Análisis
“No existe un verdadero arrepentimiento”: Félix Vega Pérez
El abogado penalista Félix Vega Pérez le aseguró a OPINIÓN CARIBE que una de las fallas que tuvo el manejo del acuerdo de paz actual fue la forma como el Gobierno hizo afirmaciones de que lo que estaba sucediendo en La Habana, después resultó no ser cierto, “por ejemplo, se nos dijo repetidamente que, la justicia de los crímenes atroces, definidos en el derecho internacional como genocidio, reclutamiento forzoso, desaparición, violencia sexual y reclutamiento de niños, no caerían en la impunidad e iban a ser castigados.
Por Laura Vélez Vargas
En el Acuerdo final se observa que la justicia transicional permite que ese tipo de delitos sanguinarios, siempre que se declaren en el Tribunal de Paz, serán castigados con una medida restrictiva leve de la libertad, entonces, uno se pregunta ¿impondrán penas que no tiene proporcionalidad con la clase de delitos que se cometieron y con la clase de víctimas que se produjeron?”, dijo el penalista Félix Vega.
Igualmente, uno de los puntos importantes y con el cual las personas tenían grandes expectativas era sobre la reparación a las víctimas, “en cualquier clase de derecho o de sociedad le corresponde al ofensor, a quien causó el agravio, la reparación de las víctimas, pero en este estatuto se afirma, que la reparación va a correr por cuenta del Estado, es decir, de los ciudadanos colombianos, lo cual es inaceptable e inconveniente.
Tampoco veo que haya un verdadero arrepentimiento por todos los hechos monstruosos que trajo el conflicto y que el grupo armado causó, pues ellos han dicho que no piden perdón, ellos se amparan en la rebelión y la lucha que lideraban por cambiar el Estado y la sociedad, pero indudablemente, eso no es suficiente para disculparlos de todo lo que se causaron”.
Insistió sobre el dolor de las madres que ni siquiera saben en dónde están sus hijos, que se los llevaron a los nueve u once años, y quienes reclaman por saber, por lo menos, si están vivos o muertos, saber en qué parte están.
“Entonces, un acuerdo de paz que no ventila ese tipo de problemas tan fundamentales donde no se pide perdón, donde no hay reparación, donde no se priva de la libertad a quien lo causó, eso no genera confianza. Se dice que si dice la verdad es cuando le vamos a hacer todas esas concesiones, pero de salida uno sigue leyendo el acuerdo final y respecto a la fortuna y los patrimonios ilícitos de las Farc, niegan tenerlos, por tanto, entran a disfrutar de los beneficios del acuerdo, ocultando la verdad, ocultando ese enriquecimiento indebido e ilícito”, expresó el Penalista.
MALOS ACUERDOS ANTERIORES
Por su parte, el Penalista opinó, además, que las guerras que ha habido en el país, casi siempre han terminado con unos malos acuerdos, en donde no se cumple con lo pactado y donde lo que está escrito en el papel sobre reivindicaciones sociales y amnistías no se ha cumplido, “estas situaciones han generado nuevos conflictos armados, por ejemplo, nosotros tuvimos una guerra que duró tres años a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Cuando usted se lee el tratado de paz entre liberales y conservadores y después analiza lo que vino en los años siguientes, uno se da cuenta de que la guerra por un momento sí cesó entre estos grupos, pero el incumplimiento de todo lo que se había pactado, generó una serie de guerras sucesivas, parte de las cuales, incluso, estamos viviendo hoy. Cuando los opositores decimos que hay que forzar a que se reestudien los acuerdos y que se piense nuevamente, es para que no queden gérmenes de inconformidad social que no permitirán una paz duradera en el país”.
UN GRUPO GUERRILLERO DEBILITADO
El abogado Vega Pérez mencionó, que cuando las Farc se sentaron en La Habana y aceptaron los diálogos hace 4 años, era porque tenían una situación militar muy comprometida, puesto que ya la correlación de fuerzas militares estaba absolutamente del lado del Estado y no presentaban a ese grupo que estaba en los alrededores de Bogotá, ya no manejaban opinión pública, que tuviera sus propias leyes, que tuviera un territorio dominado o que afectara la economía, por lo contrario, estaban muy reducidos, recluidos a zonas apartadas, limítrofes con Venezuela, Ecuador, Brasil.
“Personalmente no creo que las Farc a estas alturas, con toda la tecnología que se ha desarrollado de guerras modernas, pueda pensar que va a llegar al poder detrás de las armas. El Estado colombiano, en este momento, está sentado en la mesa con una superioridad militar, política y de opinión pública que es la que debe prevalecer, por eso es que vale la pena votar por el No, para forzar a que se renegocien algunos puntos de los acuerdos que son inconvenientes”, puntualizó el Penalista.
LOS ACUERDOS DEFINITIVOS PUEDEN CAMBIAR
Según el abogado Vega Pérez, los acuerdos finales pueden ser renegociados no solamente si gana el No en las urnas. También las leyes que lo van a desarrollar en el Congreso serán sometidas al control de la Corte Constitucional, la cual podría rechazar algún punto del acuerdo, que de hecho implicaría una renegociación del mismo, “la Corte Constitucional no va a callar su pensamiento jurídico, pensando en que el acuerdo ya es una letra final, que no se puede cambiar ni remover. Además, qué tal que la Corte Penal Internacional considere que esas penas restrictivas de la libertad no son las adecuadas para los delitos atroces, tampoco va a haber guerra, habrá otra etapa de negociación. La guerra no es que se vaya a revivir automáticamente por un No”.
Y es que el Estado no ha podido cumplir a cabalidad con las reiteradas promesas de redención social, de repartición de las tierras, de ayudas a los campesinos, a los pobres y a todos en general, “nosotros tenemos cerca de 28 millones de personas calificadas en la pobreza y el Gobierno no ha logrado solucionar sus problemas, entonces ¿cómo vamos a adquirir todos esos compromisos de desarrollo, de ayudas personales, de trabajo? ¿Qué va a hacer ese grupo de personas cuando vea dentro de un año y medio o dos, que no se les cumplió con lo pactado? ¿Se convierten en bandas criminales?
Lo que pienso de todas maneras es, que ese es un germen de violencia porque el Estado hizo unas promesas, sencillamente, incumplibles”, concluyó Félix Vega Pérez.
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