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Denuncias

Construyendo la destrucción ambiental

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Caminos que no llevan a algo bueno

En este caso se muestra como los propietarios del Hotel Jaba Nibue, ubicado en zona de protección en Taganga, llevaron a cabo la implementación de una carretera que al perecer y, según diferentes autoridades, no cuenta con las licencias requeridas, generando un caos ambiental en la zona.

Data el año de 1956, periodo de amplio progreso en el país, cuando el Presidente de la República, el General Gustavo Rojas Pinilla, le brindó el apoyo total al entonces Alcalde de Santa Marta, Alfredo Riascos Labarces, para que se encargara de construir la primera carretera que comunicara al corregimiento de Taganga con el resto de la civilización; sin embargo,hoy en día son varias las vías en dicha localidad que los pasos del hombre han dejado como huellas del deterioro o destrucción ambiental.

Conforme a ello y, puntualmente, OPINIÓN CARIBE se referirá en el presente número a los que muchos presumen es la irregular construcción de una carretera privada, la cual fue construida sobre un tramo del cerro del Parque Distrital Dumbira, siendo unos de las tres reservas naturales con las que dispone la ciudad.

LA PRESUNTA IRREGULARIDAD

La carretera destapada fue construida por ordenes de algunos miembros de la familia Pizarro, quienes son socios mayoritarios de la reconocida Clínica Mar Caribe; al igual que disponen de una amplia y extendida presencia de 30 años entre la comunidad taganguera, donde edificaron el atractivo Hotel Jaba Nibue o, ‘Los Kioscos’, como es conocido popularmente, el cual resalta ante la vista de las personas que deseen ir al balneario próximo de Playa Grande, hacia donde tradicionalmente se movilizan en lancha o a pie por el cerro.

Los Pizarro se ingeniaron la posibilidad de elaborar una vía propia que les facilite a los turistas, huéspedes y trabajadores del inmueble hotelero, un mejor, fácil y más rápido acceso hacia dicho lugar.

Sin embargo, la inversión ha generado un potosí de señalamientos que han dado entrada al debate ambiental, teniendo en cuenta que el terreno afectado hace parte de un área de protección, así como lo son los demás reservorios distritales de fauna y flora denominados: Paz Verde y Bondugua.

Estos últimos, fueron calificados como territorios que requieren un cuidado exclusivo, según un acuerdo pactado en el Plan de Ordenamiento Terrotial, POT, del año 2000, el cual señala que son suelos de protección ambiental junto con los terrenos costeros que hacen parte de los ríos Buritaca y Palomino y demás rondas hidráulicas pertenecientes a la región.

Pero, en esta ocasión, parece que ha sido poco el respeto que se ha tenido sobre la reserva ambiental, más precisamente en el Dumbira, situado al extremo norte de la ancestral tierra de nativos pescadores, teniendo en cuenta que los socios del citado hotel pusieron todo su empeño para maquinar la ruta hacia los que muchos no solo califican como un colapso ambiental, sino como un abuzo de poder que solo puede dar el dinero.

LO QUE DICE LA LEY

Vale anotar que de acuerdo con el artículo 432 del POT, el desarrollo de actividades de construcción de hoteles, residencias, equipamientos, viales y otro tipo de infraestructuras en estos territorios de especial protección se encuentran totalmente prohibidos.

Sin embargo, la actual directora de la oficina de planeación distrital, Diana Sierra, indicó que la construcción del hotel no muestra ningún tipo de irregularidad, ya que nuevas normas apuntarían a la llamada ‘Cuota 40’, es decir, la edificación supera los 40 metros de distancia sobre el mar.

Lo que si no se muestra como una evidente acción legal es la construcción de la carretera, conforme lo cita el mencionado artículo distrital, lo que arroja el espacio para el análisis.

Ante la descollante denuncia, el medio acudió a la palabra de los protagonistas, en este caso un representante de los responsables de la presunta anomalía ambiental, al igual que a los afectados y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag; autoridad encargada de la vigilancia del parque Dumbira, una vez se encuentra en zona rural del distrito.

CORPAMAG LEVANTÓ SANCIÓN

El primero en manifestarse fue Alfredo Martínez, quien aún hoy es el director encargado de la entidad ambiental, el cual indicó que Corpamag no ha sido condescendiente con los Pizarro ni se ha hecho caso omiso a la situación.

Según el dirigente, la corporación recibió una serie de denuncias que daban fe del supuesto daño colateral de la obra de infraestructura privada. Dichas acusaciones fueron emitidas por diferentes vecinos del sector y demás personas que se han visto perjudicadas al respecto.

“Nosotros recibimos la noticia a principio del presente año. Hicimos presencia en el sector en inmediatamente pudimos comprobar que la carretera tiene incidencia en la zona del parque distrital Dumbira, por lo que tomamos las medidas correspondientes”.

Alfredo Martínez aclaró además que sobre los responsables se instauró una investigación con base en el delito de destrucción de la reservas naturales, teniendo en cuenta que el macizo montañoso protege a la ciudad de fenómenos como los fuertes vientos que aumentan con la temporada de huracanes que recorren las aguas del Mar Caribe, sin olvidar los derrumbes y avalanchas, los cuales se generarían gracias a la inestabilidad del terreno, propiciada en esta oportunidad con la construcción de la vía, hecho que afectaría a las personas que residen en las viviendas que rodean la ladera.

“Estamos adelantado las pesquisas y hemos citado varias veces a los responsables para que rindan descargos en las instalaciones de la entidad, pero no hemos obtenido respuestas. De ser hallados culpables de un perjuicio contra el medio ambiente, deberán pagar la suma de 5 mil salarios mínimos legales vigentes, lo equivalente a 3 mil 200 millones y un poco más. Así como deberán reponer las afecciones de manera reciproca, es decir, deben mejorar el ecosistema del área”.

LA COMUNIDAD SE MANIFESTÓ

Justamente, Sandra Tique, una de las vecinas adyacentes a la colina y quizá una de las más afectadas, comentó cómo desde que edificó su humilde vivienda en obra gris, poco a poco le ha tocado abandonar espacios, ante la instalación de la carretera.

“Los Pizarro vinieron y les compraron terrenos a todo el mundo y construyeron la carretera y eso es algo que me ha perjudicado. Varias veces les he dicho que eso se va a venir abajo y ellos no hacen caso. Los vehículos que suben o intentan subir han ocasionado que los cimientos sedan un poco. A mí me tocó vender un pedazo de tierra porque me sentía acosada y por miedo a que me pasara algo. Este terreno nos lo dio un hermano de mi marido, que trabaja como pescador. Así mismo de un momento a otro apareció un grupo de personas a los que no conocíamos y vendieron como locos lote tras lote y no miraron el riesgo en el que me metieron a mí”.

Sandra Tique aseguró que a ella nunca se le dio aviso sobre la construcción de la carretera puesto que, al parecer, solo le compraron el terreno por la cifra de 3 millones de pesos.

“Ellos vinieron metiendo catapila y nunca me hicieron comentario, en cada tramo de la vía no existían inmuebles, todo era puro cerro y cada uno de los lotes fueron vendidos a bajos precios. Ahora, mira como me tiene a mí y di aviso a la junta de acción comunal y no me dieron mayor respuesta. Tenía pensado terminar mi pieza pero la bendita carretera me lo impidió y terminé cediendo parte de la casa por temor a que el cerro se nos venga, gracias a Dios que no ha llovido. También me da miedo que se caiga un carro y nos mate”.

Conforme a la venta de los predios del cerro, la Secretaria de Planeación Distrital recalcó que todo tipo de construcción está prohibida en la citada localidad, gracias al presupuestado nuevo POT, pretendiendo evitar el desmedido crecimiento urbanístico en la zona.

Diana Sierra, remató y recordando que en definitiva, por ser una jurisdicción rural, el caso le compete a Corpamag.

RESPONDIERON LOS PIZARRO

Por su parte y, de cara a las acusaciones, el medio acudió ante Carlos Pizarro, director administrativo del antes mencionado centro de salud y quien es uno de los principales socios del complejo habitacional que dio paso a la carretera.

“Nosotros construimos la carretera gracias a la compra de los terrenos que ahí estaban, no hemos hecho nada fuera de lo normal. Esta señora está molesta porque el hermano que manejaba la carretilla dejó de trabajar con nosotros. Nos pidió 200 millones de pesos por esto y yo no molesto más y me voy para otro lado. Ella sigue viviendo ahí no la hemos acosado”.

Así mismo, comentó que él sube en su camioneta y presuntamente no afecta la propietaria del inmueble.

“La carretera tiene unos gaviones con mallas, ahí no va haber 30 o 50 vehículos transitando. Transitará un vehículo por semana, por las condiciones del terreno no sube cualquier vehículo. Ya no se está haciendo nada, eso es porque no podemos trasportar toda la vida a las personas que trabajan con nosotros, que son bastantes; hacerlo en las lanchas, representa un costo grande de todos los días, ahora las personas tienen su moto y suben pero eso no tiene ninguna llegada a la playa. Solo llega a la mitad del cerro en donde hay un plano y se baja a pie por escalera”.

Igualmente, Carlos Pizarro resaltó el papel que ha tenido su familia entre las comunidades nativas y rechazó los comentarios en su contra.

“Hay personas que son retrogradas uno de los plus que tiene ahora mismo el hotel es que hay tranquilidad, si usted coge una carretera para que todo el mundo llegue pues pierde el plus inmediatamente porque cualquiera con un vehículo llega. La carretera llega hasta la punta del cerro que es donde está la parte trasera del hotel, no puede llegar hasta abajo porque los terrenos no son nuestros, llegan a un terreno plano donde se parquean los vehículos y la personas bajan por la escalera, la idea es que los turistas lleguen pero ellos prefieren la lancha hay personas que parquean en el garaje y se van en la lancha porque hace parte del paseo”.

Tratando el tema de los costos y de otros detalles de la supuesta investigación, el directivo manifestó que la carretera no se puede pavimentar, debido a que la pendiente es muy inclinada.

“No es una carretera abierta al público, mi familia es propietaria del hotel, nosotros tenemos un gerente del proyecto los funcionarios de Corpamag llegaron allá por la queja de la comunidad, hablaron de vertimientos de aguas negras del hotel, tenemos plantas de tratamiento cero vertimientos al mar, las aguas negras llegan a unos tanques que con un sistema son tratadas y el agua sirve para el riego de la vegetación”.

Conjuntamente, se refirió a la Corporación Autónoma y dijo que espera que si les toca responder lo harán en el mejor de los casos, desmintiendo lo de la supuesta citación a descargos. Expresó además que lo sucedido solo es una especie de cuartada de algunas personas que buscan conseguir prebendas económicas.

“Corpamag en su momento nos dará los argumentos y nosotros en derecho miraremos la validez de los argumentos y veremos si son válidos y con abogados controvertiremos, no nos han citado y si nos citan iremos con las personas sapientes en el tema, ya sabemos desde hace muchos años el modus operandi de cierta gente que empieza a molestar para recibir un beneficio y no lo vamos a hacer”.

¿MÁS BENEFICIOS QUE DAÑOS?

De acuerdo con lo dicho por el dirigente, la familia Pizarro ha generado algunos beneficios que legan la valorización de la tierra, la limpieza de algunos terrenos, entre otras obras que al parecer han dejado buenos frutos entre los residentes.

“Todos reciben dinero importante en temporada pero ellos no le invierten, se va invertir en unas canecas para recolección de basura en Playa Grande, donde no había luz o servicio de energía, la cual nosotros pusimos con un sistema eólico y de energía solar. Iluminamos con las lámparas un lugar donde atracan. Si hemos estado prestos en Taganga y Playa Grande para hablar con el Sena y hacer un curso de manejo de residuos sólidos porque como no hay basurero hacen un hueco y entierran los residuos y por eso hay ese mosquero”,

Finalmente, habló del hotel y sus servicios y beneficios:“nosotros ofrecemos piscina jacuzzi y con ciertos acuerdos con la escuela de buceo, el que alquila los cayac, el señor de las boyas, el que hace los paseos, generamos empleo una noche vale entre $500 mil pesos en temporada y $400 mil peos fuera de esta, tenemos planes y paquetes para los turistas extranjeros y nacionales”.

No obstante, quien también se mostró inquieto sobre el tema fue Luis Guillermo Rubio, jefe de la secretaría de gobierno distrital.

“No teníamos conocimiento de esto. Nunca hemos recibido una queja por parte de la ciudadanía o por algún organismo de control. Sin embargo haremos la consulta pertinente ante Corpamag. Sería bueno revisarlo porque desconocemos si tiene licencias ambientales. Los cerros son bienes del Estado y para todo tipo de construcción se necesitan licencias ambientales, de lo contrario no se pueden hacer ni carreteras, ni canteras, ni nada por el estilo dado a que va en detrimento de la biodiversidad de los cerros”.

Lo cierto, es que ante la muestra de fortuito intento de progreso, ya las autoridades como secretarias de Planeación y de Gobierno han emitido su veredicto sobre el tema, siendo evidente por parte de ellos la prohibición de las obras en la zona, pese a ello, la carretera ya está, solo falta la palabra final de las entidades ambientales para saber si todo esto no fue más que las construcción de un camino que no llevó a nada bueno.

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