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Negociar con las ACSN: el pulso del Gobierno en la Sierra Nevada dominada por el crimen

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El jefe negociador del Gobierno Nacional, Óscar Mauricio Silva, advirtió que el diálogo con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) solo avanzará si se presentan pruebas reales y verificables de voluntad de paz. Según explicó, la apertura de una fase pública del proceso dependerá de la aprobación de la Ley de Paz y de una presencia institucional inmediata y efectiva en los territorios.

 

Por: Arnol Sarmiento

Durante la sesión de la Comisión Tercera de la Asamblea del Magdalena, realizada el 12 de agosto, el jefe negociador del Gobierno Nacional con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), Óscar Mauricio Silva, presentó un balance detallado sobre el proceso sociojurídico que se adelanta con este grupo armado ilegal, destacando avances concretos y retos pendientes para consolidar la paz en la región.

Silva informó que desde el 22 de febrero se han sostenido más de 30 reuniones con autoridades y comunidades locales para “transformar el territorio” y sentar las bases de una paz duradera.

“La paz no es un evento ni una firma; es un proceso que debe mantenerse en el tiempo para ser irreversible”, señaló.

Un territorio con condiciones excepcionales

El jefe negociador resaltó que, a diferencia de otros escenarios de conflicto, en la Sierra Nevada no existen cultivos ilícitos ni minería ilegal, hecho certificado por la Oficina de Drogas y Delito de las Naciones Unidas.

“Aquí no hay desplazamiento forzado ni minas antipersonal… la violencia real que tenemos es una gobernanza criminal”, afirmó.

Silva subrayó que la ausencia de economías ilícitas facilita el diálogo directo con las comunidades y permite enfocar las transformaciones territoriales sin que la población dependa económicamente de actividades ilegales.

Polígono de intervención y retos de seguridad

El plan de transición hacia el Estado Social de Derecho incluye la parte alta de Ciénaga, todo Santa Marta y Dibulla (La Guajira). Sin embargo, en zonas como Puebloviejo, Zona Bananera, Aracataca y Fundación, el conflicto entre varios grupos armados impide la implementación inmediata.

“No podemos hacer transformaciones en medio de los tiros”, advirtió.

Silva señaló que se busca ampliar el alcance del proceso incluyendo al Clan del Golfo, lo que permitiría frenar confrontaciones y ampliar el polígono de intervención.

Ley de Paz y sometimiento a la justicia

El tránsito de las ACSN hacia la legalidad dependerá de la aprobación de la nueva Ley de Paz, radicada en el Congreso el 20 de julio y ya socializada con el grupo. La norma establecerá penas y sanciones alternativas de prisión.

“La paz no significa impunidad… aquí va a haber cárcel y el grupo está dispuesto a asumirlo”, aseguró.

Avances concretos: suspensión de extorsiones

Como un gesto de compromiso, las ACSN acordaron suspender por tres meses toda actividad extorsiva, medida que será supervisada por la Cámara de Comercio con la intención de hacerla permanente.

“Si tenemos la ley en diciembre, no tenemos grupo el año entrante”, afirmó Silva.

Disminución de homicidios y rechazo a rumores

El jefe negociador destacó que los homicidios han disminuido drásticamente en la Sierra Nevada. También desmintió versiones sobre nuevas mesas de diálogo o voceros no autorizados.

“El único vocero del Gobierno Nacional que sabe y está al frente de esto soy yo… cualquier otra versión es falsa”, enfatizó.

Un proceso serio y sin triunfalismos

Silva recalcó que no se trata de una rendición del grupo, sino de una decisión voluntaria de dejar las armas y superar la gobernanza criminal.

“No hablamos con ángeles, pero ellos han tomado la decisión de transformar su territorio… este es uno de los procesos más avanzados que tenemos en el país”, concluyó.

La negociación con las ACSN no es una apuesta romántica por la paz, sino un pulso directo contra un poder armado que ha controlado la Sierra Nevada durante cuatro décadas. Se trata de la oportunidad de desactivar a un actor violento sin economías ilícitas a gran escala, pero con un control social que ha reemplazado al Estado.

El éxito dependerá de que el Gobierno logre ocupar y transformar el territorio con rapidez, garantizando seguridad, justicia y desarrollo. Si la Ley de Paz se aprueba a tiempo y las instituciones actúan con decisión, la Sierra Nevada podría convertirse en un referente de paz territorial. De lo contrario, la retirada de las ACSN podría abrir la puerta a una nueva ola de violencia, repitiendo el ciclo que ha marcado tantas regiones de Colombia.