Crónica
Los Pick up
Las fiestas populares o de barrios tienen su nombre propio en torno a la ambientación musical, desde 1960 comenzaron a incursionar grandes y pequeños aparatos creados con la finalidad de poner a bailar bajo las vibraciones sonoras emitidas por los parlantes de las potentes maquinas del sonido.
La creatividad y la imaginación fueron los elementos primordiales para armar un gigantesco transmisor de sonido que pudiera escucharse muchos metros a la redonda. Radios Técnicos e ingenieros de sonidos fueron pilares para que se diera lo que hace 55 años se llamará picos o pick up.
Los pick up se identificaron en su mayoría con los ritmos africanos y antillanos donde la salsa se emitía con enorme despliegue del son caribeño. Pero fue la champeta la insignia musical para los picoteros quienes dentro de sus repertorios manejan temas de las raíces africanas. Instrumentos como los tambores la guitarra eléctrica y el bajo hacían en esos temas una rítmica o gala generando un complot entre bailadores y seguidores de los pick up. A pesar de los años aún se mantienen en la palestras como grandes clásicos que no pasan de moda, temas como El Ejen, El Akien, La Torta y recordadas agrupaciones antillanas como la Wganda Kenya y Lokasa Yambongo esta última de origen africano. De la Champeta africana, la misma que fue rechazada por algunos sectores de la sociedad y por medios radiales, nace la champeta criolla en los años 80 y 90 durante ese periodo salieron cantantes y agrupaciones que en la actualidad han llegado con firmeza a conquistar el mercado con este género.
Mucho más allá de reproducir canciones y éxitos musicales para poner a gozar a la gente, los pick up se convirtieron en un espectáculo, con animadores que le dan un giro total en cada una de sus presentaciones con el colorido del juego de luces y la utilización de instrumentos como el piano para animar las verbenas. Quizás esto hace parte del proceso evolutivo de una cultura musical que tiene un público que durante 60 años se ha sabido mantener.
El Ultimo Hit fue el primer Pick up en Santa Marta de propiedad de Oscar Osorio y siguieron en ese camino El Aventurero de Manuel Guevara como también El Sonoro del barrio 20 de Julio de propiedad de Abelardo Garrido ya fallecido. El Destroyer, El Decano, El Cubano, El Charles Estereo, El Samurai y otros que entraron en el rol de los picoteros de Santa Marta. Por una casualidad llegó a Santa Marta la reconocida máquina de sonido El Ultimo Hit, era el año de 1967 cuando Oscar Osorio residía en la ciudad de Barranquilla trabajando en un taller de radio técnica e igualmente como auxiliar contable de una empresa .
Uno de sus mejores amigos Manuel Guevara pidió que le ayudara en la parte técnica de su equipo de sonido. Luego de la invitación realizada por Manuel Guevara, Oscar Osorio se anima a quedarse en definitiva en Santa Marta. En corto tiempo Osorio compró un Pick up, en Barranquilla de los tres que estaban vendiendo del Ultimo Hit. Es en el Barrio Bastidas donde saca a relucir su potente sonido con solo un parlante de ahí en adelante fue creciendo hasta convertirse en toda a una máquina con el reconocimiento de sus seguidores.
“La gente veterana muy poco va a una caseta o a una verbena pero siguen escuchando esos temas o clásicos que bailaron. Tengo la fortuna de conservar mucha música para la vieja guardia, han salido otros ritmos musicales en mi concepto que no tienen moral y respeto por los oyentes” señaló Oscar Osorio del Ultimo Hit.
HOMENAJE AL SONORO.
El Sonoro fue uno de los pioneros en Santa Marta en poner en marcha la participación musical en todas las casetas y verbenas. Una gran amistad se dio entre Abelardo Garrido y Carlos Robles seguidor del Sonoro quien veía con gran admiración y respeto al dueño de El Sonoro. Carlos Robles poco a poco armó su pick up bajo la orientación de Abelardo Garrido hasta llegar alcanzar su meta y su sueño de tener uno similar, El Charles Stereo. En la era de los turbo laser Robles construyó un turbo que lleva por nombre El Sonoro haciéndole un tributo a un gran amigo a un maestro en esto del mundo picotero.
“Es una forma de decirle que nunca se olvidará El Sonoro que lo recordamos como un buen y excelente exponente de la música picotera. Crecí escuchando al El Sonoro y compartí en muchos bailes algo que no podré olvidar”, expreso Carlos Robles.
En los últimos tres años debido a los impedimentos que han tenido estas torres de sonido han venido reformando sus pick up, llevándolos a convertirse en los turbo laser de Menor proporción en cuanto a tamaño pero de igual o mejor sonido. Hasta el momento son el furor de los bailes en los distintos estaderos y lugares donde se efectúan reuniones sociales y culturales. Los turbo laser en Santa Marta compiten entre sí para demostrar originalidad, calidad y buen sonido sin dejar escapar los temas musicales de actualidad. El Ciclón, El Parrandero, El Samurai, El Charles Stereo, entre otros hacen parte de la nueva faceta los pick up.
LOS BAILES POPULARES
Fueron muchos los sitios en Santa Marta donde se realizaban los bailes populares , las casetas o verbenas se convertían en los clubes nocturnos de la gente de extracción popular motivados por el pick up de moda que daría lo mejor de su repertorio musical haciendo gala con las mezclas en el torna mesa. Era la búsqueda de un esparcimiento sano y divertido para compartir y disfrutar en un entonces de los éxitos de Alfredo Gutiérrez, La Billos Caracas, Alejandro Durán, Los Melódicos, Orquesta La Playa y otras agrupaciones del momento. Para Oscar Osorio los mejores bailes fueron los de La estrella de la 7 en el sector del barrio Pescaíto, Festival de la Sexta, Club El Kasay, Caseta La 30, Caseta La Finca, El Parrandón, El Club del Terminal, Caseta La Abuela, Bajo El Palo e” Mango, Los Condoritos. Estos bailes eran promovidos por pequeños comerciantes que vieron bien el negocio y traían picos de Barranquilla como para variar y motivar a los bailadores y la gente que le gustaba la pista y la buena música. “ Era una época muy bonita donde en Santa Marta se dormía con las puertas abiertas y existía un gran respeto por parte de los muchachos que llenaban las casetas. Es una lástima pero aquellos tiempos fueron mejores”, manifestó Oscar Osorio una persona que con su Pick up recorrió los diferentes bailes llevando cultura a través de la música.
LAS PLACAS EL EGO DE LOS PICOTEROS
En el afán de demostrar ser el mejor y divulgar ante su público o ante su adversario los picoteros lanzan las placas que son textos grabados por locutores. Es un encierro por entrar a competir, se crea un ego y se ventilan ofensas en un tono irónico y despectivo. Se manifiesta la exclusividad de algún tema musical. Sin darse cuenta caen en una guerra verbal, hecho que le agrada a los bailadores y seguidores de cada pick up. Las placas se constituyen en herramientas para manifestar diferentes expresiones. Myke Char es considerado como el mejor en esta modalidad de grabar placas o mensajes en los picos. Otra de las voces en referencia a grabar placas es Alex Altamiranda locutor que lleva muchos años en esta actividad auditiva.
LOS PEPE BOLAS Y CHAMPETUOS
En la década de los años 70 y 80 los pick up, comienzan a sonar los temas musicales de ritmo africano, aparecen grandes agrupaciones y orquestas con aires afroantillanos los cuales tienen una enorme aceptación por bailadores de clase popular. Los bailadores se manifestaban en su forma de vestir con camisas de cuadros arremangadas en sus puños y pantolenes a rayas, zapatos de charol o los tradicionales chavitos propicios para echar la bailada. A los anteriores vestidos de esa manera los denominaron como “ los pepe bolas o champetúos”. Por lo regular entraban a las casetas y verbenas y bailaban toda la noche sin consumir . Los acompañaba un chicle Adams y no comproban ni una sola cerveza, mal negocio para los organizadores del baile, pues la billeteras se encontraban limpias. Los pepe bolas o champetúos presentaban un show repentino, se trataba de un reto, alguien salía al ruedo o la pista y retaba a quien veía al frente. Este hecho es una costumbre en cada baile en cada verbena donde salen a relucir los grandes bailadores que no necesitaron ir a una academia para saber bailar con lujos de detalles la música africana o champeta.
LOS ACETATOS Y LOS TUBOS
Todo tiene su final como diría el tema de Héctor Lavoe, todo va evolucionando a través del tiempo y la tecnología cada día sigue avanzando. El tema de los discos de acetatos ya son historia, solo quedan recuerdos inmemorables de quienes bailaron y disfrutaron con los disco con revoluciones de 33 y 45. Una aguja de punta de diamante en el brazo del toca disco era la unión perfecta para reproducir el sonido de las potentes maquinas llamadas pick up.
Los acetatos eran guardados por los picoteros en un mueble similar a las formas del pick up, de gran cavidad y un peso incalculable que tenía que ser movilizado entre varias personas. Pasaron los acetatos, casete o cintas, los CD y MINI DV. Hoy el presente nos dice que un disco duro o una memoria tienen capacidad para miles de canciones en un espacio reducido y de menor peso. Estas amplificaciones de fabricación hechizas tuvieron un inicio con los tubos L34, 85.50, 813 de emisora , luego pasaron a los transistores y seguidamente a las checas y finalmente a unos “gallinazos” que eran unos transistores negros.
Los años y la tecnología hicieron de estos monumentales aparatos de música entrar en la época moderna de las sofisticadas piezas de mayor definición, de alta calidad para el mejoramiento del sonido e imagen de los pick up.
Oscar Osorio propietario del Ultimo HIT conserva cerca de 10,000 discos en formato de acetato, para el siguen siendo unas joyas y parte de un tesoro musical. “ tuve la oportunidad de ir adquiriendo esos acetatos y además vendía. El acetato tiene algo que encanta, su sonido es diferente y las agujas con puntas de diamante le da un sabor diferente, es como el sonido de un grillito con el volumen muy bajito pero llega a los oídos y gusta”.
Se puede asegurar que mientras exista la música no se acabaran los pick up los cuales han sido generadores de una cultura tomada de las raíces africanas y antillanas donde su objetivo ha sido crear diversión a varias generaciones en el ámbito de las fiestas y bailes.
Los pick up, para muchos tormentosos por su volumen es la manera de identificarse el hombre caribeño que a pesar de los altos decibeles queda contagiado e involucrado con el sonido a todo timbal expresando su manera de ser y llevado por una corriente de sabor latino a la hora de bailar.
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