Nación
¿Senadora Andrea Padilla integró un grupo considerado por el FBI como ecoterrorista?
En un artículo publicado por el portal web cartelurbano.com, que la actual congresista compartió en sus redes sociales en julio de 2019, se indica que cuando tenía 23 años se contactó con el Frente de Liberación Animal (ALF, por sus siglas en inglés), un grupo investigado por terrorismo en más de 40 países. ¿Qué dicen las autoridades colombianas?
Cuando se busca información acerca del Frente de Liberación Animal (o Animal Liberation Front, ALF) se encuentran términos como organización extremista, cuestionada organización ecoterrorista y amenaza terrorista doméstica.
Esta organización clandestina, que tiene seguidores en más de 40 países, es considerada por el Federal Bureau of Investigation (FBI) como extremista y la ubica en el espectro del “terrorismo de intereses especiales”.
Además del FBI, la Unidad de Coordinación Táctica de Extremismos Nacionales le viene haciendo seguimiento hace varios años en el Reino Unido. ¿Qué tiene que ver con Colombia? El 7 de julio de 2019, la entonces activista Andrea Padilla Villarraga publicó en su cuenta de Twitter un amplio perfil que sobre ella redactó el periodista Daniel Fandiño en el portal www.cartelurbano.com.
Lucha y postura política
“El veganismo como lucha y postura política. Gracias @cartelurbano por esta generosa semblanza de nuestro activismo en defensa de los derechos de los animales https://cartelurbano.com/ecologicas/el-veganismo-es-una-postura-politica-contra-toda-explotacion-andrea-padilla-y-su Periodista: Daniel Fandiño. Fotos: @jhonnra ¡Recomendado!”, indicó Padilla en Twitter.
En la semblanza, el periodista Fandiño destaca, entre otras cosas, que Andrea Padilla es psicóloga de la Universidad Javeriana, que se vinculó a la Asociación Defensora de Animales y que más adelante se contactó con PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales). Que su vida cambió con la llegada de un gato a su vida. Mayo, lo llamó.
Sin embargo, algo que llama la atención del artículo publicado por Cartel Urbano es la relación que se pudo haber dado a comienzos del 2000 entre la activista Andrea Padilla, cuando tenía 23 años, y el grupo ecoterrorista Frente de Liberación Animal (de hecho, en la web está el vínculo para ir a la página de internet de este grupo, la cual en la actualidad parece que no funciona).
“Empezando la década del 2000, ante la precariedad de una defensa real por los derechos animales, Andrea pensó que no había mucho por hacer ante las conductas irracionales de la gente, así que a sus escasos 23 años se contactó con el Frente de Liberación Animal, una guerrilla surgida en Inglaterra en 1976 bajo la premisa de que ningún animal, humano o no humano, debe ser violentado”, indica portalurbano.com.
¿Habría relación entre Padilla y ALF en Europa?
En la nota se indica que en 2004, Padilla aplicó a una beca en Bélgica para cursar una maestría en Criminología. Curiosamente ese es uno de los países en donde se han registrado presuntos actos extremistas de ALF.
“Con el deseo de estudiar esa relación entre violencias contra los animales y violencia contra los humanos, en el 2004 Andrea aplicó a una beca en Bélgica para cursar una maestría en Criminología. Se la ganó y estando en este país europeo su mente y consciencia se estimularon aún más por el desarrollo en torno a la pugna en defensa de los animales que vio”, publicó Portal Urbano.
La Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) ha documentado esta forma de extremismo desde 2008. Por ejemplo, en el informe de 2017, que recoge los incidentes correspondientes al 2016, “indica que el activismo de estos grupos se concretó básicamente en acciones pacíficas y legales tanto en el espacio físico como virtual. No obstante, se registraron varios incidentes violentos debidos a la infiltración de grupos anarquistas y de extrema izquierda, que impusieron su modus operandi. Los incidentes más destacados se produjeron en Bélgica, Alemania e Italia”.
Portal Urbano continúa: “En territorio belga Padilla conoció el Grupo de Activistas por los Intereses de los Animales (GAIA), organización de la cual se hizo voluntaria recogiendo firmas hasta llegar a Barcelona, donde estableció un primer contacto con Animanaturalis, una organización con un discurso mucho más elaborado y posicionado”.
Ecoterrorismo en Bélgica y España
En la península Ibérica el grupo ecoterrorista ALF también ha ejecutado actos cuestionados por las autoridades. En 2015, la Federación Galega de Caza publicó en su portal web que esta organización, “una de las… más perseguidas y peligrosas del mundo” arrojó un artefacto explosivo contra la sede de la Federación de Caza de Castilla y León.
Esta acción terrorista se produjo sólo unas semanas después de que la organización Lobo Marley difundiera un vídeo destruyendo varios puestos de caza en la Sierra de la Culebra advirtiendo a los espectadores: “preparaos porque hay más… ¡mucho más!”.
Estos ataques tuvieron lugar casi cuatro años después de que la Guardia Civil asestara el mayor golpe contra el ecoterrorismo en España. El 22 de junio de 2011 el Juzgado de Instrucción de Santiago de Compostela ordenó la detención de 12 individuos en una operación que se desarrolló de manera simultánea en cuatro provincias españolas.
“Cuatro de los arrestos se practicaron en Vizcaya y los restantes en Madrid, Asturias y Galicia. Entre los detenidos, se encontraban conocidos representantes de organizaciones como Equanimal, principal instigadora, entre otros, de los actos de sabotaje del campeonato nacional de caza del zorro que todos los años se celebra en tierras gallegas”, añadió la Federación.
Desde que se fundó en 1976, ALF ha llevado a cabo miles de acciones con el objetivo de acabar con el «sufrimiento de los animales». Su meta es aterrorizar a todo el que se oponga y, en caso de no conseguirlo, destruir sus propiedades y su medio de vida.
En un artículo publicado por El Mundo (España) se indica que la amplitud de este movimiento y sus objetivos, desde las langostas a los laboratorios, borran las pistas sobre su propósito y su ideología. “En lugar de llevar a cabo una lucha clara y precisa, el ALF realiza acciones sin conexión aparente, y tiene declaradas varias guerras al mismo tiempo, las llamadas Vegan Wars. Cualquiera puede unirse. Basta con coger una palanca o una bomba de gasolina y estrellarla contra los torturadores de animales. No hay jerarquía. El nombre de Frente de Liberación Animal es una bandera de conveniencia para hacer actos violentos individuales. A veces, los activistas eligen otros nombres (Milicia de los Derechos de los Animales, Departamento de Justicia, ALF Provisional) inventados por aquellos que están decididos a matar o aterrorizar a sus enemigos”.
El veganismo, ¿una religión fundamentalista?
Añade que “En el fondo, el AFL no es una filosofía sino una dieta común, el veganismo, que prohíbe el consumo de productos animales (carne, leche o huevos y lana o cuero como vestimenta). Para llegar a ser alguien en el AFL, hay que renunciar a abusar de los animales, es decir, comerlos, algo que suele hacer la mayoría de la Humanidad: no se puede luchar contra el sufrimiento de los animales y ser uno mismo el que lo provoca”.
El Mundo expresa que, en cierto sentido, el veganismo es una religión fundamentalista. “Cada comida, cada bebida es una afirmación de identidad política. En última instancia, el veganismo dicta cómo vestir, qué comer, con quién comes o con quién te acuestas. Los restaurantes vegan son escasos. Aunque tenga un trabajo, un vegan se pasa muchísimo tiempo metido en casa cocinando”.
Y, citando a una fuente de policía el medio afirmó que «las mujeres vegan suelen hablar de convertir a sus compañeros sexuales al veganismo. Es un componente casi religioso».
De los presuntos vínculos de la senadora Andrea Padilla con el grupo ecoterrorista ALF quedan varias preguntas sin responder: ¿Cuál fue el resultado de sus contactos, en 2000, con los ecoterroristas de ALF? ¿Hizo parte de ALF en Bélgica o en España mientras estudiaba Criminología? Cuando estudió en Europa, ¿Padilla habría participado en alguno de los actos de este grupo fundamentalista? Las autoridades colombianas tienen la última palabra.