Departamento
Pacto por la defensa de la tierra
El Pueblo Wayuu junto con los 4 pueblos de la Sierra (Kogui, Wiwa, Kankuamo y Arhuaco), en compañía de sus autoridades políticas y espirituales, reunidos en el Gran encuentro “SAINMMAUMUNUKUNA”, Pacto Espiritual por la Defensa de la Madre Naturaleza y la armonización de los sitios sagrados en el territorio llevado a cabo los días 11, 12 y 13 de mayo en Achintukwa (capital indígena del pueblo Wiwa), declaramos a la opinión pública y al mundo qué:
1. Reafirmamos el pacto espiritual en defensa de la Madre Naturaleza y sus bienes naturales (órganos) en nuestros territorios de origen en memoria de nuestros antepasados, con el fin de retomar y fortalecer los lazos de hermandad que han existido históricamente entre el pueblo Wayuu y los pueblos de la Sierra Nevada como territorio ancestral que es compartido entre los pueblos hoy presentes y cuyo territorio nos une; unión que debe perpetuarse en el tiempo y que ha de ser continuada por las nuevas generaciones como nuestro legado a ellas bajo el desarrollo propio y autosostenible, que se da como conexión de nuestros pueblos en armonía con los tiempos de la naturaleza para el buen vivir en nuestros territorios.
2. Nos apartamos de todo lo que contamina nuestras culturas ancestrales y atenta contra la pervivencia física y cultural de nuestros pueblos y territorios (funcionarios del Estado corruptos e industrias Nacionales y Multinacionales), acercándonos a los principios y fundamentos de nuestra Ley de Origen, a través de nuestros sabedores espirituales, mayores y sitios sagrados, llevando a cabo un pacto espiritual enfocado en la armonización de nuestros territorios de origen; recuperando nuestros usos y costumbres y la memoria de nuestros ancestros.
3. Reconocemos la línea sagrada que recorre las venas de Mma (Madre Tierra) que entrelaza la Sierra Nevada de Santa Marta y el territorio Wayuu, que abarca todos los nacimientos de agua, ríos, ojos de agua, etc., y articula todo lo que tiene que ver con la siembra del agua como práctica milenaria que enlaza la espiritualidad con los sueños y los nacederos
de las cacimbas en los arroyos y caños.
4. Que frente a el peligro inminente para la existencia de la vida que representan los proyectos minero-energéticos (gas, agua, energía eólica, carbón, energía solar, entre otros), armonizaremos la energía
interna (espiritual y sagrada) y energía externa (vivencial – cotidiana) en nuestros territorios que actualmente se encuentran en desequilibrio debido a los factores externos que influyen en ellos de forma violenta, como ocurre con el río Ranchería y el Arroyo Bruno a causa de la intervención nociva de la empresa extranjera Carbones del Cerrejón Limited.
5. Reafirmamos ante el mundo nuestro derecho a existir como pueblos ancestrales, que por más de 500 años hemos resistido desde nuestra
Ley de Origen como un legado de nuestros ancestros, al exterminio por parte de países, empresas, gobiernos e intereses económicos foráneos
que no han comprendido ni comprenden la importancia de nuestra cultura y nuestras prácticas milenarias, en relación con la preservación del equilibrio de la madre naturaleza para la continuidad de la vida en el planeta, que por hoy día luchamos contra un modelo económico que súper-explota los recursos naturales y convierten en mercancía la naturaleza, circunstancia que ha producido el calentamiento global y el cambio climático y ha hecho de éstos la mayor amenaza hacia la vida y biodiversidad en el planeta.
6. Invitamos a todas aquellas personas conscientes, que creen en el legado de la Madre Naturaleza y comprenden la amenaza que sobre ella se ejerce constantemente, a aunar esfuerzos desde lazos de hermandad en defensa de la vida, el territorio, la cultura y el buen vivir como un bien común, frente a todos aquellos intereses que han desconocido y desconocen nuestros derechos y depredan la naturaleza en nombre del desarrollo y el progreso que beneficia a algunos pocos, a costa del bienestar de la mayoría.
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