Metrópolis
¿A quién le duele el camellón de la Bahía?
Ante la mirada de muchos samarios que a diario transitan por la carrera primera de Santa Marta, se ve como el adoquín se ha destruido sin que nadie haga algo para arreglarlo.
Ya son cuatro líneas de ladrillos desprendidos, de no hacer nada, la estatua de Rodrigo de Bastidas quedará sin piso.
Lo preocupante es que el daño de la bahía va más allá de los adoquines, los malos olores, las basuras y la falta de una adecuada vigilancia hacen de éste, un lugar no deseable para visitar cuando en otros tiempos era el principal atractivo de Santa Marta.
Por: Eduardo Cantillo
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