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Reiteran llamado a las autoridades ante riesgos en subregión Río por la erosión
A pesar de los múltiples anuncios y el avance constante de la erosión que mantiene sitiado al Magdalena, especialmente en la vía que conecta a los municipios de Salamina y El Piñón, a la fecha, la comunidad del mencionado territorio continúa mostrando su preocupación debido a la falta en la implementación de las estrategias para la prevención de riesgos, lo que aumenta la posibilidad de inundación en el sector.
De acuerdo con la información suministrada por Jorge Salah Donado, dirigente gremial y comerciante, no solamente Salamina se encuentra frente a un riesgo inminente, sino también poblaciones como Pivijay, El Piñón, Cerro de San Antonio, además de los corregimientos de Medialuna, El Carmen, entre otros, ubicados en zonas aledañas.
“Aproximadamente son 400 mil hectáreas que se verían afectadas por la erosión (…) Toda esta vasta región se vería afectada, en una región que es 80% agropecuaria, si el río llegara a inundarla, le daño no solamente social sino ecológico sería incalculable”, explicó Salah Donado.
Esta problemática, afirma, se viene presentando a raíz de la sedimentación en la Isla Tamarindo, que causa una desviación en la corriente y provoca un choque con la margen derecha del río Magdalena, causando la erosión.
“El dragado de la isla sería la solución definitiva, coyuntural, pero al ver que han hecho estudios y no se ha dado ningún resultado positivo, nosotros estamos pidiendo que se hagan los espolones. Hoy vemos un municipio como
Cerro de San Antonio, en donde se está haciendo una protección de orilla con tubos y pilotajes, un trabajo similar que se hizo hace algunos años frente al municipio donde teníamos casi el mismo problema, y que no dio resultados”, manifestó, haciendo énfasis en que desconocen la efectividad de proteger la orilla con sacos y tierra, “sin ningún resultado positivo”.
Por lo anterior, reitera que es necesaria la instalación de espolones que desvíen la corriente y, de esa manera, controlar la erosión, que desde hace dos años viene mostrando avances desmesurados y aumentando la zozobra de las comunidades. “Sentimos que un abrir y cerrar de ojos podemos quedar sin nada”, afirmó.
“Le pedimos a las personas encargadas, a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Cormagdalena, que nos den una solución definitiva, no más pañitos de agua tibia que es lo que han venido haciendo durante estos años, invirtiendo una cantidad de millones de pesos y el problema sigue igual o peor”, expresó.
Así mismo, hace un llamado a unir trabajos entre todos los municipios de la subregión Río, las administraciones locales, departamentales, a las entidades encargadas del orden nacional, pues temen por una arremetida del afluente en este 2022.
“Esta región está a punto de quedar incomunicada, ahora podemos usar el kilómetro cero, que llaman la Vía de la Prosperidad (…) cuando comiencen las lluvias no solamente vamos a tener la zozobra del río, sino incomunicados, no van a poder entrar alimentos ni las ambulancias van a poder salir en caso de inconvenientes. El problema social va a ser incalculable porque no vamos a tener vías”, concluyó.