General
Se empieza a extinguir del mar Caribe, el caracol de mar o caracol pala
Desde hace más de 20 años el caracol pala o caracol de mar lucha contra los embates de la pesca. Este molusco, que puede llegar a medir hasta 35 centímetros, es de grandes dimensiones pues su desaparición tendría consecuencias no solo para los ecosistemas sino para las comunidades que dependen de esta especie económicamente.
El caracol de mar solamente se lo encuentra en las playas calientes o en aguas de poca profundidad, a lo largo de ese enorme territorio soleado que se conoce como el Gran Caribe, que cubre también la costa del norte colombiano.
Este molusco, si bien se encontraba fácilmente hace algunas décadas en todo el Caribe, es insignia del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, no solo porque es uno de los platos tradicionales de este territorio, sino también porque es un símbolo cultural de antaño para quienes coleccionan sus enormes conchas. La concha, “es usada frecuentemente como decoración. Servía para avisar de algún acontecimiento importante, porque la usaban como trompeta, ya que produce un particular sonido cuando se sopla”, de acuerdo con el biólogo marino Carlos Andrés Ballesteros Galvis en un artículo del Observatorio para el Desarrollo Sostenible de la Reserva de Biosfera Seaflower.
Nicolás del Castillo Piedrahíta, director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, organismo del Estado colombiano, menciona que “Es un recurso natural muy frágil porque no opone resistencia a su captura”.
“La pérdida de esta especie de molusco podría tener consecuencias importantes para las poblaciones pesqueras que han recurrido al caracol pala para su alimentación y cultura. “En el mundo, la recolección de conchas ha tenido un papel fundamental: esos concheros que demuestran la existencia del humano cazador recolector 10.000 años. En nuestro continente, este y otros caracoles eran parte de la dieta de los primeros pobladores cazadores recolectores. En cuanto a Colombia, dejaron evidencia en los conchales de lo que hoy es el Vía Parque Isla de Salamanca, desde hace unos 10.000 años”, afirmo el biólogo marino e investigador del Instituto Humboldt, Germán Corzo.
“Actualmente, la pesca es una de sus principales amenazas y aunque hay controles y tasas, las posibilidades de hacerlas efectivas son limitadas”, agregó Corzo. Y es que a lo largo de los años las autoridades han tratado de hacer de todo para salvaguardar el caracol pala: establecer áreas de pesca, tamaño mínimo y hasta prohibición de comercio internacional y pesca con equipo de buceo. Pero nada de esto ha tenido resultados contundentes.
Este molusco puede tardar en madurar hasta cuatro años, este crecimiento lento y tardío dificulta una repoblación efectiva de esta especie.
Según explica Corzo, en el caso del caracol pala es clave jugar con todas las opciones de conservación, ya que sería la única opción para salvar la especie. Conservación en su hábitat y fuera de él, y en áreas protegidas pueden ser algunos procesos que se podrían aplicar para el caracol pala. “Ya hay ensayos que están dando buenos resultados para que pueda ser producido en fincas”, comenta.
El futuro del caracol pala es incierto, pero su inminente extinción debería preocupar a las autoridades. Las cuotas de pesca que se han establecido desde hace más de 20 años parecen no haber logrado proteger a este molusco. Métodos como la pedagogía a las comunidades del Caribe podrían y aplicar los métodos de conservación podrían ser la última carta para salvarlo.
You must be logged in to post a comment Login