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Pandemia de “renunciatitis” en los hospitales del Magdalena
En menos de un año, siete gerentes de los hospitales del Magdalena han presentados sus renuncias al cargo, luego de haber ganado un concurso público y de méritos que, por ley, les otorgó la potestad para dirigir estas instituciones de salud durante cuatro años.
Estos funcionarios tomaron posesión en mayo de 2020 y, de acuerdo con lo establecido en las normas, estarían en el cargo hasta el 2024, cumpliendo con todas las obligaciones que requiere tal responsabilidad y, por supuesto, devengando un salario que representa una oportunidad de estabilidad que no muchos logran adquirir.
Por esas, entre otras razonas, resultan sorpresivas las noticias referentes a las renuncias, teniendo en cuenta que, para despedir al gerente de algún hospital público, se deben surtir procesos que incluyen a la junta directiva completa y dicha decisión no debe ocurrir en menos de un año de labores.
Hasta ahora, en el Magdalena, se conoce la renuncia de los encargados de los hospitales de Santa Bárbara de Pinto y Aracataca, quienes dejaron el cargo el enero, y los de Sabanas de San Ángel, Sitionuevo, Zapayán, Ciénaga y Nueva Granada, cuya “carta de renuncia” habría llegado a la oficina de Talento Humano de la Gobernación en abril.
¿Renuncia forzada?
OPINIÓN CARIBE tuvo acceso a una Acción de Tutela interpuesta por Eileen Sequeira Jaraba, ex gerente del Hospital Local de Nueva Granada, en contra de Gobernación, liderada por Carlos Caicedo, a raíz de una “presunta vulneración de sus derechos fundamentales a la Dignidad, Debido Proceso, Mínimo Vital, Al Trabajo, Confianza Legítima, Derecho al Mínimo Vital de Sujeto de Especial Protección, entre otros”, debido a que su salida de la institución de salud habría sido arreglada por la Administración Departamental sin su conocimiento.
En conversación con Iván Alemán, abogado y apoderado judicial de Sequeira, se pudo conocer que la joven profesional, el 12 de abril, fue notificada sobre su supuesta renuncia a través de un correo electrónico enviado a su cuenta personal, desde la Oficina de Talento Humano, en el que le señalaban que había sido aceptada una carta de renuncia que ella asegura no haber enviado nunca.
“Estamos frente a una vulneración total de los derechos fundamentales de mi defendida (…) Lo que estamos viendo es que, definitivamente, hay un abuso de autoridad y una actuación por fuera de la Ley. En el acto administrativo le dicen que el aceptan la renuncia, pero no aportan los documentos referentes”, afirma el abogado.
Adicionalmente, explica que, para sustentar esta decisión, aducen una renuncia protocolaria que la exgerente habría firmado en mayo del 2020, cuando tomó posesión, es decir, una dimisión adelantada que pasó desapercibida en aquel entonces dado que era la primera vez que Sequeira Jaraba, de 28 años, entraba a ocupar un cargo público.
Al momento de ingresar al concurso que habilitó la Gobernación para las gerencias de los hospitales, Sequeira se encontraba ejerciendo como médico de urgencias en la Clínica de La Mujer, en Santa Marta, y hacía ocho meses que había obtenido su título como especialista en Gerencia Financiera de los Servicios de Salud de la Universidad del Norte.
“En ese momento le hicieron ver que era un documento protocolario y que era requisito para aceptar el cargo, ante esto, no vio ningún problema y la firmó en mayo de 2020. La norma claramente dice que la renuncia debe ser aceptada los 30 siguientes a la presentación de la misma y aquí vemos claramente que ese plazo venció hace mucho tiempo”, manifiesta, añadiendo que esto encaja también en la tipificación de un presunto delito de falsedad ideológica.
Lo más incongruente del caso es que en el último informe de las Juntas Directivas de las ESE del Magdalena, entregado el 15 de marzo, acorde con la información suministrada por el abogado, Nueva Granada ocupó el segundo lugar entre los hospitales del departamento por el concepto de gestión financiera y asistencial, lo que fue también motivo de felicitación para Sequeira, un mes después habría sido obligada a abandonar la institución.
“Es totalmente contradictorio e inaudito que una persona que esté tan bien calificada vaya a renunciar cuando le está yendo tan bien. Por parte de ella, no existió nunca el ánimo de renunciar”, aseguró el apoderado.
Reemplazo inmediato
Todo este revuelo ocurrió en medio de la famosa caravana que lideró el gobernador a lo largo de los municipios, pues un día después de haber recibido el correo electrónico, llegó al sitio Diana Carolina Castro, la nueva gerente, quien, incluso, recibió la ambulancia que le asignó el departamento a Nueva Granada y, al parecer, entró al cargo sin haber cumplido con el principal requerimiento legal, que es el concurso de mérito. Todo apunta a que se trata de un nombramiento presuntamente “a dedo”.
Tal parece que esta situación se habría repetido en los otros seis hospitales en los que también hubo renuncia por parte de los gerentes. Alguien más, del agrado del gobernador y de Fuerza Ciudadana, movimiento político que Caicedo lidera, habría entrado al puesto de forma casi que inmediata.
El dudoso delegado departamental
En adición a las presuntas irregularidades ya mencionadas, también fue mencionada la existencia de Gabriel Villalobos García, un funcionario que haría las veces de delegado de la Gobernación ante el Hospital del Nueva Granada, siendo esta una figura presente en todos los centros médicos del departamento y que tiene la tarea de supervisar las gestiones de los gerentes.
Lo irregular aquí, según explica el abogado Iván Alemán, es que este cargo legalmente no está constituido. “Es una figura inventada por la Administración Departamental actual, que no tiene ningún tipo de vínculo legal”, asegura.
Además de eso, el Villalobos estaría trabajando hoy en día con la Alcaldía de Santa Marta y así lo confirma el registro de Función Pública, que indica que allí se desempeña como Coordinador Administrativo desde febrero de 2020 y que ha mantenido relación con los gobiernos de Fuerza Ciudadana en la capital del Magdalena desde septiembre de 2018.
Esta persona “estaría presentando las quejas de que la gerente no acataba las órdenes que él impartía en la ESE, y no lo hacía porque ella, en su cargo, sabía que era lo que se podía hacer en beneficio de la entidad y que no. Cualquier actuación que se hiciera en contra de las normas la perjudicaría a ella”, explica Alemán, especificando que la mayoría de peticiones de este delegado iban dirigidas al nombramiento o la contratación de personal, que no cumplía con los requisitos que Sequeira exigía acorde con la ley.
El proceso para reivindicar los derechos de la exgerente Eileen Sequeira parece ser largo, pero no imposible, el objetivo es hacer valer lo que por mérito le corresponde y poder reintegrarse a su cargo para culminar los cuatro años para los cuales participó, sin la intervención de entes externos que manipulen el sistema a su antojo con base en preferencias políticas.
auto y oficio 393 - EILEEN SEQUEIRA
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