Columnistas
Ser capaces
Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Es claro a todas luces, que para enfrentar un problema hay que entenderlo. Iniciamos un año perdidos en un cruce de caminos en el que convergen emergencias sanitaria, económica, social y de seguridad, atribuibles, además de la pandemia, a las malas decisiones de los gobernantes actuales. Notorios son los errores. Ataques en todas las direcciones, responsabilidades transferidas, escándalos, autoritarismo, demagogia, populismo, desconocimiento de la cosa pública, nepotismo, improvisación, corrupción, turbulencia, señalamientos infundados que hoy se acumulan sin hacer mella en los mandatarios de turno. Tenemos una sociedad está polarizada, una oposición diluida en su propia irrelevancia y el departamento y su ciudad capital, camino irreversible a un caos, que, si bien todos parecen advertir, nadie entiende y muchos aceptan porque sí.
Nada funciona, los negocios quiebran, no cuestionamos el rumbo ni la mala dirección, no luchamos por estar mejor, tampoco estamos interesados en adquirir los beneficios o privilegios que nos corresponderían; y quienes muchos como yo gracias al todopoderoso tenemos el privilegio de la opinión pública, ya lo hemos venido indicando desde hace años. Ayer el odio entre nosotros no era tan venenoso y capaces fuimos de ver desde las diferencias, soluciones conjuntas para los problemas colectivos. Definitivamente el odio no era tanto. repito, para enfrentar un problema hay que entenderlo, los insumos están sobre el tapete, unos gobernantes que no funcionaron como debieron, un universo crítico que denunció carencias hasta llegar al poder. Hoy tenemos un gobierno ineficiente, pero popular (aunque cada día y cada vez menos), una sociedad dividida y una oposición pasmada, inoperante, sin mística e inofensiva. Un conductor sin soluciones en el presente que solo culpa a los mandatarios de ayer que gobierna planteándole falsas ilusiones a una población desfavorecida y sumida en la miseria de los canes y de los parias.
Es nuestro actual mandatario la antítesis de todo lo nuevo, bueno, mejor y productivo, lo que lo muestra como un ser para nada interesado en gobernar para todos, sino en tener la razón y transmitir poder y mandato a quien o quienes le vaya o vayan a ser convenientes. No le asiste vocación por el futuro de sus gobernados y mucho menos empeñado está en ser protagonista en una síntesis articulada que promueva avances reales de cambio y transformación en contexto de productividad, desarrollo, progreso, crecimiento, bienestar e integral prosperidad.
Queremos los magdalenenses vivir, progresar, construir, ser síntesis de bienestar, ser un departamento exitoso, sin resentimientos, optimista, dar a conocer lo que y hacer entender lo que en verdad nos está pasando. Queremos un departamento en el que las decisiones no sean tomadas por un oportunista en el poder, sino un Magdalena distinto, pujante, arrollador, productivo. El departamento y nosotros lo merecemos