Nación
Nuevo caso de eutanasia en colombia

El desespero al no recibir ninguna respuesta de la EPS para una atención integral hacia Érika Triana, de 34 años de edad, madre de dos hijos, quien en los últimos 10 años, ha estado en cama debido a una enfermedad avanzada llamada la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que le fue diagnosticada y que, con el paso del tiempo, le impidió caminar.
Debido a que su estado de salud es critico, familiares decidieron solicitar aplicarle la eutanasia teniendo en cuenta que, su enfermedad la ha deteriorado tanto, que únicamente se comunica “con sus pestañas”.
Alvaro Bonilla esposo de la mujer, asegurá que ha intentado por todas las vías, incluso una tutela, que la EPS le brinde atención integral a su esposa para que su calidad de vida mejore o, al menos el dolor diminuya, no han logrado respuesta, por lo que ahora buscan la manera de que la joven madre pueda recibir la eutanasia.
Pese a la situación, el esposo de la joven madre expresó que aún guarda la esperanza de que su compañera de vida mejorará, debido a un diagnóstico que les entregó su médico tratante recientemente.
Por el momento, la familia de Érika espera que la EPS les autorize la eutanasia, pese a que la secretaria de salud en el Tolima, Martha Palacios, aseguró que aún no han recibido la solicitud.
Hechos
Desde que Érika tenía 20 años ha tenido que lidiar con el ELA, Álvaro Bonilla, en los últimos años el dolor que le ocasiona la enfermedad se le ha incrementado lo que la ha llevado a sentirse “cansada” de la situación que debe vivir a diario.
Desde 2019, su esposo tomó la decisión de sacar a su esposa de una Unidad de Cuidados Instensivos (UCI) debido a que, en sus palabras, “estaba en los huesos” por lo que, decidió adecuar un espacio en su hogar para que él y sus hijos pudieran brindarle mejor atención.
Gracias a un grupo de conocidos, el compañero sentimental de Érika buscó donde alquilar un ventilador -aparato que funciona como sus pulmones- pero, ante los demás equipos y cuidados que debía costearle, estuvo a punto de perderlo.
“Con tanto gasto, llegó el día en que no pude pagar el alquiler y la empresa intentó quitarme el equipo, pero un abogado nos ayudó y paró la decisión porque está en riesgo la vida de ella”, concluyó Bonilla.
