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Región Caribe

Ángel María Palma, el gran empresario olvidado de Barranquilla

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Esta crónica rescata la memoria de don Ángel María Palma Miranda, ilustre hijo de soledad,de indiscutible corazón barranquillero.

El gran urbanizador con su empresa, Compañía Urbanizadora El Porvenir. Además, socio fundador de Cementos Caribe y de la Compañía Colombiana de Tabaco.

Contaremos anécdotas y episodios desconocidos por las nuevas generaciones y otros olvidados inexplicablemente.

Su nombre para la gran mayoría de barranquilleeros ni siquiera es el de “un ilustre desconocido” y poco significa en la memoria colectiva.

El retrato de don Ángel que acompaña esta publicación, pertenece a mi amigo de infancia y de pantalón corto, Mateo Muñoz Visbal, heredada de Angelito Jr. Palma, su primo. Comencemos.

Eclesiastés 9:5  asegura que “…el recuerdo de ellos se ha olvidado”: Así concluye el sabio rey Salomón sus reflexiones sobre triste destino de los fallecidos.

Y así suele ser. Poco o tal vez nada tengamos que contar sobre nuestros antepasados, como bisabuelos o tatarabuelos. Es como si no hubieran existido. No recordamos nada de ellos y los hemos olvidado como afirma el rey israelita. Pero existieron y fueron muy activos en su día.

Desde hace mucho tiempo queríamos investigar quién fue la persona cuyo apellido llevaba el más emblemático edificio del paseo Colón (el paseo Bolívar desde 1937), y por qué no lo recuerdan, no tiene busto ni ningún parque que lo recuerde.

Ángel María Palma Miranda.

Hablamos del edificio Palma, que ocupaba la manzana donde se levantó en 1965 el edificio de la Caja Agraria.

Ya tenemos muy claro que el Palma fue construido en 1928 y demolido en 1955; un crimen arquitectónico sin castigo.

Ahondando en el tema y dialogando con barranquilleros de pura cepa, descubrimos que don Ángel era soledeño y amigo personal de Jorge Eliécer Gaitán, hasta el punto de recoger en su automóvil a la esposa del líder liberal cuando venía a Barranquilla.

Además,  directamente relacionado con la hacienda Villa Santos; el primer vuelo del correo aéreo; el terreno donde se hará el parque más grande del norte; el colegio La Enseñanza (donde estudió Shakira), una fabrica de mosaicos famosísimos;  la gran industria cementera; conocidos barrios de Soledad y Barranquilla; un fallido hipódromo y un sinnúmero de actividades.

Don Ángel María Palma Miranda nació en el vecino municipio de Soledad el 4 de noviembre de 1879 y falleció en Barranquilla, a los 69 años, el 11 de noviembre de 1948.

No hemos podido establecer cómo llegó a poseer sus 1.300 hectáreas que se extendían desde el río Magdalena, pasando por la Vía 40, Villa Santos, Altos de San Vicente, Miramar, Puerto Colombia, hasta llegar a Tubará.

LA HACIENDA VILLA SANTOS

La historia comienza un domingo por la mañana de 1944. Como era su costumbre y en su condición de gran anfitrión, Palma Miranda ofrecía una ternera a la llanera, muy alabada entre sus invitados y familiares.

El asado dominical se hacía en la hacienda Villa Santos, la más grande de sus propiedades, detrás de la “virgencita’ de la calle 80, con acceso principal por la 98 con 51B (nomenclatura actual), diagonal a la Clínica de Rehabilitación del fallecido fisiatra Issa Abuchaibe.

La finca fue bautizada “Villa Santos” (en los terrenos de la urbanización del mismo nombre), en honor a su esposa Santos Molinares de Palma, nacida en 1881.

De pronto, se presentó ante don Ángel el capataz, informándole que dentro de la hacienda había unas personas perforando uno de los potreros. Los mandó a llamar y estos dijeron estar muy apenados por irrumpir sin su consentimiento en sus tierras.

Traían la encomienda de un empresario antioqueño de apellido Arango, interesado en la naturaleza del terreno, porque a Medellín había llegado la información que eran excelentes tierras para un desarrollo cementero.

Y como no sabían con quien hablar decidieron por su cuenta excavar. Palma no se inmutó, les permitió seguir su tarea y les pidió que le enviaran una copia con el resultado del estudio de suelos.

Al poco tiempo regresaron con una oferta del señor Arango de la Compañía de Cementos Argos (fundada en la capital antioqueña en 1934), para comprarle las tierras.

Conociendo la riqueza mineral del suelo, don Ángel respondió con un NO a la propuesta paisa de vender ese tesoro.

A renglón seguido dijo que solo aceptaría si se explotaban en sociedad sus tierras,  para constituir la factoría con sede en Barranquilla.

Así, sobre la zona que colinda con la Vía 40 y sus al alrededores, nace el 14 de agosto de  1944 Cementos del Caribe S.A. con el ” objeto negociar en la industria del cemento y sus similares, y la explotación de cualquier material a base de calcáreos y arcillas”, siendo Ángel María Palma uno de los socios fundadores.

A partir de ese momento las tierras fueron explotadas por Argos, grupo empresarial antioqueño, y la producción industrial se hizo por más de 50 años en esta planta.

76 años después, el emporio cementero marca en Barranquilla su territorio, con los colores de la bandera antioqueña.

Cualquiera que recorra la Circunvalar, la Vía 40 o Miramar, observará las cercas con postes blanco con verde, distintivos de la tierra del plato típico montañero.

Un cuadro con la imagen de Palma adornó durante muchos años la sala de juntas de Cementos Caribe. Desconocemos sí aún permanece allí.

La página de Argos disponible en la red reseña:

Ingreso a la Costa Atlántica

“Argos, con la colaboración de unos industriales barranquilleros, entre ellos Ángel Palma, Julio Mario y Luis Felipe Santodomingo, constituyó en Barranquilla Cementos del Caribe, en un sitio denominado Las Flores, en la orilla izquierda del río Magdalena. En 1949 se prendieron los dos hornos para producir 350 toneladas diarias de cemento”.

EL EDIFICIO PALMA, ORNATO ARQUITECTÓNICO

En 1928 en un terreno de la Nación que adquirió don Ángel Maria Palma Miranda, construyó con recursos propios un edificio conocido por su apellido.

La obra fue diseñada por el arquitecto catalán, Alfredo Badenes, con gran influencia estilística europea.

Se convirtió en el emblema de Barranquillla durante 27 años, por su diseño republicano y arcos romanos.

Es hasta la fecha el inmueble más fotogénico y fotografiado del centro. Ahora, con las redes sociales, descendientes de aquellos barranquilleros de hace casi cien años,  han desempolvado y compartido generosamente decenas de postales del Palma, en blanco y negro.

Su color original, crema con cúpulas granate. El ascensor con puertas de ballestas, como el que aún funciona en el Hotel El Prado desde 1930 o el del edificio OK.

Era una obra arquitectónica espectacular desde cualquier ángulo por donde se le mirara.

Rápidamente el edificio de don Ángel se erigió en el orgullo de la ciudad progresista, el más imponente y señorial del “centro histórico”, al que José Ignacio Vengoechea, su sobrino y una de nuestras fuentes, llama “centro tradicional”.

Cuando Elías Pellet Buitrago funda la radio comercial en Colombia, la HKD Voz de Barranquilla, el 8 de diciembre de 1929, el Palma tenía más de un año de estar funcionando.

El Edificio Palma.

El inmueble que nunca debió tumbarse empezó a deteriorarse prematuramente. Estaba sobre el Paseo Colón, detrás del cuartel del Ejército, donde está la estatua ecuestre del Libertador. Por eso la carrera 44 es conocida como el callejón del Cuartel.

Siempre Palma Miranda quiso que el cuartel no estorbara la visión de su edificio y le propuso al Ministerio de Guerra donar unos terrenos al norte para que la guarnición se trasladara, hecho que se produjo en 1936.

Edificio del Cuartel demolido en 1936,

En ese año se adecuó el Batallón Nariño del barrio Paraíso o Distrito Militar No. 10, conocido ahora como el Batallón de Policía Militar.

Se trata de un terreno de 35 hectáreas donde el Distrito hará algún día el Parque Central.

El Palma tenía cinco pisos y era exclusivamente de oficinas. Allí quedaba el Correo Aéreo.

También, albergó desde 1929 hasta 1937, la sede de la Universidad Comercial del Atlántico, dirigida y fundada por Helena de Chauvin, con la rectoría de Miguel Moreno Alba.

Se daban “cursos completos de comercio y cultura general para ambos sexos, internado, semi-internado para señoritas, con horarios diurnos y nocturnos”, según reza un aviso de prensa de la época, que remataba diciendo: Dirección: Plaza de Bolívar, Edificio Palma – Barranquilla.

Sobre la azotea se colocó el primer aviso comercial con luces de neón, el icónico logotipo de la Bayer de Alemania.

Desde sus balcones habló varias veces a las multitudes, el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, antes de su asesinato el 9 de abril de 1948.

En el primer piso había un local donde vendían libros y revistas usadas en buen estado y a precio reducido. Muchos en inglés y francés.

Ese tipo de negocios prosperó en en el centro. Le seguirían Pica Pica, San Nicolás y el mercado del libro en la antigua Casa Vargas, desde 2014.

Antes de ser demolido en 1955, en lugar de hacerle una reingeniería, el Palma empezó a deshabitarse. Los últimos pisos se veían solitarios.

Es el mismo proceso de olvido y desvalorización que ha sufrido la gran mayoría de inmuebles construidos entre la calle 30 y 34 y que solo hasta ahora las últimas administraciones pretenden recuperar.

Lo más triste es que un influyente diario local, saludó con euforia el día que demolieron el Palma, despidiéndolo como un inmueble vetusto, cuando solo tenía 27 años.

El estadio Metropolitano Roberto Meléndez  cumplirá 34 años  el próximo 11 de mayo y nadie está pensando en dinamitarlo todavía.

Lastimosamente el Palma languideció y no tenía un buen mantenimiento por ser una propiedad privada sin dolientes.

No ocurre esto con los inmuebles del estado, que pueden recuperarse con cuantiosas partidas, al no poderse vender ni enajenar.

En cambio, las obras civiles privadas después de 50 años entran en la etapa de depreciacion y desaparición.

El 27 de junio de 1955 el Concejo Municipal de Barranquilla ordenó la demolición del edificio Palma “para darle paso y continuidad a las obras de ampliación del Paseo Bolívar”, obra que nunca se hizo.

Así desapareció para siempre este icono urbano, recordándolo únicamente en añejas fotos.

En su lugar se levantó la sede regional de la Caja Agraria en 1965, declarada patrimonio arquitectónico nacional en 1994. Es un inmueble intocable. Además, ganó un premio nacional de arquitectura. Hoy la Torre Manzur es el nuevo nombre del inmuele.

A no ser por ese disparate, allí estuviera todavía el Palma, como se conserva incólume el edifcio construido en 1939 por don Ascanio García, obra del arquitecto cubano, Manuel Carrerá Machado y más conocido como el Edificio García

Edificio García, situado en Paraíso esquina Líbano,

Otras historias de don Ángel

El día que el piloto norteamericano, William Knox Martin realizó su primer vuelo entre Barranquilla y Puerto Colombia,  el 15 de junio de 1919, su avión fabricado por The Curtiss Aeroplan and Motor Corporation, tenía a un costado del  fuselaje y en letras grandes, un anuncio de la  marca de cigarrillos “Flor Patria”, propiedad del industrial tabacalero, Ángel Palma, quien patrocinó la hazaña del nacimiento del correo aéreo en Colombia.

En mayo de 1932 don Ángel Palma  fue reconocido en Bogotá por el diario El Tiempo, como “un poderoso empresario de Barranquilla de ideas brillantes”. El ex Presidente, Eduardo Santos Montejo, propietario y director del diario capitalino, era su entusiasta admirador.

También era muy apreciado por el maestro y poeta Guillermo Valencia (1873-1943).

Palma fue el mecenas que regaló el terreno donde se construyó el colegio La Enseñanza de la Compañía de María, en la carrera 53 con 86.

Dueño la afamada fábrica de Mosaicos Pompeya, en el barrio Las Nieves. Los pisos ajedrezados Pompeya o pisos hidráulicos, hacen parte de inmuebles patrimoniales principalmente del Centro Histórico de Barranquilla y de casas de los barrios El Prado, Alto Prado y Bellavista, entre otros.

La mencionada Fábrica de mosaicos y azulejos, fue constituida por Palma el 13 de agosto de 1927, con el empresario español, Enrique Mall, para producir materiales para la construcción.

Por iniciativa suya se creó en 1940 la Compañía Colombiana de Electricidad.

Dueño de la Urbanizadora El Porvenir, que hizo dos barrios con el mismo nombre en Soledad y Barranquilla.

Típica residencia del barrio El Porvenir de Barranquilla, esquina de la carrera 47 con 74, ya demolida,

También fabricaba en el paseo Bolívar los cigarros Flor Patria, con tabaco traído de Ovejas, cuando pertenecía a Bolivar.

Antes de fundarse el Banco de la República, el 23 de julio de 1923, Ángel Palma emitía billetes en papel moneda de baja denominación. con la leyenda “Gran fábrica de tabacos Flor Patria, la Gran Fábrica Nacional de Cigarrillos”, .

La Asociación Numismática Granadina así lo reseña: “La Gran Fábrica de Cigarrillos. Flor Patria de ángel M. Palma. Cupón especial. Barranquilla. Se conocen valores de medio y un centavo impresos por litografía y tipografía Caracas”.

También hacía lo propio don Esteban Márquez, “el creso barranquillero” en el Banco Márquez.

Don Ángel tenía, además, la finca “Pajonal” cerca de Jardines del Recuerdo, con muchas cabezas de ganado, terreno que terminó también en manos de Argos.

Otras tierras dentro del área urbana fueron vendidas legalmente a Cementos Caribe después de 1944.

Palma fue el único socio con acento diferente al de la familia Arango.

Hombre caballeroso, respetuoso y hacendoso, que escuchaba con mucha atención a sus intelrocutores.

Su casa (patrimonio arquitectónico) quedaba en la carrera 51B con calle 80, al lado del edificio El Girasol.

El patio andaluz daba a la carrera 51. Tenía mosaicos traídos de España y en el centro un brocal imponente sin agua.

A don Ángel María le gustaba jugar póker, por ocio y apoyaba muchas causas

Nacimiento del correo aéreo

El 15 de junio de 1919 nace el correo aéreo en Colombia, siendo la cuna Barranquilla.

Ese domingo a las 5.30 p.m. el piloto norteamericano, William Knox Martin, realizó su primer vuelo Barranquilla -Puerto Colombia en compañía de don Mario Santo Domingo, quien arrojó sobre la plaza del balneario un talego repleto de cartas.

El fuselaje del avión, un biplano con motor de ocho cilindros y doscientos caballos de fuerza, llevaba un aviso de Cigarrillos Flor Patria, de propiedad del industrial barranquilllero del tabaco, Angel M. Palma.

El pequeño aparato decoló del Parque Once de noviembre, en la periferia de la ciudad, y dejó al descubierto el patrocinio de Palma

En sus tierras soledeñas urbanizó los barrios el Ferrocarril, el Centenario, el Porvenir y el Hipódromo; terreno donde quería hacer una pista para carreras de caballos. La entrada principal que conduce al barrio era la pista, pero terminó desistiendo del proyecto.

El maestro del periodismo, don Chelo De Castro C., hoy con cien años, escribió en 2016 estas palabras en su habitual columna de El Heraldo:

“Conocimos personalmente a don Ángel Palma porque fue gran amigo de nuestro progenitor. Un gran caballero y un visionario como pocos los había en aquellos tiempos”.

La conocida publicación virtual “Barranquilla, guía general de proyectos”, relata:

“Cientos de hectáreas que pertenecieron al gran urbanizador soledeño, Angel María Palma Miranda, desde hace muchos años son propiedad del Grupo Argos. Son 1.300 hectáreas pertenecientes a Cementos del Caribe desde 1944, cuando nació la cementera (hoy Cementos Argos). Tierras que se dejaron de explotar y que se constituyeron en una revolución del suelo de la capital del Atlántico”.

Las nuevas generaciones deben saber que en Barranquilla en el pódium de los empresarios poderosos y pioneros, además de Mario Santo Domingo o la familia Char, está primero Ángel Maria Palma Miranda.
Sus restos reposan en el Cementerio Universal desde 1948.

[Fuente: Josá Ignacio Vengoechea Renowitzky y Mateo Muñoz Visbal].

Jaime Rueda Domínguez

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