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Magdalena federal

Por YO, El Columnista
Frente a la grandilocuente idea de federalización del país expresada por el gobernador del Magdalena en la mañana del 30 de abril de 2020 en un aparte del foro semana, corresponde realizar unas reflexiones críticas conducentes a examinar la pertinencia y congruencia de tan particular propuesta en voz de su autor.
Luego de 30 años del inicio de la descentralización, ciertamente como proceso corresponde realizar evaluaciones particulares acerca de su avance y resultados. En el caso de Santa Marta una mayor autonomía que contribuya a la gobernabilidad del territorio podría resultar conveniente, por ejemplo, caería bien una mayor posibilidad de intervención sobre la regulación de playas a cargo de la Dimar o del extenso Tayrona administrado por parques nacionales. En el caso de la administración de recursos y atención de problemáticas locales se debate la posibilidad de mayores flexibilidades del gasto, especialmente en lo referido al sistema general de participaciones. Pero de allí hasta avanzar al modelo federal es un salto al vacío, al menos para el caso de Santa Marta, máxime por quien acaba de hacer el esbozo de propuesta. Explicaré.
La gradualidad de la descentralización fiscal se explica por la adquisición por parte de las entidades territoriales de capacidades institucionales necesarias para atender los requerimientos de las comunidades administradas. El gobernador advierte que éstas se encuentran adquiridas y coloca como símil el del adolescente que pasó a la madurez. Afirmación, anterior, que es desvirtuada desde los resultados de su gestión como alcalde y por la de su sucesor político Rafael Martínez. Bastaría observar como los indicadores de las principales problemáticas de Santa Marta en ocho años 2012-2019, cuatro de él y cuatro de Martínez, no mejoraron. Pobreza monetaria 2012 (36,3%) y 2018 (33,7%), Cobertura de acueducto 2012 (42,9%) y 2016 (28,2%), Calidad educativa-lectura crítica 2012(44,9%) y 2018 (50,9%), Informalidad laboral 2012 (63,8%) y 2019 (63,1%).
En materia de recuperación de lo público y estatización, acciones que enarbola discursivamente, sus ejercicios administrativos mayoritariamente tampoco lo acompañan. La atención en el nivel primario de salud prestado por la empresa social del estado ESE Alejandro Prospero Reverend pasó de un superávit en 2012 a una intervención de la Superintendencia en 2019. Los servicios de acueducto y alcantarillado operados por Metroagua S.A. E.S.P. hasta abril de 2017, si bien, eran precarios en materia de cobertura y calidad, financieramente reportada equilibrio, en contraste, la ESSMAR S.A. ESP, empresa pública del nivel descentralizado distrital, sin mejorar los indicadores de prestación del servicio arroja pérdidas acumuladas en pocos meses de operación equivalentes a 22 mil millones de pesos, según lo indicó su gerente. En materia de servicios de transporte, el sistema integrado de transportes SETP prorroga sucesivamente su entrada en operación, entretanto, sin generar un centavo de ingresos provoca erogaciones cercanas a 1.500 millones anuales que el Distrito- su único propietario- enmascara como capitalizaciones. Al creciente deficit del sector descentralizado, pudiesen sumarse otras experiencias poco exitosas que solo han proporcionado réditos en la dimensión burocrática, por ejemplo los institutos Inred (deportes) e Intur (turismo). Sin olvidar que luego de doce años de creciente recaudo tributario a tasas de dos dígitos, luego de la terminación del contrato con R&T S.A.S. por primera vez, en 2018, se registró un retroceso en las rentas propias que obligó a la contracción y/o aplazamiento de gastos.
Continuando esta lógica de ejemplos, podemos ver el poco interés mostrado por Caicedo y Martínez para profundizar la descentralización. La implementación de las localidades por mandato de la ley 1617 de 2013 fue extemporáneamente puesta en funcionamiento en 2016 y en adelante se ha impedido la apertura de los patrimonios autónomos y bancos de proyectos que aseguren un manejo descentralizado de los recursos del fondo de desarrollo local (10% de los ICLD). El ex alcalde local Hector Visbal Saballet y un par de ediles en un trabajo de grado laureado evidencian públicamente esa situación. Igual comportamiento se registra frente al presupuesto participativo, modelo de cual poco o nada se conoce en la ciudad de Santa Marta.
Es conveniente, entonces, antes de profesar ideas que no honra con sus ejecuciones frente a la administración pública, que opte por modelos de buen gobierno como la gobernanza multinivel, que le ha valido a Barranquilla, por un lado, para posicionarse como experiencia exitosa destacada por el BID y, por otro, a través de una armónica relación con entidades y otros niveles de gobierno, concretar inversiones hacia una apuesta de productividad y competitividad.

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