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Columnistas

Convenir es la ruta

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Independientemente de las señales, acercamientos, recados, encuentros, visitas, razones, reuniones, así como demás otras aproximaciones en las que estén dialogando o vayan a hacerlo los dirigentes todos de las distintas estructuras políticas que actúan e interactúan en el país, interesa sobremanera la unidad nacional, acuerdos sólidos, graníticos, fundamentos y esencialidades que permitirán jalonar hacia unos mismos propósitos y objetivos comunes en beneficio colectivo, sin que importe el por qué lo mismo es válido para unos efectos y no lo es para otros; más no es de lo que se trata ni deba dilucidar, sino avanzar con prisa y sin pausa en ruta a consolidar los superiores intereses de la gente en sus propias realidades, más sentidas necesidades y demandadas prioridades.  

Así las cosas, no debería haber cabida para oposiciones porque sí como muchos lo han hecho, sino ejercerla bajo reflexiones de peso, verdades manifiestas y focalizaciones argumentativas donde estén presentes elementos de comprensión y estructuraciones que permitan afianzar todo lo cual en ese instrumento de poder que los gobiernos tienen, así como a la oposición y al ciudadano para intervenir desde la praxis en el ejercicio político. Es comprender las dinámicas todas que convergen en este escenario y no solo establecer posición contraria a las directrices del gobierno de turno para terminar delimitando la manera como deberíamos comprender lo político, percibir el otro en oposición, el cual en el momento propicio adquiere el ropaje del gobierno de turno, en la verdad de ser el gobierno en ejercicio.

Debe ser la intención de todos, triunfadores y no triunfadores, definir con pensamiento crítico desde sus propias ópticas, visiones, aristas y perspectivas demostrar y demostrarse que si se pueden llegar a acuerdos en los que todos aporten las soluciones mejores camino a establecer las vías posibles y mayormente probables que nos lleven a los puertos seguros del desarrollo social y humano, del crecimiento económico sostenido, del mejoramiento permanente y continuo, del bienestar general, de la prosperidad e integral progreso.

Es darse y darnos cuenta que lo más importante no es lograr permear la mirada de aquel que, sin pocos o ningunos elementos teóricos, intenta establecer su propio análisis político desde el día a día, como una herramienta de adiestramiento político. No. Bajo ningún punto de vista. Sino de construir sobre lo construido. Dejar claro que lo más importante es gobernar sin imposiciones y nunca soportado en el poder adquirido.