Metrópolis
Cuerpo de hombre fallecido en la Clínica del Prado nunca estuvo perdido

La historia de un hombre que había muerto y su cuerpo se había perdido, ya tuvo un final, según un comunicado de la clínica del Prado, el cadáver ya fue entregado a sus familiares.
Según el reporte médico entregado por la clínica, Raúl Antonio Vázquez García falleció por causa natural, después de presentar un cuadro clínico de Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA). Por la vigilancia intensificada en la pandemia por el nuevo Coronavirus, y siguiendo lo normado por el Ministerio de Salud, se notificó para descartar o confirmar Covid-19.
“Se le informa a los familiares que el cuerpo debe ser mínimamente manipulado, que no se le pueden realizar prácticas de embalsamamiento, que debe ser inhumado lo más pronto posible y que no debe ser extraído de las bolsas de protección; a pesar de todas la explicaciones y recomendaciones, sus familiares se niegan a dar sepultura en las condiciones ya descritas, por lo tanto no se hace entrega del certificado de defunción”, dice el comunicado.
Según se conoció, la clínica notificó a los familiares que solo contaba con una sala de paso para cadáveres, y que no había como mantener el cuerpo conservado hasta tener el reporte del laboratorio del Instituto Nacional de Salud en la ciudad de Bogotá, ya que la respuesta podía tardar entre 48 y 72 horas, sin embargo, las personas manifestaron que esperarían el resultado del estudio porque querían un sepelioPor otro parte, la clínica Prado también informó que, “en vista de la negativa para retirar el cadáver porque no estaban dispuestos a cumplir con las indicaciones ya expuestas, por el riesgo epidemiológico y porque ya se encontraba en proceso de descomposición, se solicitó el apoyo de la Secretaría de Salud distrital y departamental para que intervinieran, razón para anotar que las pretensiones y la negativa de inhumar el cadáver eran de conocimiento de los entes de control”.
Así mismo, la entidad manifestó que la Secretaría de Salud distrital gestionó una nevera de la morgue del hospital Julio Méndez Barreneche, para mantener el cadáver mientras el Ministerio de Salud emitía el resultado para COVID-19.
El informe decía que, “El día 24 de marzo después de 48 horas de fallecido en condiciones inadecuadas de conservación, se hace entrega del certificado de defunción a los familiares para que sea trasladado el cuerpo a la nevera gestionada por la Secretaría de Salud distrital con el acompañamiento del funcionario de la morgue del hospital”.
Posteriormente con el certificado defunción, los familiares se dirigieron a la funeraria Americana, para gestionar el retiro del cuerpo que les fue entregado por la clínica. Los seres queridos decidieron finalmente inhumarlo en el parque cementerio Jardines de Jerusalén.

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