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Columnistas

«Días del fin del mundo».

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Por Víctor Rodríguez Fajardo

Llega diciembre y se activan comportamientos en los que en fechas claves nuestros actos dan la impresión por el afán y la angustia, que ese día se va a terminar el mundo. Hay unos comportamientos compulsivos claramente identificados.

El primero: es que ese día, hay que gastar. Se tenga o si no se tiene, se sale a empeñar o a endeudarse. Pero estas fechas, hay que arriesgarlo todo por encima de cualquier acto responsable.

Segundo: «siempre hay un pretexto para beber», en «días del fin del mundo» no se puede estar sobrio para esas personas, aparecen anécdotas, cuentos, historias sobre las parrandas, bebetas, amanecidas, marcas de licor, botellas bebidas. Como es «fin del mundo» no importa si se pone en riesgo el trabajo, o con la vida cuando en estado de ebriedad se conduce algún vehículo.

Tercero; ansiedad, como son días de «fin del mundo», hay que salir a conversar, verse, saludarse, visitarse; como si nunca jamás se volvieran a ver. Y si ya al final del día no lograron hacerlo, la ansiedad es superior, a este capítulo también se suma el acto compulsivo de agotar todos los minutos del celular porque lo que no se diga ese día ya después no se podrá.

Cuarto: la comida, como es día de «fin del mundo», para que cuidarse, al fin de cuentas se actúa como si no hubiese un nuevo amanecer. No habrá futuro para que ni el hígado, ni el corazón, ni el colon, riñones, diabetes, migrañas, gota, hipertensión; comiencen a quejarse, a fin de cuentas «el fin del mundo».

Estos días del «fin del mundo» son fáciles de identificar, los invitamos a hacer el siguiente ejercicio: deténgase en una esquina altamente transitable, solo a observar el comportamiento de quienes por allí transita. Estos días del «fin del mundo» están marcados en el subconsciente, el primero es hoy, día de las velitas, el segundo el día de Navidad y el siguiente es el 31 de diciembre.

El «fin del mundo» solo llega para los que no respiran, para todos los demás el mundo continua y nuestras obligaciones y compromisos llegan puntualmente, no es sorpresa que en enero hay que comprar útiles escolares, uniformes, pensión de colegio; y que las deudas contraídas en diciembre tocaran puntualmente en enero.

Opinión Caribe los invita a la mesura, porque todo continuara y de ser así, nuestra calidad de vida esté libre de los pasivos en salud y económicos que dejan esos «días del fin del mundo».

Además, si ahorramos ahora, nos podemos ver en Qatar 2022… ¡otro fin del mundo!