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Columnistas

Barriendo la casa

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Los colombianos estamos sometidos a una avalancha de escándalos que está acabando con nuestra paz de espíritu. Levantarnos cada día se ha vuelto un martirio porque las noticias son demoledoras: guerra, asesinatos, corrupción, una política desastrosa y un gobierno triunfalista que vive en las nubes con una indiferencia que duele. Por ello es necesario entender lo que está sucediendo para llenarnos de paciencia y darle el valor que corresponde a esta situación. La verdad es que empezó ese «destape» que se había postergado por décadas cuando como país escondimos todo lo malo debajo de la alfombra, cuando esta existe. Los demás, esa masa inmensa de pobres que ni siquiera ha tenido esa oportunidad, se ha pasado la vida tratando de sobrevivir mientras las estrategias estatales y los recursos del Estado destinados a sacarlos de su situación, terminaban en los bolsillos de quienes manejan el poder.

Paciencia, porque estamos barriendo la casa. Es decir, se está sacando a la luz todo ese entramado de corrupción que empieza en la política, pero sigue en los negocios y cruza toda una sociedad tolerante, permisiva, en parte porque muchos se han beneficiado de esto. Viene entonces una etapa muy dura pero que si la manejamos bien abrirá las puertas a lo que sí debe ser una Colombia democrática, moderna, equitativa, justa, transparente. Recojamos la basura y vamos a deshacernos de ella con una justicia renovada para abrirle espacio al nuevo país. Solo así en vez de seguirse abriendo las inmensas brechas sociales y económicas con que hemos convivido por siglos, podemos empezar a cerrarlas.

Saldrán a la luz preguntas claves como las que surgen del escándalo Char, Gerlein, Merlano. Que el exfiscal Néstor Humberto Martinez nos explique por qué después de anunciar lo que hoy sabemos no solo se calló, sino que dejó precluir el caso. Otra vez, ¿vencimiento de términos? O más bien orden de callarse de esos jefes políticos que hoy están en la picota pública. Y así podrían mencionarse todos esos huecos que ha tenido la justicia colombiana cuando se trata de poderosos en todas las esferas del país.

Paciencia, eso es lo que necesitamos para que no se detenga este proceso de sencillamente empezar a barrer la casa. Que tal el maravilloso artículo de María Teresa Ronderos que pone en entredicho nada menos que a las encuestadoras que según ella están realizando un trabajo distinto al que les dio tanto reconocimiento y que ahora, por razones difíciles de entender, están confundiendo a la opinión pública. Es decir, al paso que vamos no va a quedar sector que no sea cuestionado.

En fin, paciencia, mucha paciencia, porque estamos en momentos que duelen como cuando estamos en pleno tratamiento de una enfermedad, nada menos que la perdida de norte de una país. Pero vendrá la verdadera recuperación, no ese globo que lanza siempre un gobierno que no logra entender el momento que viven los colombianos, gracias entre otras a muchos de sus errores que han profundizado los males que ya traíamos.