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Edición Especial

Pruebas Pisa, medida de calidad

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Marcela Escandón

Nuestro país ha participado en pruebas internacionales desde el año 1997, las cuales evalúan desde Lectura y Matemáticas hasta competencias emocionales y ciudadanas. Las tablas 1 y 2 muestran las evaluaciones en las que ha participado Colombia hasta la fecha.

Entre ellos cabe resaltar el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (Pisa por sus siglas en inglés), el cual ubicó a Colombia como el sexto sistema educativo que más rápido mejoró entre los 72 países que presentaron la Prueba Pisa en 2015, un logro que fue reconocido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) como un progreso estadísticamente significativo. Si bien este progreso es importante, no hay mucho que celebrar, pues la calidad de la educación y el desempeño de los estudiantes siguen siendo dos de los principales desafíos del sistema educativo colombiano.

La desigualdad y las deficiencias en la calidad de la educación van de la mano. Tal como lo señala la OCDE, “las desigualdades comienzan a temprana edad; muchos niños desfavorecidos nunca van a la escuela o no empiezan a tiempo o asisten a instituciones de menor calidad. Las diferencias resultantes en términos de nivel de estudios alcanzado son abismales. La expectativa de vida escolar de los estudiantes con las peores condiciones de pobreza es de solo seis años, en comparación con la cifra de 12 años de los más ricos, y solo el 9 % se matricula en educación superior, en comparación con el 53 % de los pertenecientes a las familias más acaudaladas. La baja calidad de la educación es un factor determinante de este retiro progresivo”.

Cuando estos niños empiezan su vida escolar e inician el desarrollo temprano de competencias y habilidades cognitivas, ya comienzan en desventaja. No cuentan con bases sólidas y deben hacer esfuerzos más grandes para obtener avances en un ritmo similar o aceptable frente a sus pares. En muchas ocasiones, deben repetir grados. Otros se ven obligados a abandonar el colegio por diversos motivos. Para aquellos jóvenes que tienen cerca de 15 años de edad y que permanecen en el colegio, tenemos información sobre su desempeño gracias a Pisa.

Infortunadamente, ese desempeño es negativo, pues “los estudiantes colombianos tuvieron un desempeño inferior comparado con el de sus pares en los países de la Ocde en Pisa (376 puntos, en comparación con 494 en 2012). Un poco más de la mitad (51 %) no alcanzó el estándar mínimo correspondiente a una participación socioeconómica plena en la edad adulta”. Esto se observa en el gráfico 1

Para comprender estos resultados es importante tener en cuenta que Pisa se presenta en países que voluntariamente deciden participar y financiar la aplicación de la prueba. No lo presentan todos los países. Adicionalmente, fue implementado por la Oecd para sus miembros. Esto significa que los países que participan en la prueba son, en su mayoría, países de desarrollo medio y alto. Haciendo estas salvedades, a continuación, se sintetizan algunos de los principales resultados, analizados en varias publicaciones de la OCDE:

  • Entre 65 países que participaron en la prueba Pisa 2009, Colombia está en la posición 58 en Matemáticas, 52 en lenguaje y 54 en ciencias.
  • Los resultados sugieren que la comprensión lectora de los estudiantes ha mejorado desde los primeros ciclos de evaluación hasta el presente, pero sigue siendo baja comparada con el promedio de la Ocde y con otros países latinoamericanos.
  • Colombia ha progresado en elevar el rendimiento de los estudiantes en la parte más baja de la escala de desempeño, aunque la proporción de estudiantes con menor rendimiento sigue siendo una de las más altas entre los países de la Ocde.
  • Los estudiantes con el desempeño más bajo en lectura (décimo percentil más bajo) mejoraron sus puntajes en las pruebas Pisa en más de 50 puntos hasta llegar a 295 puntos entre 2006 y 2012, equivalentes a un poco más de un año escolar, pero la proporción de estudiantes con menor rendimiento no disminuyó significativamente en los ciclos de las pruebas Pisa.
  • En las pruebas Pisa 2006, el 56 % de los estudiantes colombianos de 15 años tuvo un desempeño inferior al nivel 2 de aptitud, comparado con el promedio de la Ocde del 21 %.
  • En las pruebas Pisa 2012, estadísticamente la proporción permaneció igual, en 51.4 %, muy por encima del promedio de la Ocde del 18 % (Ocde, 2014b).
  • Consistente con los resultados Pisa, en las evaluaciones de lectura y escritura de las pruebas nacionales Saber 2014 se encontró que el 49 % de los estudiantes en Grado 3, el 67 % en Grado 5 y el 73 % en Grado 9 no cumplían los estándares mínimos.
  • De igual forma, el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce) el cual evalúa las competencias en matemáticas, ciencias y escritura de los estudiantes latinoamericanos de los Grados 3, 6 y 5 muestra que los estudiantes colombianos empiezan a atrasarse con respecto a sus países vecinos como Chile, Costa Rica y México, en los primeros años de educación (Oficina de la Unesco de Santiago, 2015).
  • Las pruebas nacionales Saber en Grado 9 (teóricamente a la edad de 14) y Grado 11 (a la edad de 16) también muestran niveles globales bajos, con tendencias negativas en los puntajes de lectura y matemáticas en algunos grados y años.
  • Existen brechas significativas entre los estudiantes colombianos y estudiantes de países con mayores niveles de ingreso. Dado que la prueba Pisa es una prueba en la que la participación de países es voluntaria y en la que participan principalmente países desarrollados es importante considerar la posibilidad de que estas comparaciones sean sesgadas.
  • Para evitar este problema se presentan dos tipos de comparaciones: primero se tiene en cuenta el PIB per cápita en la comparación y después se hacen comparaciones más detalladas entre Colombia y los países de América Latina que participaron en las pruebas en el 2006 y el 2009 por ser países similares a Colombia.
  • Una proporción significativa de estudiantes colombianos no están bien preparados para ingresar a la educación superior o al mercado laboral; el 27 % de las personas que presentaron las pruebas nacionales Saber 11 en 2013.
  • Los índices de nivel de estudios alcanzados y los resultados del mercado laboral muestran si un sistema educativo puede desarrollar personas que contribuyan al desarrollo económico y social de su país.
  • Colombia ha mejorado considerablemente los índices de nivel de estudios alcanzados en la educación media de una generación a otra; el 40 % de las personas entre 25 y 34 años ha obtenido un título de bachiller o de educación postsecundaria no universitaria; equivalente a más del doble del índice entre las personas entre 55 y 64 años (16 %) (Ocde, 2015b).
  • Los datos de la encuesta de hogares sugieren que los estudiantes que continúan sus estudios después de terminar su educación básica secundaria tienen mejores salarios y una mayor posibilidad de ser empleados en la economía formal que aquellos que no obtuvieron un título de bachiller (Cedlas/Banco Mundial, 2014).
  • La retribución del mercado laboral a la educación superior es significativa, y ha permanecido constante pese al creciente número de graduados. Sin embargo, las recompensas del mercado laboral por la educación son limitadas, por el tamaño de la economía informal y las debilidades en las competencias de muchos graduados.
  • La diferencia en las tasas de empleo para las personas entre 25 y 34 años de edad en Colombia que no han terminado el bachillerato (73 %) y aquellos que sí tienen título de bachiller o educación postsecundaria no universitaria (76 %) es pequeña; mientras que la diferencia promedio de la Ocde es de 18 puntos porcentuales (Ocde, 2015b).
  • Romper este ciclo de baja calidad de la educación y retribuciones limitadas del mercado laboral requerirá esfuerzos coordinados para estimular la oferta, la demanda y el uso de competencias en la fuerza laboral. (Ocde, pp 33 – 34).
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