Pintor de nuevas oportunidades

Yovannis Rivera hace parte de los más de 900 excombatientes que en el Magdalena han obtenido un Beneficio de Inserción Económica por parte de la ARN para comenzar un nuevo negocio o fortalecer uno existente.

Frente a una pared en blanco, que cobra más luminosidad con cada brochazo, Yovannis Rivera deja volar su imaginación. Los días en que perteneció a un grupo armado ilegal son ya muy lejanos. Más de una década ha pasado desde que se desmovilizó de las Autodefensas, comenzó su proceso de reintegración con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), y descubrió el talento que tiene para trabajar los acabados para construcción.
Hace tres años es socio de una empresa que se dedica a este oficio en la ciudad de Santa Marta con la que ha logrado contratos importantes. Como en el que trabaja actualmente: la remodelación de uno de los pisos del Hospital Universitario Fernando Tronconis, el centro hospitalario más grande de la capital del Magdalena.

Yovannis es un ejemplo de que una oportunidad lo cambia todo: “Comencé como ayudante de construcción y se me dio la oportunidad de hacer cursos; así fui aprendiendo. Hoy soy un oficial de construcción y socio de una empresa”.

Recientemente recibió un Beneficio de Inserción Económica por parte de la ARN para potencializar su negocio, con el que adquirió nuevos insumos: escaleras, taladro, pulidores y pistola de impacto para el cielo falso, extensiones, espátulas, etc.

“Las personas en reintegración con la ARN que cumplen con los diferentes componentes de su proceso pueden acceder a un Beneficio de Inserción Económica, que se traduce en un capital semilla para comenzar un nuevo negocio o fortalecer alguno existente. En el Magdalena, más de 900 excombatientes han sido beneficiados con este apoyo”, explica Jose Nicolás Wild, coordinador de la ARN Magdalena – Guajira.

Yovannis dice que de su trabajo le gusta todo, pero lo que más disfruta es estucar y pintar. Transformar espacios por medio del color, darles una nueva vida con el trabajo de sus manos. “Me siento como un artista con un gran lienzo de trabajo, en donde puedo poner a volar mi imaginación, es un oficio que me trae mucha paz”, señala.

Asegura que desde que se reintegró se ha dedicado a trabajar. “La gente ve el cambio que he tenido, ahora socializo con las demás personas y mi vida es diferente. Recuperé a mi familia, no vivo con temor y me dedico a lo mío. El pasado ya lo dejé atrás, no quiero ni acordarme de eso”, concluye.

Hoy, su futuro lo tiene proyectado en seguir consolidando su empresa como una de las mejores de la región, y sueña con poner una venta de materiales de construcción.