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Fuerza Ciudadana y Centro Democrático: dos franquicias políticas que están muriendo en Santa Marta
Las pasadas elecciones a Congreso y primera vuelta Presidencial dejaron en evidencia el poco impacto electoral que ambos grupos tienen en el escenario regional. Mientras Carlos Caicedo fracasó en su intento de alcanzar al menos una silla en el Senado para su alfil y portavoz: Rafael Martínez; el ala política del Grupo Daabon, manejada por Juan Carlos Dávila, casi fracasa con la tarea de reelegir a Honorio Henríquez, ambos movimientos parecen haber llegado al punto máximo de desgaste político y económico, dejando sinsabores en el electorado y vacíosproselitistas que nuevos liderazgos pueden aprovechar.
Por: Redacción Opinión Caribe
Quienes estuvieron al frente de las campañas de Gustavo Petro y Federico Gutiérrez y dieron su aval para que en primera vuelta representantes de Fuerza Ciudadana y Daabon –como punta de lanza del Centro Democrático– llegaran a ‘reforzar’ sus equipos de trabajo en el departamento del Magdalena, tal vez lo hicieron guiados por el aparente poder que ambos grupos parecen detentar y que eventualmente les permite endosar a cualquier preferencia política los electores, los votos.
No obstante, los guarismos registrados en los debates a Congreso y Primera Vuelta Presidencial parecen indicar que tanto el poder político y económico que se les atribuye, como la facultad de endosar votos a cualquier candidato, son solo eso: apariencias. No alcanzó para convencer a los votantes la magnificencia que los medios le han otorgado a la gestión de Carlos Caicedo y sus alfiles, siguiéndole el juego sucio de participar en política por encima de la Ley, ni tampocola fuente casi inagotable de dinero de su contraparte, que le permite apoyar a uno, dos y hasta tres candidatos en una misma elección.
El fenómeno político que en su momento fue la elección de Carlos Caicedo en la Alcaldía ha perdido tanto la fuerza como su sentido ciudadano. Contrario al discurso que Caicedo y su séquito manejan, son solo ellos los responsables de sus fracasos electorales: baste mirar los indicadores negativos que registran Santa Marta y el Magdalena en muchos aspectos y que afectan las condiciones de vida de los ciudadanos -así como el probado nepotismo en las instituciones públicas, la incompetencia de algunos de sus más preciados funcionarios, la debacle de la Essmar y los cientos de procesos que contra las cabezas visibles de Fuerza Ciudadana se llevan en los juzgados penales, fiscales y disciplinarios- para entender que estos minaron el proyecto político.
Hoy Carlos Caicedo, a través de su hermana Patricia, su aliado más fiel: Rafael Martínez, la Credencial de Ingrid Aguirre, y el trabajo y dinero de los contratistas, busca una proyección y cuotas burocráticas en el eventual gobierno de Gustavo Petro. Por su parte, Daabón y el Centro Democrático siguen buscando en ‘su equipo de trabajo’ a los líderes que no cumplieron con los votos pactados, pues, mientras la Lista a Cámara fue la más votada del Magdalena, su hombre al Senado casi se quema.
El caudal electoral de Caicedo disminuye campaña tras campaña
Con el aval del Partido Liberal Colombiano, que en ese momento ostentaba la Alcaldía de Santa Marta con Juan Pablo Díaz Granados, Carlos Eduardo Caicedo Omar consigue vencer en octubre de 2011 a Alejandro Palacio Valencia con una votación de 74,165 votos. En esa campaña, que fue el retorno de Caicedo al escenario político luego de afrontar varios procesos y estar preso por más de cinco años, se le vio acompañado, como muchos medios lo han referenciado, de personajes de la clase política tradicional de Santa Marta, contra quienes ha emprendió desde entonces una campaña de desprestigio y odio a través de sus discursos públicos y redes sociales.
Difícil resulta a Carlos Caicedo desligarse de ese respaldo y que quiéralo o no, fue el impulso que necesitaba para posicionarse como lo ha hecho estos 12 años en primera persona y a través de figurones como Rafael Martínez, Virna Jhonson, Ingrid Aguirre, ‘Memo’ Rubio, Patricia Caicedo, Adolfo Bula, y otros que son reconocidos no precisamente por la pulcritud en el cumplimiento de sus funciones.
Esos primeros cuatro años en el poder le permitieron a Caicedo explorar muchas estrategias políticas, pero la que más ha utilizado ha sido el posicionamiento en el ideario de la gente de una lucha de clases donde él representa a los oprimidos y sus lugartenientes políticos son la vanguardia de la lucha social en Santa Marta y el Magdalena, amén de que él mismo haya pasado de no tener para pagar el colegio de sus hijos a ser dueño de más de un apartamento lujoso para pasar la noche, incluso para cambiar de residencia varias veces a la semana, eso sin contar los carros lujosos en los que se transporta y la ropa de marca que él y sus familiares más cercanos siempre visten.
En la siguiente campaña, tras una aparente ruptura con la clase política tradicional que lo respaldó, Caicedo logra mantener la Alcaldía en la persona de Rafael Martínez, quien avalado por Fuerza Ciudadana obtuvo: 91,294 votos, lo que supuso un incremento de 17.129 votos con relación a los obtenidos por el jefe natural del movimiento en 2011 cuando venció a Alejandro Palacio. Decimos que la separación fue aparente, porque Juan Carlos Dávila prestó dinero en efectivo a Martínez para que financiara su campaña; la ruptura pudo llegar después, cuando ‘Rafa’ se negó a pagar y Juan Carlos tuvo que demandarlo.
Estando Rafael Martínez en la Alcaldía, su jefe político, Carlos Caicedo emprende una iniciativa imposible: elegirse Presidente. Luego de gastar millones y millones -que se rumora eran del erario- para difundir una idea que nació muerta, se ve obligado a participar en una consulta con quien es en el escenario nacional es el político más afín a su pensamiento: Gustavo Petro. En esa oportunidad Caicedo fue apabullado por su rival 2 millones 800 mil votos contra 514 mil.
Los votos obtenidos por uno y otro candidato en el Magdalena y Santa Marta son los siguientes: en el departamento Caicedo obtuvo: 91.155 y en Santa Marta: 66.081, mientras que a Petro le figuraron: 66.565 y 19.804. A ojo de pájaro, atendiendo a esos números, puede uno concluir que en la capital del Magdalena, que es su fortín político, Carlos Caicedo no pudo en la ‘Consulta Inclusión Social por la Paz’ alcanzar la cifra de votos que lo llevó a la Alcaldía en 2011. Tampoco le alcanzó para elegir a su hermana Carmen Patricia en una Lista a Cámara confeccionada solo para ella. ‘Paca’ obtuvo 25,098 votos a nivel departamental y 19,785 en el distrito.
Esa Primera Vuelta presidencial de 2018 le dejó a Gustavo Petro en el Magdalena: 143.107 votos y 64,612en Santa Marta. Lo que indica que a nivel departamento su alianza con Caicedo solo le aportó un poco más de 70 mil votos y en el distrito cerca de 40 mil. En la Segunda Vuelta lo votos aumentaron, pero es justo decir no fue únicamente producto del ‘trabajo exclusivo’ de Caicedo y su movimiento político, porque además de la labor incansable de los militantes del Polo Democrático, Colombia Humana y ahora Pacto Histórico, el voto en contra del Uribismo también jugó un papel importante.
En 2020 Carlos Caicedo llegó en primera persona a la Gobernación obteniendo una votación de 290 mil votos y otro de sus lugartenientes: Virna Jhonson, se alzó con la Alcaldía de Santa Marta con 130 mil votos, puede decirse que estos resultados son los puntos más altos de votación del Movimiento Fuerza Ciudadana. Dadas las dinámicas burocráticas y de poder que hay al interior de la administración pública, todo parecía indicar que Caicedo y su movimiento político se adueñarían también del escenario legislativo, no obstante, fracasaron estrepitosamente obteniendo únicamente una curul a la Cámara a un costo económico y político muy alto.
Para las legislativas del pasado de 13 marzo, Fuerza Ciudadana rehusó hacer parte de la gran coalición que es el Pacto Histórico y llevar por su cuenta una Lista de 100 aspirantes al Senado. Los estrategas políticos de Fuerza Ciudadana proyectaban la obtención de al menos tres curules: Una para Rafael Martínez, Otra para Gilberto Sanin Tobón y una más en Cabeza de Hollman Morris, pero no obtuvieron ninguna.
Los 80.549 votos que obtuvo Rafael Martínez, uno de los candidatos que se tenía como favorito y el que más dinero gastó al interior del movimiento político Fuerza Ciudadana, evidencian que a pesar de su ‘popularidad’ entre el electorado, a Carlos Caicedo le resulta difícil endosar votos. De la cifra de sufragios contabilizados en favor de Martínez, puede uno de entrada advertir que pese a los esfuerzos no pudo siquiera alcanzar la cifra que obtuviera cuando fue alcalde y lo lejos que está de la obtenida por su predecesora en la Alcaldía.
La campaña de Martínez no se posicionó lo suficiente, a pesar de que éste tras abandonar su puesto en la Gobernación empezó a aparecer en muchos lugares apoyando ‘proyectos políticos’ que le sumaran en el futuro, como la Alcaldía de Julio Gómez en Tenerife que se cayó por los errores jurídicos que ellos mismo cometieron. Angustiado por la derrota futura y la pérdida de los recursos invertidos, Caicedo empieza a participar activamente en la campaña de sus pupilos, tanto así, que su rostro aparecía en todas las piezas publicitarias del movimiento en el Magdalena.
También apareció el rostro de Carlos Caicedo promocionando su Lista a Cámara. En este escenario llevó la vanguardia Ingrid Aguirre quien salió a hacer campaña luego de hundir a la Empresa de Servicios Públicos del Distrito de Santa Marta (Essmar) en un cráter de arena movediza que provocó el descalabro financiero y la intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos. Los números de Rafael Martínez y ‘La Lista de Caicedo’ a la Cámara de Representantes dejaron claro que los votos que eligieron al fundador de Fuerza Ciudadana Gobernador no le pertenecen y le es imposible endosarlos.
Estos resultados son una muestra irrefutable de lo poco que tiene para aportar Fuerza Ciudadana a una campaña de gran envergadura como la de Gustavo Petro que busca derrotar definitivamente al modelo administrativo y de hacer política implantado por Álvaro Uribe desde su llegada al poder hace 20 años. Los menos de 82 mil votos que obtuvo el ‘portavoz’ del movimiento político de Carlos Caicedo en su aspiración al Senado y los casi 68 mil que obtuvo su lista cerrada a la Cámara desnudaron el verdadero potencial electoral de cara a las elecciones regionales del año próximo donde se abren rendijas para nuevos liderazgos.
Juan Carlos Dávila tiene un pésimo ojo para la política
Dada la situación socioeconómica que viven Santa Marta y el Magdalena es imposible encontrar un conglomerado de las dimensiones del Grupo Daabon, sus empresas se mueven en distintos frentes, generando 2.200 empleos de calidad y dinamismo a la economía regional y nacional. Para destacar brevemente ese éxito empresarial, piénsese en su fábrica de jabón cosmético en Glasgow, Escocia; C. I. Tequendama S.A.S. que suministra aceites vegetales y sus derivados, orgánicos y convencionales; C.I. La Samaria S.A.S. que siembra, cosecha y comercializa banano orgánico para la exportación o Terlica S.A.S. empresa dedicada a la prestación de servicio de almacenamiento de productos líquidos a granel.
Otro elemento importante a tener en cuenta en este sentido, es la ampliación del mercado para los variados productos que ofrece Grupo Daabon, este año, el diario económico Portafolio destaca el ingreso de la multinacional samaria a Oriente Medio. “Para este año estamos concentrados en esta región del mundo del Oriente Medio, a partir de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Esta región no la teníamos antes en el Grupo, porque estamos en Oceanía, Europa, Asia, Estados Unidos, Canadá y Brasil, pero nos faltaba esta zona para completar un posicionamiento global. Estamos enfocados en desarrollar para sacarle todo el potencial”, dijo a ese diario Juan Manuel Dávila, CEO de la empresa y cabeza visible en el campo de los negocios.
Puede decirse, sin miedo al error, que muy a pesar de lo líos producto de Agro Ingreso Seguro, los Daabon son los empresarios más exitosos del departamento del Magdalena y a quienes el Centro Democrático confió la custodia de su franquicia, atendiendo a las dinámicas propias del partido y a la evidente orientación política de derecha. Contrario al manejo que le dan a sus empresas, la familia Dávila Abondano ha hecho malos movimientos políticos, que no solo le han costado bastante dinero, sino que también han desgastado la imagen de Álvaro Uribe, quien es en últimas el mandamás del Uribismo, como lo es Caicedo de Fuerza Ciudadana.
El primer error de apreciación política del ‘ala política’ del Grupo Daabon fue en 2012 cuando decidieron apoyar las intenciones de Carlos Caicedo a la Alcaldía, confiando en el aval dado por el Partid Liberal que hasta entonces les era afín, proyectaron seguir ostentado el poder político, económico y burocrático, que supone uno tenían en la administración de Juan Pablo Díaz Granados, Alcalde saliente. Pero, las cosas no se dieron así.
Una vez elegido Alcalde, Carlos Caicedo empezó a tomar distancia de quienes lo habían sacado del ostracismo político al que lo había confinado un juez de la república que lo condenó por acciones irregulares al frente de la Universidad del Magdalena. Durante los cuatro años de gobierno y los que han seguido desde entonces, el fundador de Fuerza Ciudadana ha posicionado en el ideario colectivo una narrativa donde no solo los Dávila Abondano sino todos aquellas familias tradicionales y otrora dueños del escenario político, tienen ahora el papel antagónico y superpuesto al suyo, inventando tretas, comprando jueces y presionando a funcionarios del alto gobierno sabotea sus planes administrativos y políticos.
Para las Elecciones de 2015, Juan Carlos Dávila y su grupo respaldaron inicialmente la candidatura de Rubén Jiménez, candidato que por su condición de outsider escaló rápidamente en las encuestas y parecía ser la persona que derrotaría el continuismo, sin embargo, a mitad de camino el discurso de Jiménez se fue apagando y el ala política’ del Grupo Daabon respaldó la continuidad de Fuerza Ciudadana en el poder dando auxilio económico a Rafael Martínez quien resultaría vencedor, posicionando al movimiento político rival como uno de los partidos regionales a tener en cuenta en el escenario nacional, tanto así, que durante esa administración Carlos Caicedo aspiró a la Presidencia y se midió en una consulta ante el político de izquierda más exitoso de Colombia en los últimos 50 años.
Carlos Caicedo y Rafael Martínez no son los únicos actores políticos que han recibido auxilio del ala política’ del Grupo Daabon: Honorio Henríquez, actual senador viene siendo auxiliado desde su primera elección en 2014 cuando hizo parte de la Lista Cerrada a Senado del Centro Democrático que liderara el mismo Álvaro Uribe. Los votos obtenidos en ese entonces fueron 27.867 en el Magdalena y 14.508 en Santa Marta. Desde entonces, Henríquez es según Fuerza Ciudadana el ‘líder de un cartel que se apropia de los recursos de la salud en el Magdalena’. En lo que se refiere a Cámara las cifras fueron: 9.165 en el departamento y 5.546 en el Distrito.
Para las presidenciales del mismo año, donde el candidato fue Oscar Iván Zuluaga la votación fue un poco más alta en la primera vuelta: 70.022 votos a nivel departamental y 23.687 en Santa Marta, no obstante, el trabajo de estos números no es exclusivo del ‘ala política’ del Grupo Daabon. En la Segunda vuelta, la votación llegó a 117.491 en el Magdalena y 40.581 en la capital. Este primer registro evidenciaba el poco impacto electoral que ese grupo tiene, pero siguieron al frente de la franquicia porque su fuente económica para el financiamiento de campañas políticas es casi inagotable.
Cuatro años después, para las Legislativas de 2018 siguieron respaldando a Honorio Henríquez, pero esta vez la lista era abierta y a cada candidato le tocaba pedalear por su curul, amén del impulso que los grandes electores le pudieran brindar por cuenta de la cifra repartidora. Honorio Miguel Henríquez Pinedo obtuvo a nombre propio 15.134 en el Magdalena, 8,354 en Santa Marta y un gran total de 33.432, es decir, prácticamente la misma cifra de votos obtenidas en las elecciones anteriores en esta zona. Al final del día, otra vez por el impulso de Uribe a su lista, pudo mantener la curul. En este debate fracasaron con la Lista Cerrada a Cámara encabezada por Rubén Jiménez quien trató de capitalizar los más de 40 mil votos obtenidos en su aspiración a la Alcaldía, pero las cosas no se le dieron y al final se quedó a mitad de camino nuevamente con 30.376 votos.
Un año y medio después, Juan Carlos Dávila intenta nuevamente asaltar la Alcaldía, esta vez el hombre que recibió la bendición fue Juan Carlos Palacio Salas, personaje que desde hace ya más de 20 años está en el Consejo Distrital de Santa Marta. Palacio Salas aspiró con el aval de una Coalición entre el Partido Conservador y Centro Democrático obteniendo 33.294 votos, cifra bastante similar a la obtenida un año antes por Honorio Henríquez en las elecciones a Congreso y que fue triplicada por la candidata a vencer: Virna Jhonson representante del caicedismo.
Varios analistas de la política consultados por Opinión Caribe coinciden en que el respaldo económico y político brindado por el ‘ala política’ del Grupo Daabon a Juan Carlos Palacio fue tal vez la peor jugada política que hayan hecho Juan Carlos Dávila y sus ‘asesores’ los últimos 12 años, y solo comparable con los apoyos que en el pasado le brindaron primero a Caicedo y luego a Martínez, personaje al que tuvo que demandar en un juzgado civil para recuperar una indeterminada suma de dinero.
El pasado 13 de marzo, tras las legislativas, el ‘ala política’ del Grupo Daabon quedó tambaleante, porque sin el impulso que ofrecía la imagen y presencia de Álvaro Uribe en la Lista a Senado de Centro Democrático, Honorio Henríquez estuvo a punto de quemarse, aun cuando su votación aumentó con relación a la obtenida en los dos debates anteriores, llegando a los 46,824 votos.
La preocupación al interior de la franquicia del Centro Democrático en Santa Marta debe ser grande, pues al candidato por el que se la juegan toda no refleja los sufragios que obtuvo la Lista a Cámara, que por lo que se pudo ver estaba unánimemente apoyando a Honorio Henríquez. El reelegido Senador obtuvo 5 mil votos menos que el electo Representante Holmes Echeverría, por quien votaron 51.709 magdalenenses. Podría preguntar el ciudadano del común interesado en la política y alguno que otro asesor: ¿Para dónde se fueron los 47 mil votos que sacaron Luis Eduardo Vives y Miguel Pinedo Campo?
Como ya es costumbre, el Grupo Daabon respaldó económica y políticamente el candidato presidencial de uribismo en primera vuelta. En la persona de Camilo George recorrieron el departamento haciendo proselitismo en favor de Fico Gutierrez, pero como se sabe, fracasaron. En el Magdalena el hombre del ‘Equipo por Colombia’ sacó 128.355 votos y en Santa Marta a penas 43.591, cifra cercana a la que le aseguró la silla en el Senado a Honorio Henríquez. El despliegue mediático y en redes de esta campaña que supone una alta inversión, contrasta negativamente con los 37 mil votos que obtuvo Rodolfo Hernández sin sedes de campaña, sin coordinadores, ni publicidad a todo dar en medios de comunicación y sitios públicos.
Estos datos que hemos tratado de interpretar aquí, podrían servir para decir que el crecimiento en los votos y militantes del partido Centro Democrático se estancó desde el momento mismo en que Daabon asumió el control de la franquicia, pues, pese a los intentos y oportunidades que las dinámicas mismas de la política han ofrecido, poco o nada se ha avanzado en ese aspecto. A pesar de la curul de Holmes Echeverría en la Cámara de Representantes, triunfo que les fue esquivo las pasadas dos elecciones, el verdadero activo lectoral de este movimiento es muy pobre de cara a las elecciones regionales del próximo año.
¿Qué les depara el futuro a sus intenciones proselitistas?
El evento político inmediato es la segunda vuelta presidencial, Fuerza Ciudadana ha tenido un papel mucho más activo que el Grupo Daabon dada su adhesión a Gustavo Petro luego de la debacle en las legislativas. Los más suspicaces comentan que es el mismo Carlos Caicedo a través de su hermana Patricia quien ‘trabaja sin descanso’ por la causa del Pacto Histórico buscando sostener su proyecto político para las regionales del próximo año y la posibilidad de acceder en primera persona a un ministerio en un eventual gobierno de izquierdas.
Sin embargo, los 42.410 votos que obtuvo la Lista a Senado Fuerza Ciudadana en Santa Marta, los 32.881que en esta misma ciudad obtuvo Rafael Martínez o los 33.130 de la ‘Lista de Caicedo’ a Cámara de Representantes están muy lejos de las cifras que tres años atrás le otorgaran al movimiento la Alcaldía y la Gobernación.
¿Dejaron de ser Santa Marta y el Magdalena el fortín político de Carlos Caicedo? ¿Los muchos escándalos judiciales en los que se han visto envueltos Caicedo y varios de sus más cercanos colaboradores debilitaron la imagen de incorruptible y honesto que se difunde en los medios de comunicación afines a su proyecto? ¿Qué le espera a Fuerza Ciudadana si Gustavo Petro pierde las elecciones con Rodolfo Hernández? ¿Qué papel puede jugar ‘un marginal de la política nacional’ como en su momento calificaron a Caicedo en un eventual gobierno de Gustavo Petro?
Lo único que parece seguro con la pírrica votación que las Listas a Senado, Cámara de Representantes y Rafael Martinez obtuvieron en Santa Marta las pasadas elecciones legislativas es una nueva derrota en las regionales, pues, están prácticamente al mismo nivel de Alejandro Palacio Valencia cuando perdió la Alcaldía con Carlos Caicedo. Palacio Valencia es hoy día un fantasma en la política local. ¿Es este el futuro que les depara a Caicedo y su corte después de 12 años de gobierno?
Situación similar vive el ‘ala política’ del Grupo Daabon que no ha crecido en votos desde el año 2014 y sigue haciendo apuestas por personas que no dan la talla. La curul de Honorio y sus 46 mil votos también parecen insuficientes para afrontar con perspectiva de victoria en el proceso electoral de 2023. Dadas las circunstancias, sabemos que a Juan Carlos Dávila no le interesa ostentar un cargo de elección popular ni a nadie de su círculo familiar más cercano, entonces a él parece no afectarle mucho el pobre avance de adeptos al Centro democrático en las urnas ni tampoco la aparente indisciplina electoral de personajes como Luis Vives González y Miguel Pinedo campo, quienes pertenecen a familias de tradición política y pactan sus compromisos de otra manera y en otro escenario. Lo mismo vale para Holmes Echeverria, logró la curul pero no garantiza la votación completa sacada en beneficio de Honorio Enríquez.
Este parece ser el escenario propicio para un personaje del talante de Rodolfo Hernández que con un discurso frentero contra la corrupción y resultados positivos en el sector privado pueda derribar los muros que tanto Caicedo como el Grupo Daabon manejando la franquicia del Centro Democrático parecen haber puesto para las intenciones de personas ajenas a sus esferas de dominio. Este panorama también favorece a liderazgos juveniles que vienen trabajando decididamente en la instauración de una nueva narrativa sobre el territorio y otras formas de hacer política. Sin duda alguna en el 2023 se dará una renovación en la política en nuestra parroquia, estaremos atentos, vale escribir esa historia.