Columnistas
Por qué el desempleo sigue tan alto
Por: Cecilia López Montaño
Esta es sin duda la pregunta del millón no solo en Colombia sino en toda América Latina.
Se está celebrando con bombos y platillos que las tasas de crecimiento en el 2021 generalmente están dando cifras positivas. Si la respuesta a esta preocupación fuera
obvia ya se conocería y se habría actuado de manera tal que probablemente el desempleo estaría reduciéndose al ritmo deseado. Pero esto no está sucediendo
especialmente en Colombia donde seguimos con dos dígitos en estas tasas, es decir en niveles muy altos. En la última encuesta que corresponde al mes de julio, el desempleo
es de 14,3% y se mantiene el mayor impacto en las mujeres, 19,3% en el segundo trimestre del presente año. Se olvida con demasiada frecuencia el gran problema que
representa la población inactiva que ni trabaja ni busca hacerlo, más de 16 millones de personas.
Una de las explicaciones obvias es que la economía, como señaló Gonzalo Hernandez en un excelente artículo en El Espectador la semana pasada, es que a diferencia de lo que
señalan los empresarios y el gobierno, después de la caída de casi 7% de la economía en 2020, lo que está sucediendo es sencillamente un rebote y no una reactivación. Se
supone que el presidente Duque tenía idea de economía, pero se le olvidó al señalar que el crecimiento actual era la cifra mas alta que registraba el país desde no se sabe
cuantas décadas. Principios de economía para el equipo del gobierno porque esa es una gran mentira.
Otro dado que presentó el Dane abre una puerta que debe explorarse: ha aumentado significativamente el número de horas trabajadas en el país entre quienes tienen
ocupación remunerada. Solamente como anécdota se sabe que algunos trabajadores que durante la pandemia aceptaron reducción del salario ante la caída de la actividad
ahora siguen con la misma remuneración, pero trabajando el doble porque la demanda de retomó el nivel pre-pandemia. Sin embargo, sus patronos se niegan a reconocer la
nueva situación. Explotación laboral, sería la pregunta que valdría la pena por lo menos explorar.
Pero seguramente lo que ya nadie puede desconocer es que el mercado laboral y sus indicadores requieren mucha mas elaboración. No se resolvió el tema del desempleo
con la tesis de que el salario es un costo que al bajarlo sube el empleo. Como si el trabajo fuera un bien de consumo. Llegó el momento de entender que mientras los
sectores productivos más dinámicos de la economía no sean intensivos en mano de obra y mientras las brechas educativas no resuelvan las profundas inequidades en el tipo de mano de obra que llega al mercado, no es posible encontrar soluciones de fondo a esta realidad de tener si no la más alta tasa de desempleo si una de las mayores de la región latinoamericana.
Es absolutamente indispensable que los economistas ortodoxos, esos que siguen mandando en este país así causen crisis políticas, nos expliquen si siguen creyendo que
basta con flexibilizar los salarios para acabar con semejante problema. Pero hasta ahora mutis por el foro y es probable que la famosa Misión de Empleo se atreva a plantear la
misma fórmula de los últimos 30 años que fracasó.
Lo que sí resultó interesante de la ultima encuesta es que creció el empleo femenino, lo que puede asociarse con la presencialidad en la educación que pesaba mucho en la
carga del cuidado de las mujeres. El 51.7% del trabajo recuperado en julio corresponde a mujeres y el 48.3% a hombres. Por fin, alguna luz para este golpeado sector de la
población.
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