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La labor excluyente de la mujer en la política del Magdalena


Este jueves, la activista y defensora de Derechos Humanos, Jennifer del Toro, se refirió en entrevista al papel que viene representando la mujer en la política del Magdalena y Santa Marta, siendo estos unos territorios en los que, históricamente, el papel del hombre ha sido el de mayor dominancia, lo que resulta en la invisibilización de sus roles en la vida pública.
La problemática, según su apreciación y estudio, se embarca en un contexto basado en la violencia de género que se ha convertido en una práctica recurrente, no solamente en escenarios laborales, domésticos, familiares, privados, sino también en los públicos y políticos.
“A nadie se le ocurriría, por ejemplo, cuestionar la validez de las afirmaciones de sectores políticos cuando son encabezados por hombres, sin embargo, es mucho más fácil que la sociedad tolere este matoneo y violencia en contra de mujeres que ocupan una posición de poder”, explica Del Toro, asegurando que el objetivo de este tipo de actitudes es, primero, sacar a las mujeres de la escena y, segundo, enviar un mensaje a todas las demás “de que esto es una labor peligrosa y excluyente, de dominio exclusivo de lo masculino”.
Así mismo, puso como ejemplo la situación que atraviesan actualmente las diputadas del Magdalena, las que, considera, permanecen “arrinconadas” ante las acciones ejercida en su contra por el lugar que ocupan.
“En el Concejo Distrital de Santa Marta hay apenas tres concejalas y algunas veces ellas hacen sus esfuerzos por imponer sus posiciones, posturas y criterios en la corporación, pero se encuentran con un escenario profundamente violento. En cuanto al orden Departamental, a unas diputadas cada vez más acorraladas, con un matoneo que ya es vergonzoso y que realmente debería motivar una manifestación de profundo rechazo”, señala, mientras reitera que este es un mensaje de peligrosidad para la democracia y para las garantías que todas deben tener en la vida pública.
Acorde con su explicación, esto hace referencia a la cultura que se vino formando desde hace siglos, en la cual la figura de la mujer siempre estuvo relegada a un segundo plano y el hombre, por otro lado, es criado en medio de características con profundo machismo, siendo más representativo, el hecho de que sólo hace 50 años, las mujeres pudieron acceder a los estudios y al voto.
Los tres retratos de la mujer en la política del Magdalena
De igual manera, la Defensora de Derechos Humanos aseguró que, desde hace un tiempo, ha estado llevando a cabo un análisis de los retratos que ha podido identificar en las mujeres que pertenecen a la vida pública y política del departamento del Magdalena.
“El primero el de la mujer como cuota biológica en las estructuras de poder, en cuánto ha sido puesta allí para cumplir el mandato de un hombre, como es el caso de la alcaldesa a la que vemos cada vez más relegada de su función como mandataria, de la toma de decisiones y el ejercicio del poder propiamente dicho, y más como una mujer de cristal a la que se le permite hacer ciertas cosas y se le excluye de otros escenarios”, manifiesta, haciendo referencia al lenguaje no verbal que muestra en espacios, como ruedas de prensa, cuando se encuentra en compañía del mandatario de los magdalenenses.
Sobre esto, asegura que las cuotas biológicas, realmente, no representan la transformación que debería existir entre la campante y amplia desigualdad entre hombre y mujeres.
“Un segundo retrato es de las mujeres disidentes, que, haciendo parte de las estructuras tradicionales de poder, en el Distrito o en el Departamento, que han sido parte del movimiento político que está muy posicionado, como es el caso de Fuerza Ciudadana, son mujeres que logran desmarcar de esos modelos de gobierno”, señala, haciendo referencia específica al caso de Mayra Castro, en la gerencia del hospital de Pivijay, quien, asegura, se enfrentó a una campaña en su contra por parte de militante de dicho partido tras intentar desligarse del mismo.
“También se ejerce un matoneo y una campaña de desprestigio que, incluso, apela a cuestiones íntimas para desacreditarla públicamente. El caso de la mujer disidente envía un mensaje a todas las mujeres que hacen parte de este movimiento y es que, si salen de este, eso es lo que les espera”.
Por último, habla de un retrato, todavía en construcción, que se enfoca en las mujeres que no están en las estructuras de poder, pero hacen acciones de suma importancia desde el trabajo comunitario, como las lideresas sociales, concejalas y diputadas, que no pertenecen al partido de gobierno.
“Ellas encarnan toda la violencia de que el patriarca es el que manda, con ellas no se tiene contemplación y esto tiene que ver con una cuestión que es personal y yo aquí creo que, por ejemplo, el gobernador ha sido formado en el machismo y el patriarcado, creo que todo ese movimiento viene de una estructura de corte machista, varios de ellos han sido parte de estructuras armadas y creo que toda esa narrativa de la guerra y de poner siempre a la mujer en un segundo plano, ellos la trasladan al escenario político, en donde no tienen contemplación con ellas”, puntualiza.
Estos casos, a su consideración, muestran el peligro que impera en ese contexto, motivo por el cual, desde su organización, se esfuerza por hacer las cosas de manera distinta y dar apoyo a quien lo necesito.
“Les enviamos mucha solidaridad y fortaleza a quienes están haciendo el trabajo de cuestionar el rol del patriarca, porque suelen ser muy violentos cuando se les cuestiona”, agregó.


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