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El vallenato no muere, pero adolece

Por: Iván Correa Acosta
Escribiendo esta columna, me venían a la mente las muchas canciones que compuso el maestro Omar Geles, quien fallecía el día anterior, casi la mayoría de las canciones románticas de los últimos 20 años fueron compuestas por él, canciones que trascendieron fronteras, canciones que inspiraron amores, que inspiraron serenatas para reconciliaciones, que también inspiraron penas por desamor, en fin, el maestro Omar lo era todo para el género, desde su triunfo como rey vallenato en 1989 su carrera fue en ascenso total y pronto escaló a tal punto de que sus canciones fueron reconocidas por todo el mundo como es el caso de Los Caminos de la Vida, una canción que inmortalizó el momento de la separación de sus padres y el apoyo que fue para su madre al momento de la separación. Omar era un vallenatero completo, compositor, cantautor, pero lo que más inmortalizó para el género fueron sus letras, sus poemas cantados, su habilidad para hacer de situaciones pasajeras letras inmortales lo convirtieron en un virtuoso de la canción.
Lo que muchos se preguntan es que pasará con el vallenato ahora que su principal impulsor en los últimos años, con los viejos y con los nuevos ha fallecido, es la pregunta que ronda por todo Valledupar. Sin lugar a dudas, para los que disfrutamos del género es triste que no haya sucesores a la vista, porque sus letras eran únicas y una mente así no nace de nuevo, es cierto. Pero también es cierto que la creatividad romántica ronda por las cabezas de muchos que tal vez queramos plasmar las situaciones de la vida diaria y hacerlas canción, hay muchas mentes capaces de ello pero que o por falta de apoyo o por tozudez no desarrollan estas habilidades. El vallenato necesita de composiciones como las de Omar, de convertir un amor en Amores a Siete mares, en convertir un agradecimiento a la mujer que amas en un Gracias, en convertir esos amores viejos que vuelven en Cuando Casi te Olvidaba, o en un Ya Tengo quien me Quiera, en fin, las mentes compositoras las hay allá afuera y el mayor homenaje que se le puede hacer a una leyenda como Omar Geles es sencillo: Componer y salvar al vallenato.
Para nadie es un secreto que el mercado del Vallenato se ha visto sacudido por composiciones que distan mucho de la esencia del género, con letras que no dicen nada y que son deseo de las disqueras y por supuesto de la audiencia, letras que se olvidan con los días y que no se comparan con los clásicos que son escuchados día tras día y noche tras noche en las casas de la Costa, de los Andes y hasta del sur del continente, pero el vallenato es más fuerte que esto. Cada año el género ha sufrido partida tras partida, desde su máximo exponente Diomedes Díaz, pasando por Martin Elías Díaz, Kaleth Morales, Jorge Oñate, Patricia Teherán, Rafael Orozco, Jesús Manuel Estrada, entre muchos otros que ya han partido y demuestra que el vallenato puede reinventarse y que pueden nacer otros grandes que reten al pasado y muestren al presente la esencia de lo que es el vallenato, sin embargo, el vallenato adolece, ahora es más difícil encontrar finalmente compositores que dejen el alma y el corazón al momento de las canciones, no se ven nuevos compositores a simple vista, estamos dejando el vallenato en manos de los mismos poetas de la canción, sin tener un recambio general en las letras y a esto hay que prestarle mucha atención, necesitamos muchos más letristas como Omar Geles y no comercialistas como hay en sobreoferta.
