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Columnistas

Gobernar para la gente

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Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Tener en cuenta el pasado y el presente en beneficio del futuro es determinante en aras a advertirnos de los daños que podemos evitarnos y del que muchos harán desde lo ideológico para su lucro en todo sentido, cuando lo importante en contexto de comunidad, es acudir a motivaciones humanas que ayuden a mantener por sí solas una organización social compleja. Tenemos que ir tras la consolidación de unos municipios y departamentos con suficiente contenido social, desprendernos de las mediocres tesis del mal menor, de repetir los mismos dogmas obsoletos, de reformas que benefician solo a afectos de quienes detentan el poder, de recortar las ayudas de bienestar comunitario, inequidad, desigualdad y privatizaciones, cuando debemos centrar nuestro interés en el comienzo de la abundancia para todos, que no de austeridad, mismas que suponen que un grave quiebre para la inmensa mayoría de la ciudadanía bajo la falsa promesa de un mejor porvenir.

No podemos perder la esperanza, como tampoco renunciar al progreso, sino entender que lo nuevo carece de memoria y hacer en consecuencia camino al andar en vía a buscar siempre estar integrados, confiar en nosotros mismos y nunca estar erosionados. Tenemos que ser como ciudadanos comprometidos, instrumentos y herramientas cargadas de presente para la consolidación de un mejor porvenir.

La inequidad genera sociedades hipócritas y clasistas. Los gobiernos dicen una cosa y hacen lo opuesto. Potencian la igualdad y actúan contrariamente. Anuncian compromisos, no cumplen y menos colaboran.  Recortan los servicios básicos. Retiran apoyos por razones políticas e institucionales. Generan daños de gravedad que ahora no apreciamos y tardaremos en percibir. Nos dicen que la situación empeorará, cuando necesario era una cierta previsión. Siembran el miedo para controlar mejor a la gente, aun al precio de ponerse ellos mismos en evidencia. La abundancia es selectiva.

Importa aquí en esto de gobernar para la gente, lo aconsejado por Don Quijote a Sancho, cuando se hizo cargo de la Ínsula Barataria; “Para ganar la voluntad del pueblo que gobiernas, entre otras has de hacer dos cosas: la una, ser bien criado con todos; y la otra, procurar la abundancia de los mantenimientos”. Es definitivamente lo que falta hace en la vida de los pueblos, también gobernantes bien criados con todos, más cuando muchos se están desentendiendo de la cosa pública por puro desencanto.

De igual manera hay que procurar la abundancia de los mantenimientos, pues asusta el panorama que tenemos por delante, a pesar de las maravillas que nos cantan con música engañosa. Perdido está el drama del desempleo y del porvenir de la juventud, que habla de ruina generacional, con una realidad definida como precariedad y desapego que afecta la aceptación del sistema democrático, lo que es alarma encendida sin que nadie se conmueva y a lo que hay que buscarle pronta solución. Definitivamente hay que hacer política pensando en la gente y no solo en el poder, ya que lo cual genera desafecto y desencanto.