Conductores de buses podrían irse a paro por falta de controles de bioseguridad

Con cese de actividades por falta de garantias y elementos de bioseguridad para protección de conductores y usuarios durante la emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19.

Cuatro conductores de buses han fallecido por el coronavirus, y otros han contraído el virus o se encuentran en recuperación. Ante esto Durlandi Morales, vicepresidente del sindicato Unión Nacional de Trabajadores de Santa Marta (Untt) menciono que, “Ni las empresas, ni el Distrito, ni el Sept, han implementado ninguna mecánica de bioseguridad a sus trabajadores, no nos están brindando la atención, ni tampoco la dotación necesaria para prevenir el brote del virus”.

Los conductores, instan a las autoridades a prestar mayor atención por un posible brote del virus dentro del sistema masivo. Esto obliga a que los protocolos de prevención sean más estrictos y fortalecer el autocuidado entre los conductores y usuarios del transporte

Durlandi Morales, afirma que, “en un patio automotor hay hasta 360 vehículos, no hay distanciamiento de los trabajadores, a las empresas lo único que le interesa es el tema de la cartulina, no les interesa el tema de la bioseguridad de los trabajadores, el tema de la salud, sólo se están preocupando por las tarifas, tampoco están desinfectando los vehículos, los tapabocas y el alcohol ha sido comprado con recursos propios”.

“Necesitamos que las autoridades competentes tomen las medidas para poder sobrevivir a la crisis que ha generado la pandemia”. Según Durlandi, los propietarios de los buses siguen exigiendo el cumplimiento de las tarifas que rige entre los $150.000 y $200.000, además, de que a muchos trabajadores le adeudan el pago de las vacaciones y primas.

Es de recordar que el pasado 5 de mayo, varios conductores estuvieron protestando por varias vías de la ciudad denunciando la exigencia económica que les piden los propietarios de los vehículos de servicio público. Estos buscaban definir de qué manera poder soportar la carga económica que genera circular con apenas el 35 por ciento de la capacidad de los buses, que a criterio de los transportadores no resulta rentable para salir a operar.