Columnistas
Educación, oportunidad y esperanza
Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez
La educación contribuye a aportar al bienestar común. Es la grande esperanza para ser pueblos mejores. Desde ella son menos difíciles las posibilidades. Es expresar con J. F. Kennedy: “No digo que todas las personas tienen similares talentos, pero sí digo que cada uno de ustedes debería tener igualdad de oportunidades para desarrollarlos”. Ayuda a mantener viva la esperanza para que los más necesitados y desamparados yna vez capacitados, encuentren trabajo digno y bien remunerado; para que niños, mujeres, ancianos, enfermos reciban la protección y los cuidados que merecen.
Los municipios todos, bien podrían proponerse financiar programas sociales, siendo hora que reflexionemos más sobre la importancia de la educación. Ver donde se encuentran concentradas las deficiencias en nuestro sistema educativo (falta de presupuesto, acceso a una educación integral en valores, ciencias, pensamiento racional, tecnología y redes sociales, arte y cultura general). Cuestionarnos sobre porqué muchos individuos con inteligencia y potencial no pudieron educarse con buenos conocimientos, metodologías y luego capacitarse para ser más productivos, escalar posiciones y mejorar sus ingresos.
La educación une para propósitos fundamentales. Es punto de despegue, oportunidad para la acción, la equidad, la igualdad de oportunidades y la libertad de escoger. Desde ella se impulsan iniciativas, se cristalizan objetivos, metas y propósitos; se facilita la articulación de acciones público-privadas y mejora el nivel de los asociados. Ofrece oportunidades. Ayuda en la procura de sinergias y coordinaciones con los gobiernos central, regionales y locales en pro de mejorar la calidad de la educación. Apunta igualmente a vigorizar una economía más productiva, competitiva y solidaria.
En esto de las oportunidades y esperanzas, están la creación de bases de datos, detectar las oportunidades de trabajo en los sectores público y privado para que no se fuguen los cerebros a otros países; establecer en los colegios un sistema obligatorio de servicio comunitario para que los estudiantes de diferentes comunidades y niveles sociales se acerquen a la realidad de sus territorios, intercambien experiencias o mejoren sus competencias de comunicación, aprendiendo de los demás; implantar la enseñanza obligatoria del inglés desde primaria, para aprovechar el lenguaje tecnológico, de redes sociales y de negocios.
Establecer programas de becas para que los mejores bachilleres estudien en universidades de prestigio, nacionales o internacionales y vuelvan para trabajar o emprender en el país si salen al exterior; legislar para que las ONGs reciban donaciones con ventajas fiscales para los donantes; ventajas que pueden dirigirse a organizaciones dedicadas a mejorar la educación y capacitación de estudiantes y docentes, a ayudar en el tratamiento de enfermedades catastróficas, a proteger a la niñez, mujeres maltratadas, jubilados o personas con discapacidad mental.
Los pueblos educados progresan ofreciendo oportunidades de estudio y trabajo, que contribuyen al crecimiento de empleo digno y del Producto Interno Bruto, mejorando también sus recaudaciones tributarias. La educación y capacitación de estudiantes y profesores deben estar en las agendas del Estado central, sector privado, universidades y gobiernos autónomos descentralizados que, por medio de aplicaciones en línea, deben brindar oportunidad de educarse a todos sus ciudadanos. Así evitaremos que la gente humilde, por desesperación, vote por populistas autoritarios que aumentan la pobreza y nos quitan la ilusión de mejor vida para nuestras familias por medio de la educación.
saulherrera.h@
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