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Enfoques estratégicos para el futuro del trabajo en Santa Marta y el Magdalena

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Por: Harold Castañeda Robles

 En la cuarta entrega del análisis sobre el informe Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial (WEF) vale mencionar como el mercado laboral global está atravesando una transformación sin precedentes impulsada por la automatización, la digitalización, la transición verde y la fragmentación geoeconómica. Estas tendencias están redefiniendo los modelos productivos y las demandas de talento en todos los sectores económicos. En Santa Marta y el Magdalena, estas dinámicas globales se reflejan en retos particulares que afectan la empleabilidad, la formación de talento y la competitividad empresarial. La necesidad de anticiparse a estos cambios es imperativa, ya que la región enfrenta retos estructurales en materia de educación, adaptación tecnológica y desarrollo empresarial.

Ante este panorama, la convergencia de esfuerzos entre empresarios, educadores, estudiantes y líderes políticos es decisivo para diseñar e implementar estrategias efectivas que fomenten la empleabilidad y la sostenibilidad del mercado laboral. Es fundamental adoptar enfoques centrados en la educación, la capacitación técnica, la digitalización y la diversificación de sectores productivos para garantizar que el talento local se mantenga competitivo y alineado con las demandas emergentes. La transformación del mercado laboral no es un fenómeno aislado, sino un proceso en el que la planificación estratégica y la innovación desempeñan un papel determinante en el desarrollo socioeconómico de la región.

Haber trabajado durante años en una organización que reúne a los empresarios más influyentes del Magdalena me ha permitido comprender de primera mano una de las brechas más críticas del mercado laboral regional: la desconexión entre la oferta educativa y las necesidades empresariales. Escuchar repetidamente a estos líderes expresar la dificultad de encontrar talento calificado para roles específicos y ver cómo, ante la ausencia de programas formales alineados con sus requerimientos, recurren a capacitar a sus empleados internamente, sin acreditación académica ni un marco estructurado, es la prueba más clara de que el sistema educativo no está respondiendo con la agilidad y pertinencia necesarias. Este fenómeno no solo retrasa la competitividad de las empresas, sino que también priva a los trabajadores de certificaciones que les permitirían mejorar su empleabilidad y movilidad laboral, perpetuando así una economía con talento subutilizado y limitado acceso a oportunidades de calidad.

A pesar de contar con un sector turístico en crecimiento, un comercio dinámico y una industria agrícola y portuaria relevante, las empresas locales encuentran dificultades para acceder a profesionales con competencias avanzadas en áreas como la digitalización, la automatización y la gestión sostenible de recursos.

La carencia de programas de formación especializada en áreas emergentes, como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la analítica de datos y la gestión de energías renovables, limita la capacidad de las empresas para innovar y competir en mercados más exigentes. Además, el bajo nivel de inversión en tecnología y la resistencia a la transformación digital en ciertos sectores representan barreras significativas para la modernización empresarial. La economía regional sigue dependiendo en gran medida de sectores tradicionales, lo que expone a las empresas a la volatilidad del mercado y a la competencia global sin una base tecnológica sólida que respalde su crecimiento y sostenibilidad.

La educación es, como le he dicho muchas veces, un factor clave en la transformación del mercado laboral y un eje central para superar los retos identificados en la región. La formación de talento debe estar alineada con las tendencias del futuro del trabajo, incorporando competencias digitales, habilidades blandas y conocimientos especializados en áreas estratégicas. En este sentido, es crucial el fortalecimiento de los programas de formación técnica y tecnológica, así como la promoción de iniciativas de reskilling y upskilling que permitan a los trabajadores y estudiantes actualizar sus conocimientos y adaptarse a los cambios del entorno laboral.

Uno de los enfoques más efectivos para reducir la brecha de habilidades es la creación de alianzas entre instituciones educativas y empresas. Los programas de formación dual, en los que los estudiantes combinan la educación teórica con la práctica laboral, han demostrado ser altamente efectivos en otras regiones y podrían representar una solución viable para Santa Marta y el Magdalena. Estas iniciativas permiten a los estudiantes desarrollar competencias específicas requeridas por el mercado, facilitando su inserción laboral y garantizando que las empresas cuenten con talento cualificado.

Además, la educación debe incorporar metodologías innovadoras, como el aprendizaje híbrido, el uso de plataformas digitales y la enseñanza basada en proyectos, para responder a las necesidades cambiantes del entorno laboral. La integración de la inteligencia artificial y la analítica de datos en los procesos educativos puede mejorar la personalización del aprendizaje y optimizar el desarrollo de habilidades relevantes para el mercado. La promoción de competencias en sostenibilidad y economía verde también es fundamental, ya que la transición hacia modelos productivos más ecológicos generará nuevas oportunidades de empleo en sectores emergentes.

El futuro del trabajo en Santa Marta y el Magdalena depende de la capacidad de la región para adaptarse a los cambios globales y desarrollar un ecosistema laboral que fomente la innovación, la formación de talento y la competitividad empresarial. La transformación del mercado laboral no es solo un desafío, sino una oportunidad para construir un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo. Empresarios, educadores, estudiantes y líderes políticos deben asumir un rol activo en este proceso, colaborando en la implementación de estrategias efectivas que aseguren la prosperidad de la región en un entorno cada vez más dinámico y exigente.