Columnistas
Ciudad y transformación
Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez
Nos indica ciudad una comunidad de asentamientos base sedentario permanente, un espacio social donde un colectivo humano reside, se organiza, se reproduce socialmente, cuenta con sus propias pautas de organización y propia política, puesto que quienes participan de la vida de la ciudad forman parte de ese colectivo, donde se ubican diversos grupos domésticos que realizan las actividades de cuidado y atenciones básicas para todos, cuya concurrencia y recurrencia otorga ese carácter de asentamiento que no depende de desplazamientos estacionales, temporales o cíclicos del lugar de emplazamiento, sino de una estructuración estable del espacio social, con una arquitectura también permanente, realizada con medios técnicos adecuados para dicha perdurabilidad que configuran el entramado urbano propio de las urbes de mayor tamaño que el resto de los asentamientos de su propia sociedad que se caracteriza por la ubicación de lugares de encuentro, de espacios sociales singulares de carácter político y/o ideológico, donde se realizan prácticas sociales que involucran a otras comunidades, fundamentalmente a las comunidades no urbanas de su territorio. Estos lugares de encuentro pueden vincularse a diversas actividades, desde la política de toma de decisiones, a la realización de actos ceremoniales, incluyendo espacios destinados al ocio, la facilitación de la comunicación y la transmisión de la información.
Transformación, en tanto, es ese conjunto de actividades planificadas y coordinadas que buscan modificar algún aspecto de una organización con el fin de mejorar su desempeño, eficiencia, calidad o adaptabilidad, misma que para nuestra ciudad debemos asumir responsablemente, corregir los miles y más yerros como desaciertos heredados en determinación a avanzar en ella con pasos firmes y seguros, toda vez que se impone ir definitivamente tras la consolidación del Distrito que todos merecemos. Tenemos, Administración y ciudadanía, el itinerario inquebrantable de hacer realidad una mejor ciudad, a efecto de ayudar a subsanar deudas históricas, fortalecer nuestra seguridad y robustecer nuestras instituciones. Caminar en favor de lo cual, esforzarnos por convertir y hacer realidad tangible esa transformación que de manera integral requerimos para el bienestar de toda la población.
Obligados estamos adelantando transformaciones que entrañen impactos significativos y positivos en la vida de los samarios, impulsar a una juventud en la construcción de porvenir, fortalecer su apoyo para la inserción laboral, fomentar el trabajo, asegurar el acceso a viviendas dignas, medidas para proteger el medio ambiente y la salud, promover becas para estudiantes, garantizar la protección y el cuidado animal, asegurar en los más de los sentidos opciones viables y sostenibles, reforzar una política de austeridad administrativa, hacer realmente importante bienestar y justicia social. Hacer una administración más eficiente con los cambios necesarios que la misma requiere para asegurar un mandato que corresponda a las propias importancias, realidades, necesidades, urgencias y prioridades poblacionales e institucionales.
Aupar para que se trabaje con denuedo y en consecuencia se garantice de manera eficiente en ese derrotero lo real y verdaderamente útil colectivamente hablando, lo que constituirá y construirá un Distrito mayormente justo, lo que traduce hacer verdadera justicia social poniendo por delante a quienes más lo necesitan. Entendamos, comprendamos, recordemos siempre con sentimiento de pertenencia que avanzar en las transformaciones que requerimos debe y tiene que connotar en gran medida responsabilidad y compromiso. Merecemos todos un mejor Distrito Turístico, Cultural e Histórico. Una Santa Marta Orgullo de Colombia para el mundo. Juntos podemos.