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La virtualidad dejó de ser opcional para las instituciones educativas
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en todos los aspectos de la sociedad, incluida la educación. El cierre de las escuelas y universidades obligó a los educadores a recurrir a la tecnología para continuar el aprendizaje a distancia. Esta experiencia ha demostrado que la virtualidad es una herramienta eficaz que puede utilizarse para brindar educación de calidad a los estudiantes, independientemente de su ubicación.
Un estudio reciente publicado en la revista ScienceDirect encontró que la virtualidad puede ser una experiencia de aprendizaje positiva para los estudiantes. Los estudiantes que participaron en el estudio informaron que estaban satisfechos con la calidad de la enseñanza, el contenido del curso y la interacción con sus compañeros y profesores. Además, los estudiantes que cursaron cursos virtuales obtuvieron resultados académicos similares a los que cursaron cursos presenciales.
Estos hallazgos sugieren que la virtualidad es una opción viable para la educación. Sin embargo, es importante señalar que la virtualidad no es una panacea. Para que sea eficaz, las instituciones educativas deben invertir en recursos y capacitación para garantizar que los estudiantes y los profesores tengan las habilidades y el apoyo necesarios para tener éxito.
En Colombia, las instituciones educativas no contaban con la infraestructura necesaria para ofrecer clases virtuales. Además, los profesores no estaban preparados para impartir sus clases de manera virtual. En muchos casos, no tenían las competencias necesarias para diseñar y desarrollar cursos a distancia y finalmente, muchos estudiantes no tenían acceso a internet o a equipos adecuados para conectarse a clases virtuales. Esto dificultó su participación en las actividades académicas y su aprendizaje.
Como resultado de estos factores la UNESCO estimó que la pandemia provocó un retraso de 3 a 4 años en todo el mundo. Esto se traduce en un retraso preocupante particularmente para los estudiantes más vulnerables, como los que viven en zonas rurales, los que provienen de familias de bajos ingresos o los que tienen discapacidades. Estos estudiantes suelen tener menos acceso a la educación y a las oportunidades de aprendizaje.
Los profesores también reportaron dificultades para adaptarse a la enseñanza virtual. Muchos profesores se sintieron desorientados y sobreestimulados por la nueva realidad. Además, muchos profesores experimentaron frustración debido a la falta de competencias pedagógicas digitales y recursos educativos.
¿Pero por qué la virtualidad dejó de ser opcional?
Se ha demostrado que la virtualidad es una necesidad inevitable para las instituciones educativas. La virtualidad ofrece una serie de ventajas que la hacen una opción atractiva para las escuelas y universidades.
En primer lugar, la virtualidad permite a las instituciones educativas llegar a un público más amplio. Los estudiantes que viven en zonas rurales o que tienen dificultades para asistir a clases presenciales pueden beneficiarse de la educación virtual.
En segundo lugar, la virtualidad puede ayudar a reducir los costos educativos. Las instituciones educativas pueden ahorrar dinero al eliminar la necesidad de construir y mantener instalaciones físicas.
En tercer lugar, la virtualidad puede mejorar la flexibilidad educativa. Los estudiantes pueden acceder a los cursos virtuales a su propio ritmo y desde cualquier lugar.
A pesar de las ventajas de la virtualidad, existen algunos retos que las instituciones educativas deben abordar.
Uno de los retos más importantes es la equidad. Las instituciones educativas deben asegurarse de que todos los estudiantes, independientemente de su situación socioeconómica o ubicación geográfica, tengan acceso a la educación virtual.
Otro reto es la calidad de la enseñanza. Las instituciones educativas deben invertir en recursos y capacitación para garantizar que los estudiantes y los profesores tengan las habilidades y el apoyo necesarios para tener éxito en un entorno virtual.
Basado en los hallazgos del estudio y los retos identificados, se hacen las siguientes recomendaciones para las instituciones educativas:
- Las instituciones educativas deben invertir en recursos tecnológicos, como computadoras, software y conectividad a Internet, para garantizar que los estudiantes y los profesores tengan acceso a las herramientas necesarias para tener éxito en un entorno virtual. Además, las instituciones educativas deben ofrecer capacitación a los estudiantes y los profesores sobre cómo utilizar estas herramientas de manera efectiva.
- Las instituciones educativas deben establecer políticas y procedimientos claros sobre cómo se impartirán los cursos virtuales. Estas políticas deben abordar cuestiones como el acceso a los cursos, la evaluación del aprendizaje y la asistencia a clases.
- Las instituciones educativas deben monitorear el rendimiento de los cursos virtuales para identificar áreas de mejora. Este monitoreo puede realizarse mediante encuestas a los estudiantes, evaluaciones del aprendizaje y análisis de datos.
En conclusión, la virtualidad es una herramienta que puede ser utilizada para brindar educación de calidad a los estudiantes, pero requiere de la colaboración de todos los actores involucrados para abordar los retos que presenta.
Los gobiernos deben invertir en infraestructura y recursos tecnológicos para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a internet y a dispositivos electrónicos. También deben desarrollar políticas y programas para reducir las desigualdades sociales y la carga de trabajo de los padres de familia y los docentes y llas instituciones educativas deben capacitar a los profesores para impartir clases de manera virtual y desarrollar recursos educativos que sean accesibles para todos los estudiantes.
Por: Harold Castañeda Robles Ph.D.
@harold_smr