Metrópolis
La transformación como imperativo
Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez
Cambiemos, cambiemos siempre. Renovemos, renovemos siempre, pero sabiendo qué, cómo y para qué cambiamos; qué, cómo y para qué renovamos, nos dice Julio María Sanguinetti, de ahí que importante sea la transformación como cambio de forma y contenido. Transformación, es palabra que se utiliza hoy en día por cambio, al generar esta resistencia como primera reacción. Vive el mundo momentos críticos a todo nivel. Vemos cambios vertiginosos en los comportamientos de la sociedad y la tecnología. Evidentes son las muy rápidas mudanzas de hábitos, lo que obliga adaptarse a las necesidades de los demás, importado ayudarles a definir, redefinir y concretar tal proceso de transformación, en lo que interesan personas, procesos, organización y tecnología.
¿Cómo hacerlo y por dónde empezar? Debemos hacer un giro, ser gradualistas, No conviene ni exagerar el cambio ni llegar atrasado a las tendencias, por lo que es fundamental en todo lo cual, pensar y repensar el ser, el hacer y el tener. Redefinir el Ser es volver al fundamento del propósito, para qué se está, cuál debe ser su contribución, cuál es el papel que debe asumir en la solución que provee. Redefinir el hacer es revisar la estrategia que llevará a la conquista de su visión y propósito estableciendo la forma en que medirá su progreso y su éxito. Y el tener, representa los cambios en capacidades, recursos y paradigmas culturales nuevos a dominar para hacer posible esa estrategia. De aplicarse lo dicho, se impone pasar a ser parte de una solución relevante para las personas, a través de sus recursos y capacidades, siendo un gestor de cambio en el contexto de las nuevas expectativas de los grupos de interés que impacta.
Por otro lado, la redefinición de su estrategia permitirá tomar decisiones que de otra manera no se harían preventivamente, como corregir su tamaño si este no es el correcto por algún factor restrictivo que le impide ejecutar eficazmente, o tomar alguna oportunidad pendiente que le permita crecer. Además, cambiar su foco dentro de la articulación donde convergen mejor sus fortalezas con las oportunidades que ofrecen las nuevas tendencias o cambios que se requieren. De esta manera podrá definir eficazmente las nuevas tecnologías, digitales o de otro tipo que se requieren, y los nuevos talentos que son necesarios para una situación distinta en procura de una nueva fórmula de éxito.
La transformación no debería ser empujada sólo por algún avance tecnológico, sino por una comprensión oportuna y renovada respecto a las tendencias políticas, económicas, sociales y ambientales irreversibles y demás otros cambios sustanciales en tales procesos, tecnologías crecientes, y nuevas expectativas de la sociedad respecto al comportamiento administrativo público, razón por la que conviene a todas luces adaptarse mejor para perdurar más.
Imperativo es entonces avanzar sobre las limitaciones, generar un renovado esquema de ideas progresistas que con un estricto sentido de realismo, permita la reconstrucción del entramado democrático y de esa manera evitar que las generaciones por venir sean sujetos pasivos de lo que les imponga el mundo globalizado, por lo que no podemos reiterarnos en la costumbre de producir ideas después de los hechos sucedidos, sino ser prospectivos, anticipar las consecuencias en el campo político del modelo económico prevaleciente, y consecuentemente generar propuestas que posibiliten evitar una nueva crisis; sólo asó dejaremos de ser simples observadores de un progresivo descreimiento popular en la democracia.
saulherrera.h@gmail.com Abogado. Especializado en Gestión Pública
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