El Surf se impone en las costas colombianas

La práctica del surf o el deslizarse por las olas, ha estado presente por más de 350 años en las culturas ancestrales de Hawai y Perú. Los indígenas de la costa peruana elaboraron el ‘Caballo de totora’, primer dispositivo que servía para surfear olas. Poco a poco este deporte, se ha impuesto en países como Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Costa Rica y Colombia, entre otros, volviéndose un estilo de vida.

Se dice que, en Colombia, esta práctica comenzó a principios de los años setenta, pero es en noviembre de 2010 que, Lena Lizarazo, luego de ocho años de investigación, recibió el reconocimiento de Coldeportes y confirmó al surf como la disciplina número 52 dentro del sistema deportivo colombiano.

Hoy en día, el surf, además de ser un deporte, se ha impuesto como un motor económico, con la creación de diferentes escuelas en la región Caribe y Pacífica del país, “con el ánimo de certificarnos en el campo, viajamos a Australia y obtuvimos credencial como entrenador de surf y salvavidas costero, siendo los únicos con certificación en Colombia”, afirmó Mónica Reyes, miembro de Olas Colombia S.A.S, escuela de surf en la playa Mendihuaca, del Parque Tayrona, Santa Marta.

Y es que Colombia cuenta con una extensión costera de 2 mil 900 kilómetros: 1.600 en el Mar Caribe y 1.300 en el Mar Pacífico, por consiguiente, personas de todo el mundo han puesto la mirada en las costas colombianas, debido a que, además, son aptas para el rápido aprendizaje de esta disciplina.

Playa Palomino, en la Guajira; Casagrande, Mendihuaca, Los Ángeles, Los Naranjos, Platanero y Boca del Río, en el Tayrona; Salgar, Romance Marino, Villa Alcatraz y El Balsillo, en Barranquilla; Spot y Catillo Grande, en Cartagena; San Bernardo e Isla Fuerte, en Montería y Punta Sur, en San Andrés, son uno de los puntos estratégicos y más llamativas para la práctica del surf en Colombia.