Análisis
‘La historia no es como la cuentan’
Aunque el 20 de julio de 1810 es considerado el día en que el país se libertó de España, el 7 de agosto de 1819 fue la fecha en la que cesó el dominio europeo en estas tierras. Expertos sostienen, que batallas como la del Pantano de Vargas fueron tan importantes y decisivas como la última en la que los criollos se impusieron sobre los que habían llegado a reconquistar La Nueva Granada.
Por Ever José Cantillo
Mediante la Ley 60 del 8 de mayo de 1873 el Congreso de Los Estados Unidos de Colombia, decretó como fecha patria nacional el 20 de julio de cada año. Desde entonces, en todos los centros de educación, al igual que en todos los libros que relatan la historia del país, esa fecha es argumentada como la más importante del proceso de liberación que próceres como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander lideraron contra la España de la época que se había adentrado a territorios latinoamericanos.
El 20 de julio de 1810, según los textos históricos que figuran en las bibliotecas de Colombia, es la fecha en que este país se libertó del yugo español y del poder del virrey Antonio José Amar y Borbón Arguedas quien había sido designado por el poder de España para gobernar desde Santa Fe de Bogotá a esta parte del continente.
Reseñado en la historia quedó José González Llorente por el incidente del florero, quien se negó a la solicitud de prestar ese elemento que iba a ser utilizado para adornar una mesa en la que estaría el comisario Antonio Villavicencio, quien apenas llegaba a Bogotá. Los organizadores de la revuelta habían estudiado el comportamiento de González Llorente y dedujeron su reacción, la cual terminó con la independencia de la Nueva Granada.
Para 1810 Bogotá tenía cerca de 30 mil habitantes. La plaza de mercado fue el escenario del hecho. La ciudad contaba con pocos comerciantes, todos extranjeros, quienes se ufanaban de su poder con las importaciones que realizaban, lo cual era motivo de asombro para los nacionales.
“NO ES COMO LA HAN CONTADO”
Las versiones de los textos contrastan con los relatos de historiadores colombianos, que, si bien no participaron en los hechos, han dedicado gran parte de su vida a estudiar desde su profesión el orden lógico de cada suceso de la Independencia de Colombia.
Alfonso Castellanos, periodista, crítico de televisión e investigador manifiesta, que “la historia no es como nos la han contado”. Con esa frase explica que Colombia carece de una verdadera historia desde su punto de vista, porque “no fue el pueblo el que hizo parte de los hechos más trascendentales del país”.
No tiene ningún reparo en afirmar, que el 20 de julio no debería ser la fecha patria de Colombia y expone de forma minuciosa y detallada el porqué.
Así mismo, señala, que nada es como se ha dicho con respecto a la revuelta planeada por los criollos en la búsqueda de un florero.
Relata, que lo ocurrido ese día en 1810 tampoco giró en torno a un florero y que por ello no debería conservarse ese elemento en el Museo de la Independencia en la capital de la República.
“Lo que en realidad sucedió fue un problema de unos españoles contra el virrey español. Era común que los obispos españoles odiaran a sus gobernantes y civiles por situaciones anteriores”.
El problema era político, afirma. Los sacerdotes de la época y demás religiosos debían ser nombrados en su cargo por el papa Pío VII y no por el rey de España, José Bonaparte. Sucedía así por un acuerdo entre ambas partes. El acuerdo no fue aceptado y se cumplía en Bogotá con las órdenes que daba el virrey Antonio José Amar y Borbón Arguedas.
La tensión política fue, entonces, utilizada por los colombianos para planear de alguna manera la reacción de González Llorente. Cuenta Alfonso Castellanos, que aquello que fue a prestar Luis de Rubio al comerciante era en realidad una guirnalda de papel, elemento utilizado en esa época para adornar las paredes de las casas en Europa y era una moda que adoptaron en actos de suma importancia en Bogotá.
“Ese día al asunto del préstamo lo mezclaron con política. Aparece José Acevedo y Gómez, que era el héroe del momento y que se las daba de que era un gran orador, lo cual no es cierto, pero era el que hablaba en Bogotá e insta al pueblo a que se rebele contra el gobierno español”, cuenta Castellanos.
El virrey y su esposa fueron sacados entre la multitud, su esposa también fue expulsada. Ambos recibieron golpes por parte del pueblo que se alzó por el llamado de Acevedo y Gómez, entonces comenzó la lucha de Colombia por tomarse el poder.
“Tener el placer de pegarles a los virreyes fue algo de lo que disfrutaron unas mujeres que vendían en la plaza. Eso fue una dicha única del pueblo, fue la única participación del pueblo el 20 de julio de 1810, pero no hubo ninguna participación organizada para tumbar el poder”, agrega Alfonso Castellanos.
Un año después de la revuelta, el 11 de noviembre de 1811, Cartagena de Indias se declara como estado libre y soberano e independiente del gobierno español. La fecha enmarcada dentro de las festividades patrias no se escapa de la crítica de Castellanos, quien asegura, que solo se trató de un hecho más de la liberación que la Nueva Granada buscaba.
“El 11 de noviembre es una fecha que no es nacional de Colombia. Lo que ocurrió ese día en 1811 fue una pelea entre españoles y cartageneros que no da la independencia de Colombia. No es ningún hito para Colombia. No se hizo nada que sea distinto a lo que la alta burguesía cartagenera dijera que ellos son héroes, pero no por eso echaron al imperio español; no se cambió la historia de Colombia, no cambió nada”, explica.
Las batallas continuaron. Antonio Nariño era el presidente del estado de Cundinamarca y había llegado a ese cargo por designación, luego de que Jorge Tadeo Lozano renunciara al sentirse presionado por un motín que le exigía abandonar la Presidencia.
“Es una fecha bonita pero no tiene por qué ser una fecha de la patria colombiana, sino de un territorio del mundo que se llama Cartagena, es de ellos, de los cartageneros, no es de Colombia ni de América ni del mundo. Por eso no figura en la historia del mundo”, expresa. Nariño renunció en 1812 y en su lugar fue nombrado Manuel Benito de Castro.
SE DESTACA LA BATALLA DEL PANTANO DE VARGAS
Las banderas de Colombia también son izadas en las puertas y ventanas de las casas cada 7 de agosto. Para Alfonso Castellanos, al igual que otros colombianos historiadores, la fecha de independencia debería ser esta. Las razones son simples. Castellanos indica, que el 20 de julio “no pasó nada distinto a mostrar la vileza que tiene Colombia por dentro”.
En 1819 el puente de Boyacá fue el escenario de la batalla que selló la libertad de la Nueva Granada. Sin embargo, 14 días antes, el 25 de julio de 1819, el enfrentamiento ocurrido en el Pantano de Vargas fue la penúltima batalla que debía enfrentar Simón Bolívar con sus hombres antes del acontecimiento que es considerado el decisivo para los estudiosos de la historia.
Simón Bolívar reunió soldados en Venezuela, los convenció con su palabra de que lucharan por la libertad de la Nueva Granada. En esa labor lo acompañaba José María Córdova y reunió a cerca de dos mil hombres, que se concentraban en Las Queseras del Medio, actual estado de Apure, luego llegaron a caballo a territorio colombiano por la llanura colombo-venezolana.
En Nueva Granada, el coronel Francisco de Paula Santander hizo la labor que había llevado a cabo Bolívar en Venezuela. Entonces se unen a la batalla otros dos mil hombres, en su mayoría, campesinos, quienes lucharon por la libertad de Colombia.
“Este sí es un hecho trascendental, porque vinieron hombres de otro lugar a luchar por estas tierras. Era un ejército de campesinos, sin rifles, sin botas, sin pólvora. Solo con machetes y todo lo que hubiera en la época en el campo. Pasan el Páramo de Pisba y los caballos mueren de hambre y frío. Morirse de hambre por ir a libertar una nación que no es la mía, eso lo hicieron los venezolanos”, narra Castellanos.
La información de que Bolívar vendría con su tropa había llegado a los oídos de Juan José Francisco de Sámano y Uribarri de Rebollar y Mazorra, o Juan de Sámano, el último virrey de España que comandó la Nueva Granada.
El ejército español fue encontrado en el lugar por los cuatro mil hombres de Simón Bolívar. “Los españoles tenían plomo y pólvora, pero acá eso no se conocía. En el Pantano, Bolívar los vuelve nada, pero a mitad de la batalla todavía quedan muchos españoles dentro de este”.
Tras siete horas de intensa batalla sin lograr un resultado concreto de ninguna de las partes, el coronel Juan José Rondón no cesó en sus esfuerzos y ante la angustia de Simón Bolívar, solicita batallar con sus caballeros. ¡Salve usted la patria! fue el aval que le dio el Libertador para que mostrara sus fuerzas.
“12 hombres con Rondón a la cabeza se meten dentro del pantano. La cadena de caballos es tan fuerte que arrollan a todos los españoles que quedan en el pantano y los matan; ese es el hecho histórico más importante de Colombia, los llaneros de Rondón”, expresa Alfonso Castellanos.
¿POR QUÉ EL 7 DE AGOSTO?
A 14 kilómetros de Tunja esa fecha en 1819 el ejército granadino-venezolano sorprendió a los hombres que se alzaban por la reconquista española, quienes debían volver a pasar por el río Teatinos para dirigirse a Bogotá. Tras seis horas de lucha ese día, el más decisivo, los criollos lograron la victoria y Nueva Granada, hoy Colombia, fue libre.
Los hombres de Bolívar solo asesinaron con lanzas a 11 miembros del ejército español. El resto, alrededor de 800, fue apresado. Al marcharse Simón Bolívar a libertar otras tierras latinoamericanas, dejó de presidente encargado a Francisco de Paula Santander, quien desesperado y presionado por lo que los prisioneros les decían a los guardias, ordenó fusilar a los españoles.
“El 7 de agosto es el día en que Bolívar saca a los españoles de Colombia, esa es la fecha nacional. El 20 de julio podría no existir. El 20 es una revolución de cartón, en la cual no interviene el pueblo colombiano, son unas oligarquías de Bogotá que deciden pelear entre ellas. Pero siguiendo el hilo, cuando Bolívar supo que los habían matado, se molestó. El no mataba así a los enemigos, para él eran respetables, le hizo un llamado de atención Santander y eso sirvió para remarcar las diferencias entre los dos”, agrega.
Esas diferencias se hicieron más evidentes, incluso hasta después de ese día. Aunque por ley continúa oficializado el 20 de julio como fecha patria de Colombia.
Castellanos insiste en afirmar, que, “la historia que nos han contado es mentira”. Lo real para catedráticos, periodistas e investigadores como él, es que la verdadera fecha de independencia se dio 9 años después de esa revuelta, es decir, el 7 de agosto de 1819.
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