Columnistas
Elementos de análisis de la inseguridad en Santa Marta
Por: Lerber Dimas V
Santa Marta, la capital del departamento del Magdalena cerró con 206 homicidios. La sumatoria de este delito en el total de los municipios fue de 573; dentro de esos, 30 feminicidios. No son cifras menores y dan cuenta de la pésima política de seguridad, tanto del distrito como del departamento. Tampoco es nada diferente de lo que se ha vivido en años anteriores y en base a esto, al menos Santa Marta, sigue dentro del rankin de las 50 ciudades más violentas del mundo[1] y por las cifras y las dinámicas violentas, seguirá ahí.
Aquí es importante hacer una claridad sobre las cifras porque nunca coinciden las que presenta la Policía Nacional y las de Medicina Legal. Finalmente los primeros tienen su propio comité para determinar cuales muertes cuentan y cuales no. Esto no quiere decir en ningún momento que el muerto no existió sino que al final del año, de manera muy juiciosa, activan sus comités para determinar cuál cuenta y cuál no. El experto en temas de seguridad, Hugo Acero, afirma lo dicho al plantear: “Se sabe que la Policía Nacional tomó la decisión sumamente cuestionable de no reportar los homicidios dolosos por uso legítimo de la fuerza por parte de las instituciones de seguridad del Estado. Tampoco incluye los casos que suceden en legítima defensa ciudadana y los homicidios preterintencionales, donde el reporte supone que no hubo intención de cometer el homicidio”[2] y agrega en el mismo, artículo: “están otros homicidios que no se reportan y que los denominan “decesos” y es la víctima baleada, apuñalada o golpeada que muere días después en un hospital por problemas graves de salud que le produjeron las lesiones sufridas” y aquí le sumamos otros: los muertos en combates entre actores armados.
Entonces tenemos varias variables que no son tenidas en cuenta por parte de la Policía Nacional, lo que disminuye ostensiblemente los números, pero en ninguno de los casos quiere decir que las muertes no existieron y de aquí, se pegan las autoridades civiles para vociferar sus políticas estables de seguridad que dan resultados contundentes. Usan cifras solo para engañar a los incautos.
Ahora bien. Volvamos a Santa Marta y miremos que puede estar pasando a raíz de seis hipótesis:
- Santa Marta una ciudad que no se preparó para atacar sus violencias. Esto se reduce en la falta de infraestructura en seguridad lo que favorece la acción delictiva. Históricamente cualquier grupo ha llegado a cometer delitos. Yeico Masacre, los Zamuros, los Melean, el Tren de Aragua, los Lapeira, el cartel de Sinaloa y recientemente, los Primos y los Costeños. No en vano, entre el 2007 y el 2021, hubo por los menos 13 estructuras disputándose el control de la SNSM[3].
- La eterna disputa entre actores antagónicos cuya base de problema asciende desde un fallido Proceso de Paz con las AUC en el 2006. Un proceso que empezó mal y terminó mal. El afán del entonces Presidente de la República por evitar la intervención de la Corte Penal Internacional antes tantos delitos atroces impulsó rápidamente un Proceso de Paz donde había heridas recientes abiertas. Quizá la memoria falle pero el ataque a la base de los Rojas, en el 2000[4] marcó un declive y la retoma de los mismo Rojas junto a los Castaños en el 2002[5]. Los atentados con granadas en el mercado público, los asesinatos con fusil y granadas, los tres meses de bloqueo de la Troncal del Caribe[6]. La imposición, las masacres, los desaparecidos, los huérfanos. El daño dela violencia produce secuelas permanentes y son heridas que no sanan y esta disputa sigue activa y produce muertes casi que a diario.
- La estructuración del Plan de Ordenamiento Territorial Paramilitar, que impone a sangre y fuego escenarios violentos que luego son fortines económicos.
- La normalización de la muerte, que no solo se convierte en un desafío, sino que adquiere otras dimensiones con la falta de oportunidades. Los niños y los jóvenes se ven evocados a la actividad delincuencial.
- La crisis de la justicia y los PhD en vencimientos de términos. De la necesidad de mostrar resultados validando tesis de delincuencias juveniles asociándolos a grandes emporios criminales. Terminan dejándolos libres porque solo se han robado un celular.
- Evaluar la Policía Metropolitana. No por el escándalo de las 362 armas, ni de los fusiles robados en Minca y Pozos Colorados, sino porque es una institución que necesita de que su comandante tenga el grado más alto, lo que traduce en mayor interlocución nacional, mayor compromiso y sostenibilidad en el tiempo. Esto último es lo más importante. La Mesan se ha convertido en los últimos meses de quienes no van a ascender, se van a retirar o se pensionan. De aquí que muchos de ellos y ellas, vengan a comandar pero para estar más pendientes de montar su propia empresa de seguridad (negocios), recibir condecoraciones así las cifras sean las peores o para ser Consejeros de Seguridad de la alcaldía.
Y, claro, todo esto traduce en un concepto de seguridad creado a doquier, donde no se sabe con certeza ni de donde vienen los disparos de la gente que cae asesinada. No es posible adjudicar con certeza responsabilidades cuando entre tantos factores y dominios se ejecutan acciones violentas. Nos queda presumir que si es Gaira son el EGC y si es Garagoa son las ACSN y esto también lo determina el POTP.
Finalmente, el secretario de seguridad anunció con bombos y platillos, no un Plan Integral de Seguridad y Convivencia sino el mejor PISCC., que aunque por Ley debía entregarlo en julio, lo entregó el 31 de agosto[7]. Seguro porque era el mejor, así como las 200 cámaras de vigilancia que quedarían operando antes de que terminara el 2024[8].
Esperemos que las acciones para la disminución de la extorsión, la desaparición forzada y el reclutamiento, no sean solo populismos que quieren subsanar con diplomados o capacitaciones, que después de una graduación y anuncios por todos lados, queda ahí. Como han quedado los cientos de comités, planes zonales de seguridad y hasta frentes de seguridad, a los que no les invierten después ni un solo peso. La seguridad cuesta, se planifica y se evalúa.
P.D. 1. Si tanto se criticó el modelo de seguridad de los gobiernos pasados por los malos resultados y este modelo de “cambio” sigue replicando los mismos errores de los pasados quizá nunca existió tal “cambio”
P.D. 2. Hay que tener cuidado con los anteriormente llamados “serenos” hoy Frentes de Seguridad que están anclados, algunos de ellos, en estructuras armadas no estatales.
- 3. Se dedicaron a dejar en gran parte de los temas de seguridad a la Política de la Paz Total. No aprovecharon esta ventana para preparar la ciudad en caso de un fracaso ¿qué tienen para ofrecer si esto falla?
- 4. Cuidado con los baby narcos. Se están reproduciendo y están generando violencias.
[1] Ver: Ocho ciudades colombianas están entre las 50 más peligrosas del mundo: les contamos cuáles son,
[2] Ver: ¿Disminuye o no la violencia homicida? En: https://razonpublica.com/disminuye-no-la-violencia-homicida/
[3] Ver: Silenciosamente intimidante III en: https://www.opinioncaribe.com/2019/06/19/silenciosamente-intimidante-iii/
[4] Ver: Adán Rojas: las guerras del ‘negro’ en: https://verdadabierta.com/las-guerras-del-anegro-adan/
[5] Ver: Las batallas de Hernán Giraldo, y cómo terminó sometido a ‘Jorge 40’ en: https://verdadabierta.com/las-batallas-de-hernan-giraldo-y-como-termino-sometido-a-jorge-40/
[6] Ver: Campesinos de la Sierra Nevada fueron usados como escudo por paramilitares, en: https://prensarural.org/spip/spip.php?article3762
[7] Ver: Santa Marta enfoca su futuro: nuevo Plan de Seguridad y Convivencia Ciudadana en marcha, en: https://elarticulo.co/santa-marta-enfoca-su-futuro-nuevo-plan-de-seguridad-y-convivencia-ciudadana-en-marcha/
[8] Ver: “Antes de terminar el año tendremos operando 200 cámaras de vigilancia”: Secretario de Seguridad, en: https://www.elinformador.com.co/index.php/distrito/320913-antes-de-terminar-el-ano-tendremos-operando-200-camaras-de-vigilancia-secretario-de-seguridad