Columnistas
Disentir ayuda
Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez
Hay gobiernos qué, para muchos, de pronto desde sus propias ópticas, constituyen una amenaza, bien por la forma como los conducen, por no aceptar sugerencias, ser autoritarios, demagogos, populistas o bien por ser contumaces; de allí que disentir como derecho y prerrogativa obligue y comprometa si se soporta en razones, se ejerza de buena fe. Es en mi opinión una ayuda, si quien es depositario de ese disentir se aparta de complejos y analiza sus contenidos que bien pueden ayudarlo en sus tareas en las que importan buen gobierno y bien común.
Los gobernantes no pueden creerse iluminados, mesías, ni causar con sus decisiones dañinas consecuencias a sus gobiernos y gobernados, toda vez que se afecta en materia grave lo institucional. No puede haber tampoco falta de autoridad moral, frivolidad, desatención, distracciones, improvisación, relajo, actitudes desconcertantes que lleven a confundir, como tampoco sin sentidos, irresponsabilidades, agresividades, ni actitudes para imponer el derecho de la fuerza.
Entender que no se trata de cimbrar con algo, ni porque sí a la opinión pública. Lo adecuado es nunca fastidiarla, abrumarla, sacudirla con espectacularidades ni efectismos. Acercarla con convocatorias, llamarla a pensar en grande, en cómo avanzar, salir adelante A ser reflexiva y a discernir. Invitar a que no sigamos siendo pueblos sin rumbo. De la misma manera, comprender que no es posible deslindar a la Institución de gobierno de los hombres que las dirigen, razón por la que los gobernantes deban respetar su investidura y nunca menoscabarla, toda vez que degenera el funcionamiento institucional, lo que deja clara la ecuación.
No pueden ni deben los gobernantes obsesionarse en nimiedades, que lo convierte en una amenaza constante, que además de tomar malas como peores decisiones, lo llevan a malbaratar con inusitada velocidad el capital político que pudiera tener. No le es dable tampoco creerse de chismes, rumores, ni que las críticas lleven a calificar de conspiradores y delincuentes a quienes las peroran. No valen en compendio de buen gobierno los autoritarismos que empiezan siempre por irse lanza en ristre contra la libertad de expresión.
Es preocuparse por lo importante y el largo plazo, sin que ello signifique desatender todo lo demás, entre ello lo urgente. Es velar por salud, educación e infraestructura de calidad. No mentir, hacer demagogia ni confundir, sino alzar el vuelo, es mi recomendación desde esta líneas en la procura de un departamento y unos municipios dispuestos a ser lo que deben ser, unidades territoriales inmersas en la consolidación de buenos gobiernos en beneficio colectivo.
saulherrera.h@gmail.com -Abogado Especializado en Gestión Pública
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