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Nación

La pesadilla de una mujer en Bogotá, a la que su cuñado le botó sus perritas

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Claudia Cárdenas trabaja en el Ejército hace 13 años. En diciembre pasado, la mujer pidió traslado desde Cúcuta hacía Bogotá porque su esposo no conseguía trabajo debido a la difícil situación que se vive en la frontera.

La mujer llegó a la Capital junto con su esposo, su hijo de 17 años que va a terminar sus estudios en el colegio y con sus tres perritas: dos cocker spaniel, Luna, Lara, y la beagle Kiara.

En Bogotá, la familia se instaló en la casa del hermano del esposo, quien les arrendó cuartos en el Barrio Alquería La Fragua, al sur de la Capital.

El cuñado de Claudia sabía que ella tenía las mascotas pero desde un inicio se mostró renuente a su presencia y les pidió que no los dejarán entrar a los cuartos por lo que adaptaron un espacio en la terraza de la casa para las perritas.

A pesar de que les habían dado este lugar alejado de los cuartos, al dueño de la casa le seguía molesto con la presencia de los animales y le pidió a Claudia que se los llevara. Ella le respondió que le diera un poco más de tiempo mientras le asignaban una casa fiscal.

En la tarde del lunes, la familia llegó a la casa en la tarde y se encontraron con la sorpresa de que Luna, Lara, y Kiara ya no estaban. El hermano menor de su esposo les explicó que el propietario de la casa, Álvaro Arbey Silva, había sacado a las perras en la mañana a la calle.

Cuando Claudia confrontó a su cuñado, él negó haber hecho algo contra las mascotas y su respuesta al reclamo fue: “¿Cuáles perros?”.

Aquí empezó la pesadilla para Claudia y su familia que empezaron a buscar los animales por cielo y tierra. La única que apareció fue Luna, una cocker spaniel de 12 años, que debido a su avanzada edad y sus enfermedades no se alejó tanto del sitio y fue rescatada por una veterinaria que la encontró cerca.

Mientras tanto, a Lara, la hija Luna, y a Kara, no se les ha vuelto a ver.

Claudia y su familia han puesto avisos en el sector y publicaciones con redes sociales con la esperanza de encontrar los animales pero hasta ahora los intentos han sido infructuosos.

“Siento angustia de lo que les pueda estar pasando. Ellas hacen parte de la familia y es como si fueran dos hijas más”, relata Claudia.

En la noche del viernes, la mujer recibió una llamada de alguien que le dijo que había encontrado a Lara, sin embargo era otro cocker spaniel y no su perrita.

Lo más triste del caso es en esta semana Claudia recibió su casa fiscal y pudo mudarse de donde su cuñado. Sin embargo, aún los embarga la tristeza de la pérdida de su mascotas y mantiene la esperanza de que aparezcan.

Claudia ya interpuso una demanda en contra su cuñado por abuso de confianza, teniendo en cuenta que ellos estaban pagando arriendo y cometió ese reprochable acto en contra de las mascotas.

 

 

Fuente Consultada: Semana

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