Editorial & Columnas
340 homicidios en el departamento del Magdalena, balance de seguridad del primer semestre 2025

Por: Lerber Dimas Vásquez
El balance del primer semestre 2025 para el departamento del Magdalena no es bueno. Sucumbe en medio de quizá la más desafortunada crisis de inseguridad registrada en los último 15 años. La muerte es sin lugar a duda el delito que transgrede los órdenes sociales y con el cuál los violentos sostienen sus aparatos de poder y control. Sobre este se escribe el siguiente artículo.
Briceño León (2012) en su estudio sobre la comprensión de los homicidios en América Latina, plantea dos hipótesis (those attributing its origins to poverty and inequality and those blaming institutionalization or social norms): factores de desigualdad y pobreza e institucionalidad y normas sociales. El estudio es muy interesante, aunque concluye que (pobreza y desigualdad) aunque es una variable interviniente, no explican por sí los homicidios y en el Magdalena, aunque a los que han asesinado mayoritariamente sean jóvenes con Sisbén, personas que trabajan en la informalidad o algunos formales, no hay un estudio que soporte que está condición este ligada a la conducta homicida. Nos queda revisar el papel de la institucionalidad y las normas sociales que imponen otros a través de los violentos. Aquí si hay agravantes.
El Magdalena fue un laboratorio de violencias. Esto lo impuso el bloque Norte y el departamento de Córdoba fue el gran aliado con las escuelas de formación paramilitar. Todo llegó a este departamento, no al Cesar (con 183 homicidios en este semestre) ni a La Guajira (con 110 homicidios en este semestre). Este departamento no es solo el laboratorio de la parapolítica (pacto de Chibolo y Pivijay) sino también de violencias y esto es una realidad que incide de manera drástica: se rompió el tejido social, se atacó a las organizaciones sociales y se crearon estrategias de conveniencia, basadas en la imposición de la fuerza y aquí hay que hablar necesariamente de política, empresarios, terratenientes, palmeros, bananeros y ganaderos.
Pero ¿qué pasó en este primer semestre? 340 homicidios y es la cifra quizá más cercana a la realidad. La ha hecho Pdhal Sierra Nevada basado en informes, datos de Medicina Legal Colombia, Siedco, revisión diaria de prensa y entrevistas. Antes de entrar a las razones de fondo, es importante advertir que hay un problema serio con estos conteos. Ej.: Zapayán. Medicina Legal reporta dos homicidios; la prensa, dos (Dilson Polo Pineda y Marlon Castilla Herrera) y el Siedco, uno. Pero en Concordia, que lleva un homicidio, no lo registra ni Medicina Legal ni el Siedco y el homicidio de Orlando Herrera Orozco, ocurrió. Y esto nos remite a otros dos casos, no contabilizados pero que ocurrieron. El de una persona en Palmor de la Sierra, que al ver que no se hizo el levantamiento técnico del cadáver la familia decidió sepultarlo y esto es delicado porque no se puede certificar la muerte violenta. Lo mismo ocurrió con alias 18 (ni siquiera los apellidos coinciden). Fue muerto en combate en La Guajira y sepultado en zona rural de Santa Marta, pero sin un procedimiento técnico de certificación. Aquí se explica cuáles otros homicidios no se contabilizan: Elementos de análisis de la inseguridad en Santa Marta, en: https://www.opinioncaribe.com/2025/01/02/elementos-de-analisis-de-la-inseguridad-en-santa-marta/ La falta de una medición técnica y rigurosa de los homicidios hace muy difícil caracterizar el fenómeno.
Los lugares de incremento estaban anunciados: Santa Marta con su eterna disputa EGC y ACSN., igualmente el corredor Puebloviejo-Ciénaga-Zona Bananera. Esta pugna en este semestre sumó 203 homicidios. También hay homicidios por robos e intolerancia, pero no son proporcionales al número que deja la confrontación; es decir, no alteran mucho los resultados. Le sigue el corredor de El Retén-Aracataca-Fundación-Algarrobo, con incidencia en Pivijay. 88 homicidios y finalmente, el naciente conflicto entre Los Carperos y el EGC., que en Sitionuevo-Palermo, deja 10 homicidios. Esto quiere decir que el Magdalena tiene al menos tres conflictos activos lo cuál es un retroceso enorme en la política de seguridad que se debió implementar, pero ocurre que aquí pasan y pasan las cosas y no hay responsables. La Procuraduría General de la Nación en su boletín 494 de 2025, alertó sobre la escalada de violencia, pero mientras esto no llegue a sanciones disciplinarias no va a pasar nada, de hecho, ya nadie recuerda este anuncio de apenas hace un mes.
Ahora bien ¿por qué el homicidio? Porque trasgrede, conecta y genera terror. Rompe las leyes, viola los preceptos y quebranta (trasgrede). El asesinato de adultos mayores, mujeres indefensas, niños y personas humildes, son las formas para enviar un mensaje de statu quo: dueños del territorio y así funciona la violencia en el estado actual de las cosas. La activación de la memoria con elementos permanentes producidos por la violencia (conecta). El asesinato de personas que se movilizan de un municipio a otro, el entrar a casas y tumbar puertas a medianoche para asesinar, el desaparecer personas, el asesinar delante de los seres queridos, el uso de la moto para sicariatos y decapitar, desmembrar y torturar (terror). Los cuerpos desmembrados exhibidos públicamente, los atados y torturados y los que son asesinados y grabados en videos. Son lógicas perversas del homicidio y la degradación de un conflicto que este primer semestre tuvo y dio a lugar a todos estos eventos.
Hay otros delitos como la extorsión que siguen en aumento y el reclutamiento forzado. Tampoco hay una medición técnica sobre esto, pero ni Santa Marta, que es la Non Plus Ultra en seguridad, lo tiene. Tampoco hay un mínimo de articulación entre alcaldías y gobernación, en temas de seguridad y solo se suscriben cuando hay una acción de alto impacto que recurren al famoso Consejo de Seguridad, que en términos concretos es lo más volátil que existe porque juegan con la memoria a corto plazo y la falta de organizaciones sociales y veedores que le hagan seguimientos a los acuerdos. No pasa nada con ellos y si pasa es transitorio. Pero de fondo, poco.
Finalmente, vendrán las deducciones, la manipulación de las cifras y los porcentajes que indican gestión a profundidad. Los debates y por supuesto: la conspiración a la gestión política. En cualquiera de los casos por mucho que estrechen los números de los homicidios, los muertos ahí están recordándoles su falta de empatía y gestión y que solo se acuerden de que existen para propósito políticos. Es penosa la carnicería que han hecho frente a la mirada de todos y de todas.
Aquí el comportamiento de todo el departamento.
