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Columnistas

La bisabuela de Pedro Navajas

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Larry José Olivero García

Fragmento especial que hace parte de la cátedra abierta ‘Sueños de ciudad’ del Liceo Samario. (Estrategia de historia local – barrial y focal).

Eje: Ancestralidad y poblamiento de Santa Marta. ‘Pescaíto: La herencia Yumeka’.

Son pocos los samarios los que conocemos la herencia viva de nuestra estirpe. Y es que una ciudad tan chica como la nuestra debería estar en la memoria de todos, pero lamentablemente no es así. Hoy vengo a hablar de historia, una historia sobre la Santa Marta de comienzos del siglo XX. Una ciudad señorial y anacrónica; majestuosa, pero parca; una ciudad de amor y control.

Para 1910 la ciudad de Santa Marta no pasaba de 10 mil habitantes, incluyendo sus corregimientos. Sin saberlo, habitaba en ella doña Emma, la que sería la abuela paterna de uno de los artistas latinos más influyentes del siglo XX: Rubén Blades. Para la época, Doña Emma era una señora de sociedad. Emma Bosquez Aizpuru era nieta de un general neogranadino el cual se llamó Rafael Bosquez y varias veces fue gobernador del Estado de Panamá en la época del radicalismo liberal, por allá entre las décadas del 40 y 50 del siglo XIX.

La señora Emma nació en Santa Marta en 1885 donde su padre, hijo del general criollo Rafael, se había asentado después de la muerte de este último, el cual no era partidario del centralismo. No se sabe en qué propiedad vivieron o qué otras propiedades tenían en la ciudad. Pero lo que sí se puede intuir es que no fue mucho lo material que dejó el general, pero si lo intelectual. Para 1910, la señora Emma tenía 25 años y aún vivía en Santa Marta y justamente ese año conocería a Rodolf Blades, un antillano de Santa Lucía, isla cercana a Grenada, la tierra de mi bisabuelo paterno.

El apogeo de la United Fruit Company no solamente trajo a mi bisabuelo, sino a una oleada de antillanos y ‘yumekas’ que se enrolaban en la construcción del muelle 2 del puerto y en las haciendas de la zona. Toda esta gente invade lo que hoy es San Martín y Pescaíto. El papá de Blades, Rubén Blades Bosquez también nace en Santa Marta y a la edad de 7 años abandona la ciudad que lo vio nacer, junto con su madre, la señora Emma.

Esta emigra a Ciudad de Panamá ya con 4 hijos que mantener, pues se había separado de sus dos esposos. Concibiendo 2 hijos con cada uno. Era una señora de mente abierta y liberada para la sociedad samaria de esa época. Rubén Blades, el cantante, nace en 1948 cuando su abuela tenía 63 años y su papá 33. El señor Blades, abuelo, seguramente se marchó y no dejó raíces en la ciudad. A lo mejor no era un obrero raso, sino un contratista, ya que si tuvo amoríos con Emma y hacerle dos hijos hace pensar que estuvo en la ciudad mientras se construían los muelles 2 y 3 (más o menos hasta 1920) luego se marchó dejando, cree él, herida de muerte a doña Emma. Dicha época era de esplendor conservador y cabe resaltar que los Bosquez eran liberales.

Mientras tanto, mi bisabuelo Alejandro Silvestre Olivero se enquistaría junto a otros Yumekas en Pescaíto, en la subida al mar, al lado de su amada Agustine Luxén, una martiniqueña de ojos miel (madre de Kid Dunlop, el afamado boxeador samario y medio hermano de mi abuelo, Agustín Olivero Luxén). Ninguno de los dos habló el español, ni mi papá entendió nunca el creole. Lo que si entendió y entiende fehacientemente es que llevamos inmerso todo el Caribe antillano, como en cápsulas de tornasol, como ómnibus en el salitre rancio de la bahía, igual como lo lleva Blades, el papá de Pedro Navajas.

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