Columnistas
¿Y si Caicedo renuncia?

Por Víctor Rodríguez Fajardo
“Piensa lo peor y acertarás” Nicolás Maquiavelo
Invito a este ejercicio de un hipotético escenario político donde el impredecible Carlos Caicedo Omar ha demostrado ser astuto y atrevido en el campo de fijarse nuevos retos. Sus opositores hasta el momento no han descifrado su accionar por eso, por ahora, no logran alcanzarlo.
¿Por qué renunciar? Sería la primera incógnita a resolver, la seducción del poder puede ser el detonante para mirar mas arriba, ser gobernador ya no tiene relevancia y menos cuando se aproxima un escenario a nivel nacional donde los proyectos de izquierda están en apogeo. En la parroquia ha dominado a sus opositores por eso buscar nuevas trincheras con personajes de la alta clase política es el paso a seguir.
¿Para qué renunciar? Serían muchos los motivos, enumeremos algunos:
1- Despejar dudas sobre eventual inhabilidad de Patricia Caicedo en su aspiración a la alcaldía de Santa Marta.
2- Ser formula vicepresidencial de Gustavo Petro
3- De ser presidente Petro, habilitarse para un ministerio o cargo nacional
4- Bajar la presión de sus procesos judiciales, dentro de esto estaría quitarle a la Corte Suprema la competencia de su juicio.
Se siente seguro de su estrategia y discurso; victimizarse por un gobierno nacional le permite recoger inconformes nacionales, haciéndose abanderado de las luchas populares nacionales; tiene el respaldo de los políticos alternativos de Europa que validarían el “sacrificio” de renunciar, se siente seguro de elegir a su sucesor. Una elección atípica en el Magdalena en estos momentos tomaría a sus opositores con los pantalones abajo y a él con el músculo financiero para enfrentarlo.
Vienen tiempos donde los proyectos alternativos están cotizando en alza, Colombia podría ser el último país en girar hacia la izquierda y Caicedo sabe ubicarse para trepar mas arriba en su agenda ya sea ser presidente, tener partido político, contar con bancada en el congreso y/o mantener posición en los entes territoriales claves. Consolidada la casa sale a buscar nuevas conquistas, y aunque Rafael Martínez hace bien su labor de avanzada, el súper-ego del mandatario no le permite delegar el brillo en ningún otro mortal. El liderazgo Carlos querría asumirlo directamente, que el elector lo vea, lo palpe, lo reconozca, lo distinga, lo ensalce, lo alabe; Carlos Caicedo sabe capitalizar la exposición mediática, de paso con esto oculta su notable defecto de ser pésimo ejecutor y resalta su mayor virtud como político: ser un encantador seductor de electores.
Estamos en un ejercicio especulativo pero válido, imaginen el 7 de agosto del 2022 si las cosas le salen, tendría partido político propio igualándose con Gustavo Petro, Cesar Gaviria, Germán Vargas, Álvaro Uribe. Obtendría posiciones en cámara de representantes y senado para buscar el juego en el congreso que le permita espacio en el nuevo gobierno, en otras palabras, refundaría la política en Colombia. Si yo fuera Caicedo, renunciaría en noviembre. El llamado a tarima no lo deja tranquilo y de seguro se dejará seducir por la idea. Piénsenlo, Carlos Caicedo Omar iniciaría su campaña presidencial del 2026, renunciando en noviembre del 2021.
