiento de Hatillo de la Sabana por un valor de 1.300 millones de pesos; el corregimiento El Cerrito recibió una aprobación de 700 millones; la Institución Educativa ‘Lorencita Villegas’, recibió unos recursos por el orden de los 3.600 millones para mejoramiento de infraestructura”, informó el Alcalde de El Banco.
Denunció el Mandatario, que esas obras no se han llevado a cabo, a pesar de haberse contratado a la empresa que más le ha hecho daño al municipio, Caguasur S.A., “con esta organización se contrataron en El Banco más de 17 mil millones de pesos en un año; este grupo tiene las obras de los colegios, por tanto, le desembolsaron 60 millones y no elaboraron, siquiera, los diseños, por lo cual, la plata está a punto de perderse, ya que el Fondo de Adaptación va a entrar en liquidación”.
El Alcalde ha empezado a tomar cartas en el asunto, “nosotros presentamos las solicitudes respectivas a la aseguradora para que vengan y miren lo que ha hecho dicha empresa y vamos a pedir la liquidación de Caguasur, que de nada le ha servido al Municipio”.
De acuerdo con Víctor Rangel, el Fondo de Adaptación no ha entregado más recursos, porque la empresa ha incumplido con los cronogramas en cuanto a presentación de estudios y diseños y etapa precontractual, a pesar de que tiene 60 millones de pesos en su haber. Este es un problema de orden administrativo entre el municipio y los contratistas, “les estamos diciendo o vienen a terminar las obras como se les encomendó o en su defecto, apártense, porque no pueden obstruir el desarrollo de la región”.
LO QUE SE VIENE PARA EL BANCO
Una de las afectaciones del Municipio se origina porque se encuentra por debajo del nivel de los ríos y cuando estos crecen, los barrios bajos sufren las precipitaciones por la temporada de lluvias, por tanto, es fundamental prepararse antes que el fenómeno de ‘La Niña’ cause los estragos ya conocidos en los años 2010-2011. El Banco cuenta con las maquinarias necesarias en proceso de licitación, para garantizar el mejoramiento de la estructura de los barrios urbanos y de las vías rurales.
“Por ahora, nos estamos preparando con el banco de maquinarias municipal, solo sirven dos volteos, pero con la licitación se iniciarán rellenos de los barrios bajos, como Las Américas y también en barrios del norte como Los Olivos, ‘Óscar Pisciotti’, 10 de Julio, La Playa, 2 de Febrero, entre otros”, advirtió Rangel López.
Todo esto con el fin de minimizar el impacto por la temporada de lluvias, porque estas se quedan estancadas y afectan a la comunidad. Pero, en el evento de que el río suba sus niveles, muy poco o nada podrán hacer los banqueños, porque los jarillones, según el Alcalde no fueron construidos en su momento.
Indicó, además, que los recursos son escasos y han pedido a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres su apoyo, “estuvimos en el Consejo de Política Social ampliado de la Gobernación del Magdalena, dando a conocer las situaciones que nos preocupan en El Banco; hoy, solicitamos el apoyo del Gobierno Nacional, y, por supuesto, el Departamental, porque si se repite una ola invernal como la del 2010 – 2011, el municipio quedaría en condiciones de pobreza extrema. No estamos preparados para grandes precipitaciones, porque la obras llevadas a cabo en su momento, no solventarían una nueva emergencia invernal”.
Por otra parte, quienes viven el corregimiento de Mata de Caña viven en constante zozobra, por el solo hecho de pensar que la fuerza del río que socava de forma rápida su territorio, arrase una vez más sus viviendas.
El presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento, Víctor Gutiérrez, aseguró, en entrevista realizada por OPINIÓN CARIBE, que debido a los cambios frecuentes que presentan los niveles del afluente y una probable emergencia invernal, sobre todo, en la vía que comunica a El Banco con Tamalameque, es posible que un día amanezcan como Armero, desparecidos por el río.
Señaló, que por esta problemática han realizado varias protestas para llamar la atención de las autoridades y demandar de ellas las acciones pertinentes, porque el miedo de las familias a quedar damnificados es constante.
Afirmó el líder comunal, que, “en menos de una hora el río se llevó parte del muro que construyó de forma irregular y sin garantías Cormagdalena hace algunos meses, no ha servido para nada, porque el peligro por posibles inundaciones aumenta día tras día.
“Si ocurrieran hechos inesperados, Dios quiera que no, solo donan mercaditos y tratan de construir muros que no sirven para nada, porque el río los arrastra enseguida. Estamos en el proceso con la Administración Municipal de reubicar a las familias más afectadas, antes que el río acabe con todo”.
SECTORES DESPROTEGIDOS
Claudia Flores Palomino, líder comunal y miembro de la mesa de trabajo de la Juntas de Acciones Comunales de El Banco, aseguró, que para este municipio sí enviaron ayudas y recursos después de la ola invernal, pero el impase de los banqueños radicó, en que al sector comercial fue uno de los más afectados y desprotegidos, “en esa época no les dieron recursos a los comerciantes de El Banco o por lo menos los necesarios para que ellos pudieran reorganizarse”.
También habló del famoso ‘millón 500’, porque los afectados por la catástrofe aspiraban a solventar con ese dinero que donaba Gestión de Riesgos, su reorganización, pero, de acuerdo con Claudia Flores, muchos de los damnificados se quedaron sin recibir nada.
“Los recursos fueron destinados a personas que no tenían nada que ver con las afectaciones por la ola invernal y muchos damnificados quedaron sin ayudas”, indicó.
La creciente se llevó la tranquilidad de más de 3.500 personas, quienes vieron cómo desaparecía por un derrumbe, el paso obligado sobre una ciénaga,
RECURSOS AD PORTAS PERDERSE
El Banco tiene muchos recursos a punto de perderse, entre esos los que han sido destinados por parte del Fondo de Adaptación para la remodelación de tres escuelas, unos 5.600 millones de pesos.
Sobre el Fondo Nacional de Regalías, en la época del exgobernador Trino Luna Correa, se aforaron 10 mil millones de pesos, de los cuales se giraron 9.300 millones de pesos, que según el Alcalde de turno, no cumplieron su cometido ni el objetivo para los cuales fueron destinados, por tanto, El Banco está a punto de ser sancionado.
Expresó el Mandatario Local, que, “con preocupación vemos que a pesar de que se gestionaron los recursos y se presentaron los proyectos, hemos contado con la mala suerte de tener unos contratistas que tienen otros objetivos, no el de cumplir con sus compromisos”.
Así mismo, El Banco, Magdalena, tiene problemas con unas pavimentaciones de algunas vías que se gestionaron a través del Departamento para la Prosperidad Social, DPS, con las cuales conminaron a la Administración Municipal para terminar obras de alcantarillado, que se hicieron en el gobierno anterior, “si nosotros no hacemos eso, perdemos esos dineros, además de una sanción de cinco años para presentar proyectos en el DPS”, mencionó.
Hoy, el Ministerio de Hacienda tiene suspendidos los giros del Sistema General de Participaciones para agua potable, porque desde 2014 el Municipio no entregaba información a los órganos de control que así lo tienen legalmente estipulado.
“A la Superintendencia de Servicios Públicos y a Hacienda no se entregaban informes y por no hacerlo, desde octubre de 2015 están suspendidos los giros para El Banco. Lo que nos crea un problema para la prestación de los servicios de agua, acueducto y aseo”, puntualizó Víctor Rangel.
A pesar de que se gestionaron los recursos y las entidades nacionales tienen plata para invertir en los municipios, en El Banco no se hizo lo pertinente para garantizar y ejecutar la buena inversión de los mismos.
PANORAMA NACIONAL, NADA ALENTADOR
La Contraloría General de la República prendió las alarmas por la crítica situación a la que se enfrentan las regiones del país que se verían afectadas con la probable llegada del fenómeno de ‘La Niña’ para el segundo semestre del año, teniendo en cuenta que cuatro años después de la ola invernal de 2010 y 2011 las obras de construcción, reconstrucción y mitigación del riesgo que se pusieron en marcha, presentan notables retrasos.
El Organismo de Control publicó en el Boletín Macro Sectorial No. 01, que acaba de entrar en circulación, un análisis sobre lo que ha pasado con la reconstrucción de las zonas afectadas y los proyectos en ejecución, con una preocupante conclusión: «Resulta evidente que todos los sectores y macroproyectos presentan retrasos en la ejecución de las obras y una baja ejecución presupuestal respecto a lo programado en cada una de las vigencias».
Aunque se han cumplido metas referentes a estudios y diseños, no se ha entregado la mayor parte de las obras previstas, lo cual hace que surja una inevitable pregunta: ¿Qué tanto estamos preparados para afrontar una temporada de lluvias de proporciones similares a la que sufrió el territorio colombiano entre finales del año 2010 y mediados del 2011?
Para la Contraloría, «la mayor probabilidad de ocurrencia del fenómeno de ‘La Niña’ en el último trimestre del año, pone en riesgo los recursos invertidos y existe la posibilidad de que el número de damnificados siga en aumento, dependiendo del alcance de dicha temporada invernal con base en los pronósticos recientes».
El documento elaborado por la Contraloría Delegada para la Gestión Pública e Instituciones Financieras, evidencia el retraso en las obras y terminación de los proyectos, así como el riesgo en que se encuentran algunas regiones del país ad portas una ola invernal.
El informe del Organismo de Control determina, que, en términos generales, las metas están rezagadas respecto a lo establecido en el Conpes 3776 de 2013; se han presentado demoras en la entrega de los bienes y servicios en todos los sectores, porque en algunos proyectos la ejecución presupuestal es baja en relación con lo asignado y los avances en las obras físicas están por debajo del porcentaje de recursos pagados.
Dice, además, que, se realizó una ponderación de los avances en las obras, con base en la participación que tiene cada sector en el presupuesto total, observando que existe un avance del 25,4% en la ejecución de las obras civiles encargadas al Fondo de Adaptación.
Los macroproyectos de mitigación del riesgo que tienen rezagos son: Canal del Dique, que agrupa municipios en el curso del canal o los afectados debido a la destrucción de la barrera de Santa Lucía, incluye municipios de los departamentos de Magdalena, Bolívar y Atlántico; La Depresión Momposina que agrupa los municipios en el curso del río Magdalena desde Pelaya y Tamalameque, Cesar, hasta Tenerife, Magdalena; La Mojana, que reúne cinco municipios de Sucre y de Pinilla, Bolívar, a Nechí, Antioquia; Gramalote, Jarillón de Cali y Río Fonce, Santander.
SECTORES CON MENOR AVANCE
De acuerdo con el informe que emitió la Contraloría General de la República, existen sectores con menor avance en ejecución de metas y entrega de bienes y servicios a la población damnificada por la ola invernal 2010-2011.
Esos sectores son, vivienda, educación, acueducto, saneamiento básico y salud, a pesar que la orden era priorizar las atenciones, los avances son críticos.
Para el sector de la vivienda se aprobaron recursos por 2.1 millones de pesos con el fin de atender 58.087 soluciones de vivienda identificadas por la ola invernal.
Esta cifra contrasta con las más de 100.000 viviendas reportadas como destruidas en el censo realizado por el Dane, lo que significa que desde el comienzo del proyecto existieron diferencias considerables en las cifras de damnificados.
Adicionalmente, aunque ya se contrató más del 70% de los recursos asignados para este sector y se pagó cerca del 40% de lo contratado, el número de viviendas entregadas al cierre del año 2015 apenas alcanzó el 18 % de la meta Conpes y la ejecución del presupuesto fue del 27% de los recursos aprobados para el sector, lo que indica que la mayoría de los damnificados sigue a la espera de la vivienda prometida.
Para el sector de la educación, el panorama es igual o quizás peor. Las acciones enfocadas en la construcción de 361 sedes educativas en diferentes regiones del país, fueron priorizadas en más de 1.000, lo que significa que se va a dejar de atender un alto porcentaje de las mismas.
A diciembre de 2015 solo se entregaron 45 sedes, lo que equivale a menos del 13% de la meta programada, a pesar de que ya se pagó el 35% del presupuesto asignado.
Para el caso del acueducto y saneamiento básico, la situación es la siguiente: la emergencia ocasionó daños en la infraestructura de acueducto, saneamiento básico y recolección de basuras, lo que generó la suspensión parcial o total de estos servicios en 159 municipios de 22 departamentos, por tanto, la zona urbana fue la más afectada.
A diciembre de 2015 el avance acumulado en las obras de alcantarillado fue inferior al 30 %; en las de acueducto, apenas superaron un 10%, lo que demuestra un retraso en las obras en relación con la ejecución presupuestal, que mantiene en grave riesgo la salud pública en las zonas afectadas.
Las obras del sector salud están enfocadas en la construcción o reconstrucción de las Instituciones Prestadores de Salud, IPS, que fueron afectadas, bien sea en su estructura física o en su dotación.
La ejecución de las obras de este sector se encuentra muy rezagada, según la Contraloría General de la República, en comparación con la ejecución presupuestal, dado que a diciembre de 2015 solo se entregaron 6 instituciones de 67 que era la meta, es decir, solo el 9%, mientras que la ejecución presupuestal es del 29%, situación que afecta a más de un millón de usuarios.
Es fundamental que se tenga en cuenta, que una visión de desarrollo y la gestión de riesgo, no debe perder de vista tres dimensiones privilegiadas: los ecosistemas del territorio, las comunidades –sus asentamientos y condiciones de vida–, y la institucionalidad para conducir estos propósitos.
Además, la reconstrucción de activos e infraestructura debe estar centrada en la conjunción de comunidades y territorios, en condiciones que no se reproduzca la vulnerabilidad que el evento hizo evidente.
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