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Análisis

Inseguros y temerosos

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La zozobra y la incertidumbre se han apoderado de los habitantes del barrio Manzanares en la capital del Magdalena, quienes temen ser sorprendidos por una de las poderosas municiones que tiene en reserva la Primera División del Ejército Nacional dentro del Batallón ‘Córdova’.

Los estallidos de más de 300 granadas interrumpieron la tranquilidad de los residentes de Manzanares, La Tenería y barrios aledaños a la institución castrense. Los gritos de los soldados ordenando la evacuación de la zona causó traumatismos en muchas personas que hoy recuerdan como si fuese ayer, el accidente ocurrido en el armerillo, es decir, en la bodega de explosivos.

Este suceso, según la comunidad, les recordó aquella noche en la que tuvieron que salir corriendo por la amenaza de un carrobomba en la puerta del Batallón, cuyo atentado al parecer iba dirigido contra el general en retiro Manuel Bonnet. Así como también -hace muchos años- se registró una explosión en El Polvorín, sin embargo, no causó tanto pánico como la ocurrida recientemente.

Desde 1983, año en que fue trasladado de manera definitiva el Cuartel General de la Primera División del Ejército Nacional a Santa Marta, los cambios que se han dado son muchos. Los relevos ya no se hacen en las calles, no hay brigadas en las que vinculan a la comunidad, se acabaron las jornadas médicas gratuitas, no tienen en cuenta a los menores de edad para servicios sociales y tampoco hay cercanía de los altos mandos con los habitantes del sector.

La Primera División tiene bajo su responsabilidad cinco departamentos: Atlántico, Magdalena, Cesar, La Guajira y Sur de Bolívar, además de hacer presencia en 98 municipios de la costa Norte colombiana. Cuenta con dos unidades operativas menores, la Segunda Brigada con sede en Barranquilla y la Décima Brigada Blindada con sede en Valledupar; también, cuenta con una Fuerza de Tarea de Armas Combinadas con sede en Buenavista, La Guajira.

OPINIÓN CARIBE realizó un sondeo con las personas que residen en el barrio Manzanares, quienes manifestaron su inconformismo con la institución militar.

María Fernández Cárdenas: 

“El Batallón no nos brinda ningún tipo de beneficios, por lo contrario, nos causa prejuicios. Nuestras vidas corrieron mucho peligro el día que estallaron esas municiones; fue algo insólito; la gente corría de un lado para el otro, había mucho pánico, no sabemos cómo no hubo un muerto. Todavía es la hora y nos preguntamos, ¿por qué el Comandante o el que responde en el Batallón nunca dio la cara? Hasta el momento ese Señor no nos ha dado una explicación de lo que pasó o un compromiso de que no volverá a pasar; de todas maneras, lo que nosotros queremos es que nos quiten el batallón de ahí porque nosotros estamos en riesgo”.

Jaime Cabas: 

“Los militares no nos colaboran. Hemos visto atracos permanentes sobre todo en la carrera segunda entre las calles 30, 31 y 32, y el centinela puede presenciarlos, pero no hace nada. Cambiar el Batallón de sede es bastante difícil, porque ellos son los que tienen el poder y son los que mandan; lo que si deben cambiar para otra sede son las municiones, por ejemplo, la que tienen ubicada por el sector de Guachaca”.

 

Freddy Ceballos: 

“No nos brindan ningún beneficio, están aquí cerca y ni siquiera se les ve por el barrio patrullando a ninguna hora. Los militares hacen sus rondas de la pared hacia dentro, pero hacia afuera ellos no miran, no escuchan, no hacen nada por los vecinos, no contribuyen en nada. Yo si estoy de acuerdo con la reubicación del Batallón porque ahora vivimos con la zozobra de que en cualquier momento va a pasar algo o que vuelva a estallar. Es un perjuicio para todos los que vivimos en este barrio”.

Ricardo Yánez:

“En estos momentos, el Ejército tiene a la gente asustada a raíz de la explosión que se produjo hace unas semanas. Es necesario que empiecen a hacer los trámites para que trasladen el Batallón de esta zona, porque la comunidad todavía está nerviosa”. 

 

 


Dangelo Mendoza:

“En la actualidad no nos ofrece beneficio alguno. Antes la Policía Militar hacía rondas nocturnas en moto o a pie, lo que le generaba a la comunidad tranquilidad en materia de seguridad. Sería bueno que retomaran esa actividad.

Considero que, si trasladan el Batallón de sede el Distrito va a empezar a otorgar licencias de construcción de nuevos edificios o lo invadan y se incremente la inseguridad en el sector, así que es mejor dejarlo ahí”.

Wilson Carbonó:

“La gente se engaña porque en realidad el Ejército no nos brinda ningún servicio. Muchas personas piensan que por qué los tenemos de vecinos estamos más seguros y q

ue va; los delincuentes hacen lo que les da la gana. Desde las garitas los militares observan todo lo que sucede en el barrio y ni siquiera les llaman la atención, por lo que todos esos incidentes demuestran que el Batallón no tiene compromiso con el barrio, sin

o que nos está trayendo ciertos peligros.

Cuando las granadas empezaron a explotar nos pidieron que evacuáramos, pero con muy mala logística, llegaron a varias casas gritando que salieran, sin explicarles qué ocurría; a muchos les han podido provocar un infarto, pero ellos no pensaron en nada de eso. La reubicación del Batallón ‘Córdova’ sería la mejor opción para que se pueda explotar ese espacio como lugar turístico”.

Deivi Garzón Cuao: 

“No nos brindan ningún tipo de seguridad, hay muchos atracos y personas desconocidas que roban delante de ellos y no hacen nada porque dicen que la vigilancia es solo para sus instalaciones y ello no debe ser así. Creo que deberían trasladar el Batallón, porque si no brindan ayuda a los habitantes de Manzanares da igual si se van de ahí”.

Eduardo Palacio: 

“La verdad es que actualmente el barrio Manzanares no obtiene ningún tipo de beneficio por parte del Ejército, ni siquiera en materia de seguridad. Antes hacían patrullajes, pero ya ni eso. Considero que es necesaria la reubicación del Batallón, ojalá sea lo más pronto posible porque la comunidad queda muy expuesta y estos artefactos pueden ocasionar una tragedia”.

 

 

Alba Bolaño de Vélez:

“Aquí no hay ningún beneficio. A toda hora hay atracos, quitan los celulares, ya no podemos estar tranquilos, incluso, fuimos como seis personas a pedirles presencia en el barrio y nos dijeron que ellos no podían brindarnos seguridad porque eso estaba prohibido. Cuando yo tenía como 15 años se veía a los uniformados de la Policía Militar que pasaban por el sector mientras hacían los relevos, pero todo eso se acabó hace rato.

Se sabe que no hay dos pesos invertidos en el Batallón y por eso no va a ser fácil quitarlo de ahí, pero sí queremos es que trasladen El Polvorín porque tenemos la vida expuesta con eso y ya quedó demostrado. Hace años hubo una explosión en el mismo Polvorín, pero fue pequeña, y por eso lo cambiaron de lugar”.

Gloria Ayala: 

“No nos brinda ningún beneficio, ni siquiera seguridad a los habitantes del sector. Tener almacenadas todas esas municiones en una zona urbana genera peligro y pánico a todos”.

“El Batallón nos brinda seguridad porque si quitan el Ejército de ese lugar empieza a llegar gente extraña y el barrio Manzanares se puede convertir en un sector peligroso, por eso no estoy de acuerdo en que lo reubiquen”.

Jorge Luís Mendoza: 

“El Batallón nos brinda seguridad porque si quitan el Ejército de ese lugar empieza a llegar gente extraña y el barrio Manzanares se puede convertir en un sector peligroso, por eso no estoy de acuerdo en que lo reubiquen”.

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