Connect with us

Columnistas

Antes del cambio de gobierno

Published

on

Por: Carlos Enrique Martínez Caballero

Lamento no poder expresarme de otra manera, ser optimista y positivo frente a la realidad nacional, por qué los referentes vividos en Venezuela y Guatemala no me lo permiten, la historia me coloca en la cuerda de la incertidumbre del futuro cercano y hablo en primera persona, toda vez qué no puedo interpretar lo que sienten cada uno de ustedes en el ámbito político, militar, social y económico.

Durante 30 años serví a mi país, con la convicción de que mis actos, dificultades, esfuerzos, dedicación y vocación, contribuían a un objetivo estratégico militar que coadyuvaba a una política gubernamental que nunca fue de estado pero pretendían la Seguridad y la Defensa del sistema democrático, pero hoy con la mayor honestidad pongo en duda los efectos de esta lucha.

Mañana, llega la izquierda al gobierno, referenciada en su conjunto por “exguerrilleros” del M19 y FARC, aliados al Chavismo, vitoreados internacionalmente por el Foro de Puebla y Sao Pablo, acompañados por movimientos políticos de centro izquierda e izquierda, con el apoyo directo de los partidos oportunistas que se acomodaron al gobierno entrante en favor de sus intereses políticos, recordada lamentablemente por hechos imborrables como la burla al pueblo en el plebiscito de Santos, una violencia humillante donde creo que grita victoriosa al lograr su cometido y “once millones de votantes” que seleccionaron al administrador de cincuenta millones de compatriotas.

Tan solo cinco años de mi existir posterior a mi retiro, bastaron para tener profundidad del contexto político nacional, donde me siento burlado y menospreciado como ciudadano y humillado como militar, sencillamente porque antes de graduarme como bachiller ya vivía la infamia del maltrato social y la violencia inmisericorde de las guerrillas.

El gobierno entrante habla de justicia, méritos y un acuerdo nacional, llegaran para conjugar los verbos dialogar, escuchar y perdonar, para “vivir sabroso”, ¿pero cuanto interés mostraron para dejar las armas y no asesinar soldados, policías y ciudadanos antes del día de mañana? ¿Por qué no escucharon las voces de millones de colombianos que pidieron piedad en cada acto de barbarie? ¿Por qué no le perdonaron la vida a la juventud, a los secuestrados, extorsionados y boleteados en todo el territorio? dónde estaba ese bastión de humanidad en cada uno de ustedes que hoy pretenden el gran acuerdo nacional.

Que levanten la mano los que dicen tener méritos para gobernarnos, que muestren su total honestidad, que griten mañana que son impolutos merecedores de la administración de un estado más que benevolente, maravilloso, ingenuo y rico por naturaleza, pero abusado hasta la saciedad en todos sus vectores, como me gustaría revisar las ejecutorias de su meritocracia, cuando los únicos requisitos constitucionales para ser presidente o senador, es ser mayor de 30 años y colombiano de nacimiento, yo tuve que soportar la violencia 30 años, 9 filtros para el ascenso y múltiples capacitaciones para llegar al nivel donde llegué, eso sí, sin antecedentes penales de por medio y sin portar armas ilegitimas en contra del pueblo.

Antes de que llegue el nuevo gobierno, permítanme expresar mi inconformidad, no con el gobernante entrante, pero si hacia los 40 millones de colombianos que no comprendieron los ejemplos críticos de otros estados, hacia los 11 millones que lo eligieron porque solo el tiempo dirá si hicieron lo correcto o se equivocaron, hacia los analistas que no tuvieron las fuerzas necesarias para convencer a los incautos, a los docentes en todo orden que se dejaron quitar el protagonismo de los principios y valores ciudadanos, a los partidos políticos por jugar con el voto popular como una pelota de trapo, a los corruptos de todos los niveles y clases sociales por ceder más al interés patrimonial que al social, a la iglesia por tomar partido como siempre para quedar bien ante la mirada populista y no hacia la sociedad que debió ser guiada y protegida, como quien dice “protegieron al lobo y no al rebaño”, a los medios de comunicación que se prestaron para el juego de la información basada en la audiencia y lógicamente hacia los militares y policías que se vendieron en una variedad de oportunidades dejando de lado la vocación del servicio a la misma humanidad que los patrocinó.

Antes del cambio de gobierno, permítanme expresar que comprendí, porque a este gobierno le pronosticaron ser de transición, porque no se acaba el narcotráfico, por qué se pelean como hienas los cargos públicos y porque es mejor tener un pueblo inculto y sin educación y sobre todo porque el camino más fácil es el de ignorar la política aun sabiendo que ella misma nos arrollará, con el tiempo he aprendido, el problema y sus causas ¿Cuándo aprenderás tú?  Ojalá no tarde, antes de que cambie el gobierno en el recorrido histórico de los ciclos.

Miles de artículos, videos y comentarios surgieron sobre los planes e intenciones del populismo, socialismo, terrorismo, narcotráfico, planes guerrilleros y comunismo que viene desde el pasado, se alertó sobre el chamanismo, las malas energías, sobre la corrupción, la politiquería y la traición de las elites políticas para llegar a sus objetivos, más claros los mensajes no pudieron ser, pero dice el refrán “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, que Cuba, Venezuela, Nicaragua y hasta los Estados Unidos, Irán, China, Rusia y Noruega entre muchos otros tienen influencia en el país para bien o para mal, ya lo sabíamos, pero nos hacemos los sordos, hemos cedido el honor, la identidad, la moral, la educación, la autenticidad, el comercio, las riquezas y hasta los alimentos, para consumir nosotros los desechos, que bajezas hemos cometido por darle rienda suelta al tradicional “todo bien, todo bien”, espero que este ciclo no nos lleve a un punto de no retorno donde ya casi estamos posicionados.

Dios y Virgen de la Milagrosa, cuídanos a partir de mañana con más fuerza, para que el viejo adagio popular no se haga realidad “en guerra, Dios y el soldado son invocados y en paz Dios es olvidado y el soldado juzgado” la identidad nacional creyente se desploma todos los días por sus propios postulados y los soldados y policías están siendo cazados como en las épocas de los vaqueros, el sistema de verdad, justicia, perdón y no repetición, termino de inclinar la balanza hacia la izquierda, humillando al soldado mientras otros hablan con propiedad en el pulpito del Congreso, si eso no es un referente para tener en cuenta, entonces que se necesita para concientizarnos.

Antes del 7 de agosto día de nuestro Ejército Nacional, deseo elevar una voz de perdón a todos los que murieron creyendo que su muerte contribuiría a una país justo, a los que perdieron parte de su cuerpo en los campos minados, a las niñas y niños de Colombia víctimas de la barbarie, a las viudas, a los que perdieron la mente como testigos de las duras huellas del terrorismo, a las madres que perdieron sus hijos brutalmente y se sentían orgullosas de ellos, a las víctimas inocentes de los últimos 60 años que migraron como consecuencia de la búsqueda de la supervivencia, a todo aquel que sufrió sin merecerlo por culpa del mal llamado conflicto interno que no es otra cosa que una guerra contra el estado, que ocasionaron unos grupos narco guerrilleros para lograr su cometido en el terreno armado y político.

Por último, Si los servidores públicos fueran pulcros, acudirían al concepto legítimo del impedimento, la incompatibilidad o inhabilidad, donde la imparcialidad debería ser el mejor referente de los entrantes, aplicarían la ética y la moral de la mejor manera para no ser juez y parte dentro del proceso legitimo de gobernar, estoy casi seguro de que estas teorías solo se aplicaran en el papel, pero no al interior de muchos cargos dentro del ejecutivo, legislativo y judicial, situación que lamento por el poder otorgado del ingenuo pueblo, en las supuestas urnas democráticas.

Colombianos, visto que los hechos de nuestra historia y de América reciente fueron ignorados, no nos extrañemos que estos se repitan con mayor vehemencia, dejando heridas y consecuencias peores a las planeadas desde antes, generando cambios ideológicos, sociales, políticos y militares incontrolables, con el agravante de que no habrá tiempo de retornar, luego del cambio de gobierno.

“El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” soy ciudadano.