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El 21 de noviembre de 2019 será un día recordado por todos los colombianos. El paro nacional inició con una multitudinaria marcha, aunque se presentaron disturbios; un cacerolazo que se extendió por el territorio nacional cuando el presidente Duque realizaba un discurso en medios nacionales, dan fe de que este acontecimiento es la muestra del descontento hacia las decisiones del Gobierno Nacional, situación que no le fue ajena a la ciudad de Santa Marta, donde hasta el gobernador electo, Carlos Caicedo, marchó como líder de la manifestación.
Wendy López Picón
Daniela Pirela Wisman
Con cacerolazos y disturbios en varias zonas de país terminó la jornada de paro nacional que se desarrolló este jueves 21 de noviembre; movilización que fue convocada por sindicatos, jubilados, profesores de colegios públicos, estudiantes de universidades públicas y privadas que dejaron evidencia que hay una nueva Colombia. La clase media colombiana despertó, los jóvenes se empoderaron y posicionaron en los procesos políticos. Todos marcharon pensando en el futuro del territorio y sus habitantes, en la educación, el medio ambiente, salud, la paz, entre otras necesidades, en especial de acabar con la impunidad y la corrupción, a pesar del temor, a conquistar derechos.
Miles de personas a lo largo y ancho del país se dieron cita en las calles para expresar su descontento no solo hacía la administración del presidente Iván Duque Márquez, también hacia todo el sistema que incluye las ramas legislativa y judicial. El ciudadano de a pie, llevado por su inconformidad, le envió al Jefe de Estado un mensaje abrumador, un mensaje que puede considerarse colectivo por las características de la marcha, pero que al tiempo es individual, fue el sentir de cada uno de los manifestantes el que se vio reflejado en las vías del país. Sin embargo, parece que el mensaje no fue claro y contundente para el máximo líder de Colombia. Sus declaraciones fueron triviales y pareciera, sin el ánimo de implementar medidas o corregir el rumbo de este país.
La fragilidad e impopularidad de su Gobierno mostrada por las encuestas se hizo patente en las marchas y el extendido cacerolazo. Duque tiene ahora al frente a una ciudadanía empoderada con la que es difícil negociar, porque no tiene un líder claro, no manifiesta un reclamo único, son diversas las inconformidades que el pueblo colombiano manifiesta para que hayan cambios en unas directrices arbitrarias y unilaterales.
Cabe resaltar, que los ciudadanos que salieron a las calles en diferentes lugares del país procuraron que su protesta se desarrollara en paz, pero, pese a la insistencia en ello, se presentaron grandes disturbios en Bogotá y Cali por parte de desadaptados quienes aprovecharon el momento para infundir miedo en una sociedad que rechazó tajantemente estos actos delictivos.
RAZONES PARA MARCHAR
De acuerdo con la Confederación General del Trabajo, entre las razones para marchar, “se contemplan la exigencia de la revisión del salario mínimo decretado para este año; la presentación y defensa en el Congreso del proyecto de ley que reduzca del 12 % al 4 % de los aportes de los pensionados a salud; reducción y congelación de los precios de los combustibles; la eliminación de los artículos considerados lesivos para los trabajadores contemplados en la reforma tributaria; congelación de precios de los productos de la canasta familiar y cumplimiento de los acuerdos firmados por el Gobierno con las organizaciones campesinas y con los camioneros”.
UNA ALOCUCIÓN FALLIDA
El presidente Duque se manifestó a las 10:00 p.m., del jueves a través de una alocución por los diversos canales del país, donde rechazó los actos vandálicos, pero no habló sobre lo que los colombianos querían escuchar, las soluciones a todos los problemas que presenta la desangrada y empobrecida nación.
“Como presidente de todos los colombianos quiero hablarles sobre los sucesos de este día, hoy, a pesar de los actos de violencia atribuibles a vándalos que no representan el espíritu de los marchantes colombianos, demostramos que este país puede ejercer las libertades individuales sin vulnerar las libertades de los demás. Los hechos sucedidos con posterioridad a la marcha son vandalismo puro y no obedecen a una expresión de la voluntad popular, ni serán legitimados por el derecho a la protesta, no permitiremos saqueos, ni atentados contra la propiedad privada y vamos a aplicarles todo el peso de la ley”.
Las protestas pacíficas continuarán debido a que los ciudadanos no han encontrado respuestas ni soluciones por parte de la administración de Duque. El capitán o timonel de este barco no se ve ni a leguas. Por tanto, se convoca a cacerolazos en las ciudades para seguirle enviando el mensaje de inconformismo al Gobierno Nacional, a ver si al fin con las demostraciones masivas el Presidente que lleva en el cargo 15 meses, logra adquirir experiencia y sacar al país de la incertidumbre y la zozobra.
SANTA MARTA SALIÓ A MARCHAR
En Santa Marta hubo una gran movilización histórica en la que los jóvenes fueron los grandes protagonistas, así como las agremiaciones, sindicatos, estudiantes, docentes, representantes del sector salud, ambientalistas, Lgbti, movimientos ciudadanos como la Garra Samaria Norte, entre otros actores, quienes se unieron a la manifestación que tuvo varios puntos de encuentro en la ciudad y cuya mayor concentración fue en la Troncal del Caribe. Todo esto indica que se ha dado una revolución, hay un proceso en marcha que la institucionalidad no ha entendido y si tiene conocimiento de ello, no lo ha sabido descifrar.
OTRO ÉXITO QUE SE ANOTA CAICEDO EN EL MAGDALENA
En la capital del departamento del Magdalena, Santa Marta, se vio al gobernador electo, Carlos Caicedo respaldando el paro nacional, aunque esto despierta una serie de inquietudes ante las necesidades y dependencias que tiene esta región del Gobierno Nacional de conseguir los recursos w para inversión pública urgente, como por ejemplo, la solución definitiva del agua para Santa Marta, educación u otras obras como la vía que día tras día se pierde en Salamina por la erosión del río Magdalena.
Esta es una situación que podría preocupar a la sociedad magdalenense y llevaría a pensar que a lo mejor no sea posible de conseguir recursos del Gobierno Nacional, debido a las líneas opuestas que evidentemente hay entre el Gobernador Electo y los intereses del partido de gobierno del presidente Iván Duque. Sin embargo, Carlos Caicedo se mostró como líder y la multitudinaria marcha sería otro éxito que se anota, incluso antes de posesionarse como Gobernador del Magdalena.
El gobernador electo del departamento del Magdalena, Carlos Caicedo, respaldó el paro nacional y la protesta pacífica que fue convocada por diferentes organizaciones sociales, “obedecen a reclamos justos en materia educativa, laboral, social y tributarias. Los sectores sociales del país deciden parar y manifestarse para reclamar legítimamente sus derechos”, señaló el líder del movimiento Fuerza Ciudadana a través de su cuenta de Twitter.
De igual forma, añadió, que “nuestra invitación es que las autoridades garanticen el desarrollo de la jornada, puesto que es derecho del pueblo la manifestación pacífica. Exhorto a los ciudadanos a marchar sin miedo, sin violencia, con alegría y en paz por la dignidad de los colombianos.
Marchamos junto a los educadores, los estudiantes, los empleados, los moradores de los barrios, sabedores de su profundo malestar. Vamos a trabajar a partir de enero, para dar a conocer a nivel territorial su inconformidad e implementar soluciones que estén a nuestro alcance”.
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