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Columnistas

Cruzada por los espacios públicos

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

La falta de espacios públicos genera inseguridad, misma que sienten las personas en toda la ciudad, así como en su entorno de vivienda. Las personas, por el motivo que sea, sentimos la necesidad de salir, dar un paseo, despejar la mente, pero entre nosotros, no todas las personas tienen la posibilidad de hacerlo, ya que no cuentan con espacios dignos o sienten miedo de salir. Un estudio realizado privadamente en las principales ciudades del país por la Fundación para el Desarrollo Social – Lideresocial, revela la existencia de muy pocos metros cuadrados de área verde disponible por habitante, cuando lo óptimo fueran los 9 metros cuadrados que señala la OMS para asegurar una buena calidad de vida. Diversas otras investigaciones realizadas mundialmente por organizaciones de la salud y expertos en urbanismo señalan que el acceso a espacios públicos bien diseñados puede reducir el estrés y mejorar el bienestar en general fomentando la actividad física. En cuanto a salud infantil está demostrado que crecer en entornos con más espacios verdes está asociado con una mejor salud mental en la adultez.

Importa definitivamente la recuperación de espacios públicos para reconstruir el tejido social, ya que los espacios verdes o recreativos sirven eficazmente contra problemas sociales graves como la violencia, las adicciones y el narcotráfico, en lo que interesa la implantación e implementación comunitaria de torneos deportivos, actividades recreativas, recibir educación sobre adicciones, aprender oficios, lo que repara el tejido social, toda vez que involucra a la comunidad en la recuperación de los espacios desde el principio, por lo que deben desarrollarse juegos tradicionales y actividades como pintar, podar el pasto, recoger basuras, que fomentan el establecimiento de relaciones significativas entre los miembros de la comunidad; y, una vez que el espacio ha sido recuperado, promoverse la colaboración para darle vida a través de la impartición de cursos, talleres y actividades para todos los públicos, desde la niñez hasta los adultos mayores, organizados por la misma comunidad.

Es tener en cuenta que despertar ese sentido de pertenencia, solidaridad, cooperación y colaboración es una de las herramientas más poderosas que puede cambiar nuestra realidad. Imponen modelos de intervención como el referido, el objetivo de construir espacios donde los sueños puedan florecer, donde las familias puedan reunirse con tranquilidad y donde se promueva salud y felicidad, propósito en el que todos debemos ser parte importante, sumarnos con donaciones, hacer voluntariado, participar en actividades que fomenten la sana convivencia y la responsabilidad social en espacios públicos, lo que además ayuda a transformar la vida de nuestras comunidades al crear espacios seguros y alegres.

Señala hoy el urbanismo internacional, lo que es consenso en las naciones del mundo, que construir espacios públicos accesibles, confortables y con actividades de interés para sus habitantes, contribuye a combatir la desigualdad y la fragmentación social, además que establece que el espacio público debe generar símbolos de identidad, mejorar la calidad de vida, permitir la convivencia y la movilidad, a lo que sumarse debe una adecuada iluminación y disponer de más áreas verdes por habitante, en la certeza que la revalorización y rescate del espacio público debe ser una dinámica permanente y continua, lo mismo que adelantar programas ambicioso para lograr una ciudad libre de violencia, impulsar el muralismo urbano, establecer actividades lúdicas en las calles donde se pueda participar con seguridad, transformar los ejes viales en avenidas arboladas, recuperar andenes ocupados hoy ilegalmente por talleres y demás otras actividades y oficios.

Acudir a formas de intervención en el espacio público, reconocidas internacionalmente, con infraestructura y servicios gratuitos para toda la población, mismas que incluyen albercas deportivas y para rehabilitación física; escuelas de cine, música y artes; atención a mujeres y personas adultas mayores; programas contra las adicciones; así como parques temáticos, auditorios, canchas y juegos para todos, que contribuyen a fortalecer el sentido de comunidad, disminuir los delitos en las comunidades donde se han establecido y multiplicar las oportunidades de bienestar para las familias, como demostrado está.

Muchos son los desafíos para la gestión pública en esta materia a los que debe que debe buscárseles solución, resolverlos, más por cuanto existe una muy amplia dispersión normativa e institucional; no se cuenta con un presupuesto específico ni robusto para atender las estrategias transversales de su uso; como tampoco es adecuada la información para alimentar el lo que sería el sistema de información y evaluación del desarrollo urbano en su real dimensión; además que no se cuenta real y verdaderamente, vale decir, exactamente, con los avalúos sobre las plusvalías que se generan en las propiedades cercanas y por lo tanto no es posible generar convenios que bien y mejor puedan contribuir al beneficio público de estos espacios, que de ponerse en marcha, muchos y más serán los avances y beneficios sociales a lograrse, lo que mantendrá los principios rectores en la intervención del espacio público e innovará en las estrategias para hacerlos realidad, lo que debe ser tarea y consigna administrativa pública.