Columnistas
Tranquilina o de las historias inspiradoras en el vecindario (parte 1)

Por Carlos Arteaga España
En un mundo donde pululan coach, motivadores y no pocas veces “vendedores de humo” prometiendo ríos de leche y miel de manera express con recetarios facilistas que solo ellos tienen, resulta inspirador encontrar personas de carne y hueso, que con esfuerzo, coraje y valentía van quebrando los designios al llamado “destino”. Estas gentes representan un baluarte en este país. Estas breves historias se desarrollan en la gran “perla” del Caribe, ciudad encantadora, que acrecienta su belleza en la tarde con los arreboles, o en la aurora del amanecer que nos depara la divinidad cada día. Personas que asumieron un compromiso vital con sus hijos, y consigo mismo, con una capacidad de resiliencia asombrosa, actitud tan necesaria en los días que vivimos. A estos héroes silecnciosos que no reclaman medallas, que no suplican a los medios de comunicación el ditirambo y la alabanza, que inclusive desprecian la adulación y la vanidad de ciertos lideres que entienden liderazgo como sinónimo de culto a la personalidad, a ellos estas sentidas líneas que espero lean o se las lean alguien que sabrá quienes son.
Domingo. 6:30 am un dos de Enero de 2021.El Propietario de la vivienda ubicada Ciudad del Sol manzana a1 casa 3 toca afanosamente la puerta donde vive su inquilina Tranquilina Gutiérrez. El señor Medardo Alvarado, un santandereano que no sabe de juegos y plazos en términos de dinero, muestra en su rostro una hostilidad no conocida días pasados. Visiblemente nerviosa sale Tranquilina (presiente que algún día su mora competirá con “Don Ramon” y sus catorce meses renta)” Le agradezco y me desocupe mañana, lleva tres meses con el mismo cuento, además va caída en los servicios “fue su frase de apertura al diálogo de Medardo. Tuvo Tranquilina que contener el llanto ante la angustiante situación guardando las ultimas reservas de dignidad que le quedaban. Sentada en un sofá desvencijado miro al fondo de su alma y vio: Tres hijos bajo su custodia con dos nietos que le dejaron unos patrulleros alborotados a sus hijas en las vísperas de unos carnavales de 2014, aportando cada uno una mesada de alimentos en el orden de los 200 mil pesos. Allí pensó “no puedo más “Por desventura humana en las situaciones limites siempre puede acontecer un hecho que oscurezca aún más el panorama. Y así fue.
8: am. En el desayuno, cuando estaba el “machucho” de cebolla y tomate, acompañado con los panes ocañeros que le acreditaron en la tienda de la esquina aparece en el umbral de la puerta dos hombres de gran estatura, y con cara de pocos amigos. En las manos portaban unos talonarios, y en la cintura muy apropósito dejaban ver armas de corto alcance para lucir mas intimidantes. “Vea doña, esperemos que de esta semana no pase…no queremos tener problemas…pero el jefe está molesto…” una deuda adquirida por Tranquilina de enormes dimensiones en usura(intereses) le había condenado a una esclavitud perpetua desde 2019 en sus afugias y agonías de no encontrar luz al final del túnel.
Esta ultima visita la destrozo completamente. Implorando el socorro celestial, pidió que su ciclo de vida terminara en esas horas indeseables. Una hora después del aciago encuentro con estos personajes, este Domingo se dirigió a una iglesia de la ciudad, y allí en medio de oraciones y plegarias se reconforto un poco.
Días después de no poder dormir en más de una semana, me la encontré y compartimos un tinto cerrero sin azúcar. “El jefe” me expreso que me daba un plazo de 3 meses más, pero con todo junto “El santandereano implacable le pidió la vivienda y en la búsqueda logro que unas buenas almas le arrendaran otro inmueble firmando unos títulos valores en garantía. A los quince días, tuvo un retazo de iluminación, y recordó una amiga que le había propuesto años atrás explorar en Estados Unidos. Era el momento. No había espacio para el miedo, tenía que actuar en fe y para ello recordó el pasaje de Josué el bíblico que se le exigió dos virtudes cardinales: Esfuerzo y valentía para cumplir la gran proeza del pueblo elegido.
Con un poco mística y algo de mesianismo expreso “Yo no nací para morir en la miseria…algo debe pasar”. En ese propósito emprendió una gestión de visa para ir a Norteamérica. En las doce horas que estuvo en el bus con destino a Bogotá se percató con perplejidad su extrema ignorancia en el idioma anglosajón. “Jejej que locuras las mías…Dios acompáñame…” pensaba Con un hospedaje improvisado en un sofacama de una amiga y las costillas molidas del cansancio se dirigió a la embajada. Al momento de la entrevista ante un norteamericano que le formulaba preguntas que no le entendía, solo osaba expresar “Yes” lo cual provoco en el hombre una sonrisa socarrona, ¡para sus adentro y algo de malicia pensó “la vaina no salió tan mal jajaja” Una intuición que efectivamente se volvió realidad.
La señora Tranquilina necesitaba los viáticos. Luego de algunas ensoñaciones y conjeturas llamo a un paisano suyo. Le conto su odisea y este le dijo” Comadre, rife una novilla de año que yo te la regalo…pero en un mes”. Una foto de un semoviente que posiblemente no existía le permitió recaudar el recurso para salir al país norteamericano. El premio no quedo en poder del publico y por desplazamientos de la responsable se aplazó el sorteo para fecha incierta. “yo les aviso, no se desesperen “le decía algunos curiosos de saber el resultado. Una mañana de abril Tranquilina acudió donde un amigo para prestar una chaqueta que había comprado este en sus viajes a Europa. Al día siguiente me comentaron que luego de una puja con un mototaxista (concertaron en 10.000 pesos) que deambulaba por Ciudad del Sol Tranquilina sale al aeropuerto Simón Bolívar. Llevaba un morral pequeño, con un jean, tres pantaletas nuevas de Tierra Santa y muchas ilusiones. Tan estricta iba que su única esperanza de comer o tomar algo era que en vuelo de Bogotá-New York pasara una azafata con un café o un panecillo.
Como Tranquilina es imposible no quererla por su bondad infinita, por ser una persona respetuosa, y sobre todo comprometida con su trabajo una comunidad de libaneses de extrema amplitud financiera le dieron un trato lleno de familiaridad. New York le permite facturar veinte millones de pesos. Tan generoso salió el acuerdo laboral que tiene residencia y alimentos en la misma casa, de suerte que nuestro personaje ya tiene apartamento en Barranquilla, y esta pagando una vivienda de dos plantas en Tejares del Libertador.
Tranquilina salió de Colombia cumpliendo cincuenta y ocho años (58). Un régimen de alimentación sano (A veces con abuso del ayuno intermitente forzado) y casi una hora de ejercicios sobre las 5.am hoy esta disfrutando lo que algunos llaman libertad financiera. Porqué tanto joven de 20, 30 y 40, y no tan joven de 50 andan con cuadros depresivos y algunos tomando decisiones desacertadas .Mientras haya vida habrá esperanza .Sirva esta humilde y anónima ciudadana para inspirarnos a no tirar la toalla, a no declinar en la búsqueda de nuestros sueños ¡Hasta el último Round debe ser la consigna ¡ Debemos revindicar el sujeto sentipensante ¡Racionalidad, pero también una dosis de locura, de utopía y de coraje tal como le ocurrió a la heroína de este hogar samario en los albores de la sexta etapa de la existencia(hoy 61)¡
*nombres cambiados para esta columna por respeto y no tener autorización.
