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Opinión: Julio, mes libertario y algo sobre el Centro Histórico

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Cada vez que llega el mes de julio evoco las clases de historia patria y universal recibidas en la época del bachillerato, especialmente en la versión académica de los profesores José Manuel Rodríguez, “El Líder”, Alcides León Redondo y José Leandro Padilla, ya que este mes contiene fechas representativas de independencia en todo el mundo: 4 de julio, independencia de los EE.UU; 16 de julio, toma de la Bastilla en Francia, que además del momento libertario abrió las puertas para que se diera la proclamación de los Derechos Humanos; 20 de julio, independencia de Colombia. Momento de calor patriótico, que por la negativa del dueño a prestar un florero, los chapetones se fueron para el carajo; 26 de julio, inicio de la Revolución cubana con la toma del cuartel Moncada.

Como se puede apreciar, todo esto conforma un escenario histórico el cual permite discurrir en él con amplitud. Pero como se trata de historia y de vivencias libertarias, quiero ser más práctico y condescendiente con la realidad de lo que hoy acontece en nuestra ciudad, especialmente porque se avecina el 29 de julio día de su fundación y en los onomásticos es mejor tratar cosas agradables.

Resulta que con el pasar reciente de los años, en Santa Marta se conformó un sector denominado “El Boro”, cuya comunidad invasora proveniente de latitudes ajenas a la Costa Caribe, estableció su hábitat allí sin los menores cuidados de sanidad, convirtiendo dicho núcleo en un polo de inseguridad donde se escudaban drogadictos, maleantes, ladrones, gamines, etc., verdadero peligro para toda la ciudad.

Al fin de cuentas, dicho asentamiento se pudo erradicar, desalojando a todos los moradores del citado núcleo. ¿Pero, a dónde fueron a parar? ¿Política de estado o Beneficio Social, se desarrolló para tal acción? Nadie hasta la fecha de hoy me ha dado la respuesta debida. En consecuencia, en primera instancia fue la Calle 12 y sus inmediaciones las afectadas por tal “erradicación social”. Luego, parte de los desplazados fueron ocupando parcialmente la Calle 16 durante toda la noche, principalmente entre las carreras 1ª y 4ª, lo que influye negativamente en este sector del Centro Histórico de Santa Marta.

A todo lo largo y ancho del camellón, en la carrera 1ª se nota la presencia de esta gente de la calle, que impacta la imagen de la ciudad como centro turístico. Pero, peor aún. Ahora andan en cuadrillas o “parches” según su propio lenguaje, que a manera de hordas, durante horas nocturnas se pasean por todo el centro de la ciudad, sembrando el caos y la inseguridad, restándose con ello la tranquilidad y el sosiego para propios y visitantes, especialmente en lugares en los cuales se adelantan inversiones en comercio y gastronomía, como aporte al desarrollo del Plan Centro.

Tenemos a la mano un botón para la muestra de lo que ha sido un desarrollo descuidado y falto de control: El Rodadero. Lo que pudo ser un centro de turismo de primera calidad, hoy es algo parecido a Babel, donde los diferentes y múltiples estilos de esparcimiento generados por la informalidad y la inseguridad, han acabado un espacio con el que la naturaleza nos dotó generosamente, para su aprovechamiento como sitio turístico. Sus condiciones como balneario, sus aguas que anteriormente se destacaban por su azul intenso y cristalinas, su cercanía al centro, la oferta de centros de comercio, hoteles y esparcimiento en general, prácticamente hoy no se pueden disfrutar por la mentalidad consumista e informal de quienes hacen presencia en dicho sector. En épocas de temporadas altas reina el caos y el desorden, aumentando el índice de inmovilidad.

Nuestra falta de decisión política con el sector, también ha sido la causa para que esto se muestre como lo que es hoy. Por lo mismo, llamo la atención a las autoridades, a la comunidad en general y a los amigos que quieren ver consolidada nuestra ciudad como un verdadero entorno turístico, a velar porque el Centro Histórico de Santa Marta, no caiga en manos estos invasores sociales, que llegaron a estos lares como desplazados y resulta que ahora quieren afectarnos e intimidar con sus acciones vandálicas.